Egipto refuerza su presencia en el Cuerno de África a través de una alianza con Somalia y Eritrea

Egipto continúa aumentando su presencia regional en el sur del mar Rojo y el Cuerno de África. Con este objetivo, el presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi participó en una cumbre tripartita en Asmara junto con los líderes de Eritrea, Isaias Afwerki, y de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud. Además de reforzar su influencia en la región, esta alianza tripartita tiene como fin crear un bloque contra Etiopía.
La cumbre se produjo un día después de que el comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Mohamed Hamdan Dagalo -una de las partes involucradas en la guerra de Sudán- acusara a El Cairo de bombardear sus fuerzas, destacando su participación militar en el conflicto del país.
Egipto pone fin de esta forma a la postura que había adoptado durante la guerra en Sudán, optando por intervenir de forma directa para demostrar que sigue siendo un actor regional influyente que protege sus intereses.
Respecto al Cuerno de África, esta cumbre se produce en medio de crecientes tensiones regionales. Si bien el Ministerio de Información de Eritrea se limitó a indicar que el objetivo de la reunión era "abordar el fortalecimiento de las relaciones entre los tres países, además de cuestiones de seguridad y estabilidad regionales", se cree que el encuentro tiene como objetivo formar una alianza tripartita para enfrentar a Etiopía.
Por este motivo, es probable que este encuentro, así como el viaje de Al-Sisi, empeore aún más la situación. La cumbre coincide con el fortalecimiento de las relaciones militares entre El Cairo y Mogadiscio después de que Etiopía firmara un memorando de entendimiento con la región de Somalilandia, según el cual obtendría un puerto y una base naval en el sur del mar Rojo.

Por su parte, la presidencia egipcia, ha señalado que esta visita tiene como fin “analizar formas de fortalecer las relaciones bilaterales en diversos campos y situaciones regionales, de una manera que apoye el proceso de desarrollo y logre los intereses de los pueblos de la región”.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ya se ha pronunciado acerca de la creciente influencia de Egipto en la región y su cooperación con los países vecinos. “No permitiremos que nos hagan daño, humillaremos a cualquiera que se atreva a amenazarnos para disuadirlo”, declaró el líder etíope, añadiendo que no negociará “con nadie sobre la soberanía y la dignidad de Etiopía”.
Egipto ha decidido intervenir en las crisis del continente con el fin de reforzar su papel como actor clave en África. En Sudán, por ejemplo, Egipto se posiciona con el líder del Ejército, Abdel Fattah al-Burhan a pesar de formar parte de los esfuerzos diplomáticos regionales e internacional para mediar en el conflicto.

Las FAR han acusado a Egipto de utilizar armamento estadounidense en sus recientes ataques, indicando que “si los estadounidenses no hubieran aceptado, las bombas no habrían llegado a Sudán”.
No obstante, desde El Cairo han negado su participación en la guerra, asegurando que Egipto está comprometido con la “estabilidad de Sudán y la preservación de sus instituciones estatales”. El exministro Adjunto de Asuntos Exteriores de Egipto, el embajador Hussein Haridi, aseguró a Al-Arab que su país “ha estado trabajando desde el primer día de la guerra en Sudán para ponerle fin”. “Prueba de ello es que acogió a los países vecinos de Sudán en busca de soluciones políticas porque si el conflicto continúa, Egipto pagará un alto precio”.
Por otro lado, el analista político sudanés Mohamed Torshin explicó al medio árabe que Egipto se opone “a cualquier grupo que posea armas fuera del marco de las instituciones oficiales de los estados, ya que es consciente de que esto tiene repercusiones en su seguridad”.