Argelia cierra su espacio aéreo con Mali y retira a sus embajadores de Bamako y Niamey

Sigue la confrontación entre Argelia y los países integrados en la Alianza del Sahel: Mali, Burkina Faso y Níger.
Si la tensión había crecido en los últimos días tras el derribo de un dron maliense por parte del Ejército argelino, lo que generó la retirada de los embajadores de Mali, Burkina Faso y Níger en Argel, ahora se acrecienta el enfrentamiento por la orden argelina de cerrar su espacio aéreo con Mali y retirar a sus embajadores en Bamako, capital maliense, y Niamey, capital nigerina.
De esta forma, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Defensa argelinos emitieron notas oficiales tras la decisión conjunta de los países de la Alianza del Sahel (Mali, Níger, Burkina Faso) de retirar a sus embajadores acreditados en Argel. Estos países protestan contra lo que consideran una beligerante actitud argelina que obstaculiza la lucha que estas naciones llevan a cabo contra organizaciones criminales, terroristas y separatistas en la ya de por sí convulsa región del Sahel.

El Gobierno de Argelia decretó el cierre del espacio aéreo denunciando violaciones en el mismo por parte de Mali. Una situación que ha derivado en el cese de vuelos con origen o destino en el país maliense.
De esta forma, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Asuntos Exteriores del país magrebí muestran la oposición a las acusaciones de los países de la recientemente creada Alianza del Sahel, que llamaron a consultas a sus tres embajadores en Argel el domingo en respuesta a lo que califican de “acto de agresión” contra Mali, tras la destrucción por parte del Ejército argelino, en territorio maliense, del dron militar que se encontraba en misión en el norte del país el 1 de abril.
Estos países del Sahel acusan a Argel de haber derribado el dron maliense con el único fin de proteger a terroristas que alberga en sus fronteras con Mali. El Gobierno argelino, por su parte, terminó acusando a Mali de haber violado su espacio aéreo tres veces desde el verano pasado. Sin embargo, el domingo 6 de abril, las autoridades malienses presentaron coordenadas y datos precisos que demostraban que su dron, derribado por el Ejército argelino hace una semana, se encontraba efectivamente en territorio maliense, añadiendo que las autoridades argelinas habían guardado un “silencio culpable” tras una petición de explicaciones sobre esta flagrante agresión, según reflejaron diversos medios regionales africanos como Le 360.
Bamako consideró que este “acto de agresión” se inscribe en el marco de un claro apoyo del régimen de Argel al terrorismo. El incidente ha sido calificado por el bloque saheliano como una violación del derecho internacional y una muestra del presunto apoyo del Ejecutivo argelino al terrorismo.

Pero, según el comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino, las acusaciones de terrorismo contra Argelia “sólo ocultan de manera muy imperfecta la búsqueda de salidas y desviaciones ante el fracaso manifiesto de lo que sigue siendo un proyecto golpista que ha atrapado a Mali en una espiral de inseguridad, inestabilidad, desolación y miseria”.
Según diversas informaciones, el Ministerio de Defensa argelino decidió romper su largo silencio ante la evidencia existente poniendo como excusa fallos de detección de radar respecto al derribo del dron, algo que se debería haber alegado en su momento y no pasados varios días.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores añadió, en un segundo comunicado, que el Ejecutivo argelino rechaza las consideradas como “graves acusaciones” de los países del Sahel, ante lo que “lamenta” haber aplicado el principio de reciprocidad llamando a consultas a sus embajadores en Bamako y Niamey y aplazando la implantación del representante diplomático recientemente nombrado en Uagadugú (Burkina Faso).

Diversos analistas ven en las actitudes de Argelia la intención de dividir esta Alianza del Sahel, creada por Mali, Burkina Faso y Níger. Países en los que se implantó una junta militar en el poder tras diversos golpes de Estado llevados a cabo en los últimos años. Esta organización multilateral se opone ahora la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), de la cual se salieron estos tres países generando una conmoción regional. En oposición a esta Alianza del Sahel, el régimen argelino afirma “lamentar la alineación irreflexiva de Níger y Burkina Faso con las tesis falaces de Mali”, lo que puede ser interpretado como un intento de dividir la organización integrada por estas naciones sahelianas.
Así, el enfrentamiento regional crece después de que Argelia se hubiese entrometido en los asuntos internos malienses en el pasado, especialmente entre los acaecidos entre el Gobierno central y los rebeldes tuareg del norte. Sin embargo, tras los golpes de Estado en Mali (2020 y 2021), las relaciones bilaterales se han deteriorado notablemente. Argelia ha criticado abiertamente el uso de mercenarios extranjeros y armamento sofisticado, incluyendo drones, por parte de Bamako para sofocar la insurgencia en el norte del país.
Esta escalada de tensión entre Argelia y países del Sahel se suma a otros enfrentamientos del país argelino con otras naciones como la vecina Marruecos, con la que rompió relaciones diplomáticas en agosto de 2021 tras denunciar “actos hostiles” por parte del reino marroquí y por desavenencias políticas importantes como las relacionadas con la soberanía del Sáhara Occidental, todo ello a pesar de la mano tendida durante varias ocasiones por parte del rey de Marruecos, Mohamed VI, para reconducir la situación entre dos naciones que en el pasado cooperaron mutuamente. O como con otros países como España y Francia, con los que el Estado argelino ha tenido choque de pareceres después del respaldo explícito hispanofrancés al Plan de Autonomía que plantea Marruecos para el Sáhara Occidental, el cual rechaza Argelia, que defiende las tesis del Frente Polisario sobre la celebración de un referéndum de independencia de la población saharaui.