El nombramiento de Abdul Aziz al-Mohammedawi como líder de las Fuerzas de Movilización Popular, tras el asesinato de Al-Muhandis, ha aumentado las grietas en el seno de la organización

Crecen las fracturas internas entre las milicias iraquíes

photo_camera AFP/MOHAMMED ALI - Manifestantes agitando banderas de los partidos iraníes y proiraníes durante una protesta el 15 de septiembre de 2018 contra el incendio del Consulado iraní y la sede del partido Hashed al-Shaabi, Fuerzas de Movilización Popular, Irak

El asesinato de Abu Mahdi al-Muhandis, comandante de la milicia iraquí, junto con el militar iraní Qassem Soleimani en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses, dejó un vació de poder en las milicias iraquíes. Estas muertes desafiaron a las milicias respaldadas por Irán en Irak, donde Estados Unidos quiere revertir la influencia de su enemigo regional Teherán.

Este vacío fue ocupado por Abdul Aziz al-Mohammedawi, un comandante de la milicia iraquí entrenado por Irán. Muchos milicianos proiraníes esperaban que esta fuera la solución a sus problemas, y que Al-Mohammedawi, conocido por su nombre de guerra como Abu Fadak, reemplazara a Al-Muhandis como líder general de los grupos paramilitares de Irak.

Todo lo contrario. Diversas facciones se han negado a reconocer a Abu Fadak como comandante de la agrupación paraguas de la milicia iraquí, las Fuerzas de Movilización Popular (PMF, por sus siglas en inglés), e incluso dentro de su propio grupo, el Kataib Hizbulá, hay algunos que se oponen a que tome las riendas. 
 

En esta foto de archivo tomada el 12 de noviembre de 2018, combatientes chiíes iraquíes de la fuerza paramilitar Hashed al-Shaabi aseguran la zona fronteriza con Siria en al-Qaim, en la provincia iraquí de Anbar, frente a Albu Kamal en la región siria de Deir Ezzor

Las PMF surgieron a mediados de 2014 como un conjunto de milicias, la mayor parte chíitas, pero donde también hay facciones cristianas y suníes. Nacieron con el objetivo de hacer frente a la ofensiva de Daesh sobre Bagdad, después de que el principal clérigo musulmán chiíta iraquí, el gran ayatolá Ali al-Sistani, llamara a todos los hombres capaces a tomar las armas contra los militantes sunitas. Estas milicias, auspiciadas por el gobierno, son decisivas para la defensa de la capital iraquí. El apoyo iraní también es fundamental en el mantenimiento de estos grupos, sobre todo a la hora de organizar las PMF y de proveer equipamiento, formación y apoyo logístico.

Ahora, según recoge la agencia de noticias Reuters, fuentes en las facciones del PMF respaldadas por Irán y comandantes en grupos menos cercanos a Teherán describen fracturas crecientes sobre el liderazgo y la reducción de los fondos iraníes. El PMF está financiado por el estado iraquí y comprende docenas de milicias mayoritariamente chiítas con diferentes lealtades, pero están dominados por facciones con estrechos lazos en Irán, incluidas Kataib Hizbulá de Al-Muhandis. Las PMF están formadas por alrededor de 40 organizaciones formadas por voluntarios, entre las que se encuentran la Organización Badr, Asaib Ahl al-Haq y unidades kurdas pertenecientes al Gobierno Regional del Kurdistán.
 

Miembros de las Fuerzas de Movilización Popular participan en un desfile militar en la ciudad de Taza, al sur de la ciudad petrolera de Kirkuk, Irak, el 28 de junio de 2019

La lucha por el liderazgo del PMF ha abierto la veda de las confrontaciones. Kataib Hizbulá anunció en febrero que Mohammedawi ocuparía la jefatura militar del PMF, pero facciones de este grupo se oponen frontalmente, sobre todo por el cambio de alianzas que ha llevado a cabo Mohammedawi.

Estas grietas que se han abierto en las milicias han acelerado su retirada de la escena política, donde sus líderes, que han ocupado puestos en el Gobierno y escaños en el Parlamento, se esconden por temor a ser asesinados por los Estados Unidos y confrontan la disidencia anti-Irán en las calles.

Tocadas, pero no hundidas, las milicias han intensificado los ataques contra las fuerzas lideradas por Estados Unidos en Irak. Las autoridades militares y diplomáticas occidentales dicen que esto aumenta la posibilidad de una escalada entre Washington y Teherán.

Las divisiones significan que los grupos están comenzado a organizar ataques por su cuenta, como el ataque a la base militar de Taji. Este ataque causó la muerte de dos soldados estadounidenses y un soldado británico a mediados de marzo.

Otras facciones, más cercanas al gran ayatolá Al-Sistani, y que no ven con buenos ojos la hegemonía de Irán sobre el PMF, también han rechazado públicamente que Mohammedawi se erigiera líder de las milicias.  Al-Sistani es un firme defensor de la separación islam-Estado y, por lo tanto, contrario a la visión del líder iraní Jomeini.
 

Cartel del líder espiritual chií Gran Ayatolá Ali al-Sistani

Este grupo estaría a favor de acordar una unión entre el Ejército iraquí y las milicias, una medida que reduciría considerablemente los lazos con Irán. Sin embargo, según Reuters, ninguno de estos movimientos puede ser oficial hasta que se establezca el nuevo gobierno.

El mes pasado, el presidente Barham Saleh designó para primer ministro a Adnan al-Zurfi, a quien se oponen los comandantes de las milicias, ya que siempre le ha acompañado una complacencia para con Estados Unidos.

El  presidente Barham Saleh (Izq) reuniéndose con el primer ministro designado Adnan al-Zurfi en Bagdad

Kataib Hizbulá ya advirtió hace semanas de que luchará contra cualquier fuerza que coopere con Washington para atacar las milicias.

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