Desde el momento en el que Recep Tayyip Erdogan alcanzó la presidencia de Turquía, los acuerdos internacionales han sido toda una odisea para Ankara. Y no es para menos, Erdogan se ha encargado de trazar un camino que ha estado repleto de enemigos y muy escaso de aliados. Buena prueba de ellos son los constantes enfrentamientos diplomáticos en los que su país se ve sumido día sí y día también. Es por ello por lo que el máximo mandatario turco quiere revertir una situación que lleva años provocando, y pretende llevar a cabo un acercamiento a uno de los países más importantes de la región del Golfo, Emiratos Árabes Unidos.
En los últimos días se produjo una llamada entre el príncipe heredero de Abu Dabi, el jeque Mohamed bin Zayed al-Nahyan, y el presidente turco. La llamada se produjo a raíz de la reunión de Erdogan con el asesor de seguridad nacional de EAU, el jeque Tahnoun bin Zayed, y las posteriores expresiones de optimismo sobre el futuro de las relaciones por parte de funcionarios de ambos países. Según los analistas, la conversación telefónica entre Zayed y Erdogan supondría la culminación del acercamiento entre Turquía y los Emiratos Árabes Unidos y como un reflejo de una nueva visión de los Emiratos Árabes Unidos y el Golfo.

La mejora de los lazos políticos con Abu Dabi puede marcar el comienzo de nuevas perspectivas económicas y comerciales y, al mismo tiempo, proporcionar a Turquía una nueva perspectiva de sus relaciones con los países del Golfo Árabe. Para los de Erdogan, el impulso financiero que puede – y debe – suponer un acercamiento a estos países que resulta vital cuando en el lado social y político tienes una situación tan complicada como la que atraviesa ahora el país turco. Muchas de ellas, consecuencia de las polémicas alianzas que ha establecido el presidente, como es la que tanto tiempo les ha ligado a los Hermanos Musulmanes, lo que ahora, pretende cambiar con este contacto con EAU.
Según la Agencia de Noticias de los Emiratos (WAM), el jeque Mohamed bin Zayed y Recep Tayyip Erdogan discutieron sobre “las relaciones bilaterales y las formas de mejorarlas y desarrollarlas para servir a los intereses comunes de los dos países”. Además, apuntan que ambos líderes también intercambiaron “puntos de vista sobre una serie de asuntos internacionales y regionales y archivos de interés común”. Parece más urgente para Turquía que para Emiratos Árabes Unidos, pero Abu Dabi, como es lógico, no va a desaprovechar la oportunidad de seguir obteniendo ventajas y ampliar aún más una zona de influencia que no deja de extender por toda la región.

La llamada entre Erdogan y el príncipe heredero de Abu Dabi fue “muy positiva y amistosa”, según manifestó a través de su cuenta de Twitter el pasado martes el asesor diplomático presidencial de los Emiratos Árabes Unidos, Anwar Gargash. Dijo que era parte de una nueva etapa en la que EAU busca “construir puentes, maximizar los objetivos comunes y trabajar junto con amigos y hermanos, para garantizar futuras décadas de estabilidad y prosperidad regional para todos los pueblos y países de la región”.
Se espera que el impulso de la reconciliación, ilustrado por las reuniones turco-emiratíes y emiratíes-qataríes, apague la confrontación sobre varios temas polémicos regionales. También es importante tener en cuenta que Estados Unidos se mantiene al tanto de todos estos contactos y es una parte muy interesada en que estos acercamientos resulten productivos. La unión y formación de alianzas regionales en las que se pueda apoyar es un factor muy importante de cara a abordar uno de los desafíos más importantes a los que debe hacer frente el país presidido por Joe Biden, como es el enfrentamiento con Irán, tanto a nivel estratégico y regional, como nuclear.