Ankara ha dado pasos positivos hacia el acercamiento a El Cairo marcando distancia con la Hermandad, pero se le siguen exigiendo ciertos movimientos para normalizar relaciones

Egipto sigue advirtiendo a Turquía en torno al vínculo con los Hermanos Musulmanes y a la intervención en Libia

PHOTO/Ministerio De Asuntos Exteriores vía EUROPA PRESS - Sameh Shoukry, ministro de Asuntos Exteriores egipcio

Egipto y Turquía llevan tiempo intentando un acercamiento diplomático remarcable para poder reforzar vínculos políticos entre ambas importantes naciones. Uno de los principales obstáculos ha sido la estrecha relación entre el país euroasiático y los Hermanos Musulmanes, organización considerada terrorista por naciones como precisamente la egipcia o Estados Unidos. 

También ha habido bastantes diferencias respecto a la participación de Turquía en la guerra civil libia, donde el país presidido por Recep Tayyip Erdogan ha estado presente apoyando a la facción del Gobierno de Acuerdo Nacional de Fayez al-Sarraj mediante el envío de mercenarios procedentes de Siria adscritos supuestamente a grupos con vínculos yihadistas, como han venido informando diversos medios. Todo ello mediante la intromisión en los asuntos internos del país libio y frente a un bando rival liderado por el mariscal Jalifa Haftar, el cual ha estado apoyado precisamente por Egipto, Rusia o Emiratos Árabes Unidos. 

Aunque Turquía ha dado pasos positivos de cara a llegar a un buen entendimiento con Egipto, como el de dar un toque de atención a diversos medios de comunicación nacionales con contenidos próximos a la Hermandad y que atacaban al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, todavía se le exigen ciertos aspectos para poder tener unas relaciones diplomáticas plenas. 

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan

En esta línea, este sábado, el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, señaló, en una entrevista concedida al canal egipcio El Cairo y el Pueblo, que “la normalización de relaciones con Turquía no sólo esta condicionada a la forma en que Ankara trata con la Hermandad, sino también con el asunto de Libia”, como recogió el medio Al-Ain News. 

En relación con esto el ministro egipcio de Exteriores indicó que "las relaciones normales entre países deben basarse en la no injerencia en los asuntos internos". "Es importante observar las normas del derecho internacional para no interferir en los asuntos internos y no hacer de los territorios una estación y un trampolín para elementos hostiles que apuntan a la población de otro país. Si este es un asunto estable, esto se considera un avance positivo ", manifestó. 

Mujeres marchan con banderas de la Hermandad Musulmana durante una manifestación de oración

El canciller egipcio explicó que "el asunto libio representa un tema de seguridad nacional para Egipto, y es un tema relacionado con la estabilidad y el compromiso de Libia con la vía política que ha sido aprobada". Todo ello respecto a un tema como la guerra civil libia que afecta a Egipto como vecino próximo en la región del norte de África y haciendo referencia al progreso democrático en la propia Libia con la elección del Gobierno transitorio dirigido por Abdul Hamid Dbeiba, encargado de dirigir la nación hasta las próximas elecciones. 

Shoukry señaló que "la decisión de Turquía de prohibir las actividades de los medios de comunicación de la Hermandad y detener su incitación es un paso positivo, consistente con las reglas del derecho internacional", en referencia a los movimientos realizados de cara a normalizar relaciones. Destacó que "la continuación de estas políticas significa normalizar las relaciones entre los dos países y alcanzar un marco óptimo de relaciones".

Después de varios años de política expansionista e injerencia en asuntos de otros países, como Libia o Siria, Turquía ha lanzado en los últimos meses una ofensiva diplomática para reanudar sus relaciones con Egipto y otros países como Arabia Saudí y Emiratos. El último enfrentamiento con Ankara se produjo en junio de 2017, cuando Riad, Abu Dabi, Manama y El Cairo impusieron un bloqueo sobre el único socio de Turquía en la región: Qatar. Finalmente, bajo la presión de Estados Unidos y sin beneficios aparentes después de esta situación, los aliados del Golfo y Egipto levantaron el bloqueo al Estado qatarí, y normalizaron las relaciones, lo cual que se selló con la declaración de Al-Ula. 

El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi

Mientras, Turquía también ha buscado abrirse internacionalmente para evitar su aislamiento en el Mediterráneo oriental, donde ha practicado una política expansionista a través de prospecciones marítimas con las que buscaba obtener nuevos recursos energéticos; ante las denuncias de diversos países como Grecia o Chipre en relación con supuestas violaciones de fronteras marítimas propias. 

Las malas relaciones que arrastran Egipto y Turquía desde hace ocho años parecen haber mejorado. Los Hermanos Musulmanes han venido siendo el problema principal desde el golpe de Estado que acabó con el mandato en Egipto de Mohamed Morsi en 2013 y que provocó que Turquía rompiese todas sus relaciones diplomáticas con el país norteafricano. Desde entonces, El Cairo lucha contra la Hermandad, que encontró en Turquía a su mayor aliado político. Sin embargo, el interés del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, de marcado carácter islamista, por ganar mayor presencia en Oriente Medio y el arco mediterráneo ha hecho que cambie de táctica en el plano internacional dejando de lado a los Hermanos Musulmanes para acercarse a otras potencias regionales. 

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