El Ejército sirio y Rusia atacan Alepo e Idlib tras el avance de los rebeldes

El Ejército de Bashar Al-Assad ha lanzado ataques aéreos contra varias zonas del norte de Siria en una operación conjunta con Rusia después de que los rebeldes islamistas tomasen Alepo. El régimen sirio ha perdido el control total de la ciudad, la más poblada del país, por primera vez desde el inicio de la guerra civil en 2011 tras una ofensiva relámpago liderada por por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS).
Los últimos ataques aéreos del Ejército sirio y Rusia han provocado la muerte de 11 civiles, incluidos cinco niños y dos mujeres en Idlib, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Estos ataques, según la organización, estuvieron dirigidos contra barrios residenciales de la ciudad de Idlib y un campamento de refugiados en una zona rural. Por otro lado, aviones de combate rusos han atacado un hospital en el centro de la ciudad de Alepo, matando a 12 personas, entre ellas 8 civiles.

El presidente Bashar Al-Assad ha prometido contraatacar y “destruir” a los insurgentes, que habrían tomado instalaciones militares clave en Alepo, incluida la academia militar y otras escuelas militares del sur.
Asimismo, el HTS afirmó haber entrado en la ciudad de Hama, a unos 100 kilómetros al sur de Alepo. Esta localidad, de vital importancia para el régimen, está rodeada de zonas controladas por el Gobierno, por lo que muchos analistas advierten que, en caso de que Hama caiga, es muy posible que lo haga el régimen.
Los últimos acontecimientos en el país, en guerra desde 2011, marcan un punto de inflexión crítico en el conflicto. La mayoría de los combates importantes se detuvieron hace años después de que la República Islámica de Irán y Rusia ayudasen al Gobierno de Assad a obtener el control de la mayor parte del territorio y de todas las ciudades importantes. Mientras, los rebeldes liderados por HTS mantuvieron su poder en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.

HTS, designado como grupo terrorista por Estados Unidos, Rusia, Turquía y otros países, se separó de Al-Qaeda en 2016 y actualmente es la fuerza más importante dentro de la oposición a Assad. HTS, activo en los alrededores de Alepo y Hama, esta dirigido por el comandante Abu Muhammad Al-Jolani, quien anteriormente lideró el Frente Nusra, la rama de Al Qaeda en Siria.
Por otro lado se encuentra el SNA (Ejército Nacional Sirio), una organización de rebeldes sirios financiada y respaldada por Turquía cuyo objetivo principal es combatir a las fuerzas kurdas al norte de Alepo que se engloban dentro de las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias), una coalición kurda que busca la autonomía en la región nororiental.

Ankara, a través del SNA, evita que se establezca una región kurda autónoma al otro lado de su frontera sur, donde pretende reubicar a millones de refugiados sirios. Asimismo, busca extender su propia influencia por toda la región basándose en los territorios controlados por el Imperio Otomano antes de su colapso a principios del siglo XX.
Además de Turquía, otras potencias extranjeras llevan años utilizando Siria con el fin de proteger sus propios intereses y aumentar su influencia regional. También Rusia, así como el régimen iraní -sobre todo a través de Hezbolá-, han respaldado a Al-Assad para consolidar su presencia militar en Siria.

En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, ha viajado recientemente a Damasco con el objetivo de transmitir el respaldo de Teherán a Al-Assad y a su Gobierno.
Además de Irán, líderes árabes, entre ellos el rey Abdullah II de Jordania y el presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, expresaron su solidaridad con Damasco.