La declaración constitucional de Siria establece un nuevo rumbo islamista que complace a Turquía

El poder ejecutivo estará restringido al presidente, según se establece en la declaración durante un período de transición de cinco años
El presidente interino sirio, Ahmed Al-Sharaa, firma un borrador de constitución, tras ser presentado por un comité sirio de expertos legales, en Damasco, Siria, el 13 de marzo de 2025 - PHOTO/ Presidencia siria vía REUTERS TV
El presidente interino sirio, Ahmed Al-Sharaa, firma un borrador de constitución, tras ser presentado por un comité sirio de expertos legales, en Damasco, Siria, el 13 de marzo de 2025 - PHOTO/ Presidencia siria vía REUTERS TV

El nuevo Gobierno de Siria han emitido una declaración constitucional que consagra la jurisprudencia islámica como “la principal fuente de legislación” y establece un rumbo para el país que consolida su control del poder al tiempo que complace a Turquía, el principal patrocinador del régimen islamista en Damasco. 

La declaración está diseñada para servir de base para el período de transición liderado por el presidente Ahmed Al-Sharaa, un islamista suní que encabezó una ofensiva relámpago que derrocó a Bashar Al-Assad del poder en diciembre con el respaldo de formaciones pro-turcas y grupos aliados. 

La jurisprudencia islámica será “la principal fuente” de legislación, según el resumen de la declaración leído durante la ceremonia de firma. 

“Hemos mantenido la jurisprudencia islámica como la principal fuente de legislación entre las fuentes de legislación”, decía el resumen, leído por un miembro del comité que redactó la declaración. “Esta jurisprudencia es un verdadero tesoro que no debe desperdiciarse”, decía. 

Sharaa, que ha prometido dirigir Siria de forma inclusiva, se ha enfrentado a la mayor prueba de su liderazgo a raíz de una ola de asesinatos sectarios en la región costera, atribuidos a combatientes alineados con su Gobierno. 

Nombró al comité para redactar la declaración hace menos de dos semanas. 

El presidente interino dijo que esperaba que la declaración constitucional marcara el comienzo de “una nueva historia para Siria, donde reemplazamos la opresión con justicia... y el sufrimiento con misericordia”, mientras firmaba el documento en el palacio presidencial. 

Las nuevas autoridades habían derogado previamente la constitución de la era Assad y disuelto el parlamento. 

La declaración establece un período de transición de cinco años, durante el cual se formaría una “comisión de justicia de transición” para “determinar los medios de rendición de cuentas, establecer los hechos y hacer justicia a las víctimas y supervivientes” de las fechorías del antiguo Gobierno. 

Según una copia del documento compartida por la presidencia, está prohibido “glorificar al antiguo régimen de Assad y sus símbolos”, así como “negar, alabar, justificar o restar importancia a sus crímenes”. 

Abdul Hamid Al-Awak, miembro del comité que redactó el documento, dijo que, según la declaración, la legislatura no puede destituir al presidente, ni este puede destituir a ningún legislador. 

El poder ejecutivo también estaría restringido al presidente en el período de transición, dijo Awak, señalando la necesidad de “actuar con rapidez para hacer frente a cualquier dificultad”. 

Añadió que la declaración también garantiza la “libertad de opinión, expresión y prensa”, y afirma la independencia del poder judicial. 

La declaración garantiza a las mujeres “el derecho a la educación y a la participación en el trabajo, y les garantiza los derechos políticos” y establece “la libertad de opinión, expresión, medios de comunicación, publicación y prensa”, según el resumen. 

“Esperamos que este sea un buen comienzo para el pueblo sirio en el camino de la construcción y el desarrollo”, dijo Sharaa en declaraciones televisadas durante la ceremonia de firma. 

Sharaa dijo en febrero que se necesitarían entre cuatro y cinco años para celebrar unas elecciones presidenciales. 

La anterior constitución de Siria, que entró en vigor en 2012, fue suspendida en enero. 

La Administración liderada por los kurdos en el noreste de Siria criticó duramente la declaración, diciendo que “contradice la realidad de Siria y su diversidad”. 

A principios de esta semana, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el Ejército de facto de la Administración kurda, llegaron a un acuerdo con las autoridades de Damasco para integrarse en las instituciones estatales. 

A cambio, el acuerdo prevé la transferencia de las instituciones civiles y militares estatales controladas por las FDS en el noreste de Siria, así como los pasos fronterizos, un aeropuerto y los yacimientos de petróleo y gas de la zona. 

Pero el jueves, la Administración kurda dijo que la declaración “no representa las aspiraciones de nuestro pueblo” y “socava los esfuerzos para lograr una verdadera democracia”. 

El texto de la declaración estipula: “Se criminalizan los llamamientos a la división y al separatismo, las solicitudes de intervención extranjera o la dependencia de potencias extranjeras”, sin ofrecer detalles. 

El anuncio de la Declaración Constitucional coincidió con una visita a Siria del ministro de Asuntos Exteriores, el ministro de Defensa y el jefe de la agencia de inteligencia MIT de Turquía. 

La visita de la delegación turca se produce tras el estallido de violencia sectaria en Siria esta semana, enfrentando a las fuerzas de seguridad del nuevo Gobierno sirio liderado por islamistas —respaldado por Turquía— contra combatientes de la minoría alauita del derrocado presidente Bashar al-Assad. 

Ankara tiene interés en la estabilidad del régimen de Damasco y en su capacidad para hacer frente a las presiones internas y regionales, incluidas las derivadas de las fuerzas del antiguo régimen, así como la injerencia de Israel e Irán, dicen los analistas. 

El principal objetivo de Turquía en Siria es contener a las fuerzas de las FDS, que considera una derivación de sus némesis del PKK, al tiempo que se asegura de que los nuevos gobernantes islamistas ganen aceptabilidad en el país y en el extranjero, añaden los analistas.