Armenia y Azerbaiyán han declarado un alto el fuego humanitario a partir del mediodía de hoy tras dos semanas de intensos combates

Declarado un alto el fuego humanitario en Nagorno-Karabaj

AFP / Ministerio de Defensa de Armenia - Un militar del Ejército de Defensa de Karabakh dispara una pieza de artillería hacia las posiciones azeríes durante los combates sobre la región escindida de Nagorno-Karabakh el 28 de septiembre de 2020

Los ciudadanos de Nagorno-Karabaj tendrán una pequeña tregua bélica a partir de este medio día. Los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán, apoyado por Turquía, están provocando numerosos daños y bajas (tanto civiles como militares). Según los datos de las Naciones Unidas, al menos han fallecido 53 civiles y centenares de combatientes.

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha pedido durante toda la semana retomar los diálogos de paz y acudir al Grupo de Minsk. Mientras que el presidente azerí, Ilham Aliyev, declaraba que “solo podría haber una resolución militar del conflicto”, rechazando las conversaciones y aumentando la tensión en Nagorno-Karabaj.

La ciudad más afectada por los enfrentamientos está siendo la capital de la autoproclamada República de Artsaj, Stepanakert, donde desde el comienzo de los enfrentamientos el pasado 26 de septiembre, se han sufrido ataques con drones no tripulados y una serie de bombardeos que ha obligado a una gran parte de la población a abandonar sus casas.

Pero ayer hubo un cambio de rumbo en el conflicto y los ministros de exteriores de ambos países decidieron reunirse para hablar bajo el paraguas de Rusia. Tanto Zohrab Mnatsakanián (Armenia), como Jeihun Bayrámov (Azerbaiyán), se reunieron ayer en Moscú. La reunión fue presidida por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, cuyo país ha llamado a las partes, junto a toda la comunidad internacional en los últimos días, a declarar cuanto antes un alto el fuego.

Ambas ex repúblicas soviéticas han decidido ponerse de acuerdo, al menos a la hora de decretar un alto el fuego de carácter humanitario para que la población civil pueda salir, abastecerse de los recursos básicos y poder visitar a sus familiares y fallecidos. Además de para el intercambio de prisioneros de guerra, personas detenidas y los cuerpos de los muertos.

Nikol Pashinián, afirmó aliviado que su país está preparado para reanudar el proceso de paz. "Somos fieles al principio del arreglo pacífico del conflicto en Nagorno-Karabaj y estamos preparados para reanudar el proceso de paz en concordancia con la declaraciones hechas en los últimos días por los presidentes y ministros de Asuntos Exteriores de los países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE", explicaba el primer ministro.

Sin embargo, el presidente azerí no sigue la misma línea discursiva. Coincidiendo con el inicio de la reunión ayer, Ilham Aliyev aclaró que "ahora el conflicto se está solucionando por la vía militar. Después se hará políticamente". Mientras estaban reunidos los ministros ayer, Aliyev anunció la toma de la localidad estratégica de Hadrut, en el flanco sur de Nagorno Karabaj.

fuerzas Armenias y azeríes
El alto el fuego humanitario no garantiza el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán

Como en la mayoría de conflictos, la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es crucial para garantizar este tipo de alto el fuego humanitario. "Se declara un alto el fuego a partir de las 12.00 horas del 10 de octubre por razones humanitarias para el intercambio de prisioneros de guerra y de otras personas detenidas, y de los cuerpos de los muertos, bajo la mediación y los criterios del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)", dijo el ministro de Exteriores ruso Lavrov.

Lo que no está claro es todavía cuánto va a durar el alto el fuego y si será definitivo, como el último pactado en 1994. Las dos partes acordaron además iniciar negociaciones “sustanciales a fin de llegar cuanto antes a un acuerdo sobre el arreglo pacífico del conflicto”, destacó el ministro ruso.

Este proceso será acompañado por los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), después de que Armenia y Azerbaiyán ratificaran el formato de la mediación internacional, lo que significa que no se sumarán más países al grupo de mediadores.

La OSCE se ha visto obligada a retomar la iniciativa del Grupo de Minsk, un órgano creado en 1992 para resolver este conflicto territorial. Los copresidentes del grupo de Minsk son Rusia, Francia y Estados Unidos. Además, el grupo está integrado por Bielorrusia, Alemania, Italia, Suecia, Finlandia y Turquía, así como por Azerbaiyán y Armenia.

Turquía ha criticado abiertamente la ineficiencia de este organismo que considera, al estar dirigido por Rusia, “ha paralizado el conflicto más que arreglarlo”. La intervención de Turquía directamente en el conflicto apoyando a los azeríes ha llegado a los titulares de la prensa y está provocando incomodidad dentro de la comunidad internacional. 

De manera velada parece que Turquía ha trasladado milicias desde el norte de Siria y Libia hacia Azerbaiyán. Esta información ha sido confirmada por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos y por el presidente sirio Bachar al-Assad. Además, desde Armenia afirman disponer de información que apunta a que tropas turcas están llegando a Najichevan y los azeríes están utilizando material militar turco.

voluntarios armenios
La intervención de Rusia puede ser clave para controlar la escalada de tensión

El acuerdo ha sido posible después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, tomara el viernes las riendas y convenciera a ambos líderes de la necesidad de enviar sus respectivos ministros de Exteriores a Moscú. Aliyev y Pashinián aceptaron la iniciativa de Putin y, pocas horas después de una llamada telefónica clave al más alto nivel, Bayrámov y Mnatsakanián aterrizaron en Moscú para reunirse con Lavrov.

La cita generó esperanzas en la región, especialmente después de que ambas partes hubieran declarado que no era el momento de un ‘cara a cara’ entre los ministros de Exteriores. Y es que Bayrámov viajó el jueves a Ginebra para reunirse con el Grupo de Minsk, pero Ereván prefirió no sumarse a la cita.

A lo largo de la jornada de ayer llegaron tanto mensajes positivos como negativos desde las dos capitales, lo que hacía imposible predecir el resultado de la reunión ministerial. 

Pashinián, que está viendo a sus fuerzas militares retroceder y perder posiciones en Nagorno-Karabaj, afirmó horas antes del encuentro que su país estaba preparado para reanudar el proceso de paz.  

Aliyev, por su parte, se encuentra decepcionado. "Durante 30 años hubo negociaciones y no nos dieron ni un centímetro de los territorios ocupados. No pudieron obligar al agresor a abandonar nuestra tierra y cumplir con las resoluciones de la ONU. Ahora el conflicto se decide por la vía militar y después ya se hará por la vía política", aseveró.

El presidente azerí, apoyado por el presidente Turco, Recep Tayyip Erdogan, ha condicionado el fin de la guerra a un calendario de retirada por parte de Armenia de Nagorno-Karabaj. Así lo reiteró ayer de nuevo: "les damos a (Armenia) la oportunidad de abandonar nuestros territorios por la vía pacífica. Sea como sea, recuperaremos esos territorios y restableceremos nuestra integridad territorial", sostuvo con firmeza.

combates Nagorno-Karabaj
La guerra sin fin de Nagorno- Karabaj

El territorio de Nagorno-Karabaj se encuentra dentro de Azerbaiyán y es un pequeño enclave de población armenia que quiere independizarse y formar parte del país vecino (Armenia). Con 140.000 habitantes de los cuales el 90% hablan armenio en 1991 se autoproclamaron como Estado independiente creando la República de Artsaj.

Para entender cómo comenzó todo este conflicto territorial hay que volver a 1918, cuando Iósif Stalin, con la creación de la URSS, ocupó la región caucásica y dividió el territorio en tres repúblicas socialistas: Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Como en muchos otros casos de la historia de la colonización, no se tuvo en cuenta las etnias y religiones que convivían en la zona. Así es como Nagorno-Karabaj se quedó dentro de Azerbaiyán a pesar de ser más afín a Armenia. Durante muchos años esta incómoda situación se mantuvo así sin querer llevar la contra a la cúpula soviética.

Pero cuando el imperio soviético empezó a flaquear, los habitantes de Nagorno-Karabaj comenzaron a manifestarse y Armenia, en un intento de ampliar su territorio, entró en una guerra con Azerbaiyán que duraría ocho años (1987-1994). Esta guerra se llevó por delante más de 30.000 vidas humanas y alrededor de un millón de desplazados.

A pesar de que la URSS intentó evitar esta anexión armenia, sus prioridades empezaban a concentrarse en sobrevivir. Así es como el régimen soviético se fue desinflando sin poder ejercer ningún tipo de influencia. En 1991 la región de Nagorno-Karabaj se autoproclama independiente creando la República de Artsaj. Este nuevo Estado comparte administración y bancos con el país armenio que, además, durante la guerra ganó terreno azerí rodeando la zona este del país recién autoproclamado.

La guerra acabó en el con los azerbaiyanos como grandes perdedores ya que, de repente, se encontraron con un 20% de su país invadido por Armenia y una república independiente proclamada sin su consentimiento. Alrededor de unos 800.000 azeríes tuvieron que abandonar la zona ocupada tras la guerra. 

Este Estado no ha sido reconocido por ningún país de las Naciones Unidas, pero las actividades diplomáticas para reconocer la región han hecho (y siguen haciendo) grandes esfuerzos para conseguir sus objetivos. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha proclamado en distintas ocasiones que “sus mayores enemigos son los armenios” y no ha dado ningún signo de querer resolver este conflicto del que se sienten víctimas históricas.

El pasado 26 de septiembre volvieron a retomarse los enfrentamientos armados y, según el primer ministro armenio Nagorno-Karabaj "está al borde de una catástrofe humanitaria.

En total, la autoproclamada república de Artsaj reconoce una veintena de muertos civiles y Bakú, capital azerí, 31 decesos, cifra que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) elevó el viernes a 53, incluyendo a niños y niñas.

Los soldados caídos en los combates se cuentan ya por centenares, mientras que Azerbaiyán aún no ha informado del número de soldados muertos en las filas de su Ejército, aunque Ereván asegura que hay miles.

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