“El arte de la política” y una solución para el Sáhara Occidental

En la última entrega de “De cara al mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de Hach Ahmed Bericalla, el primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP), quien ha denunciado en una entrevista con Javier Fernández Arribas la agresión sufrida por sus allegados a manos de grupos armados del Frente Polisario en el campamento de refugiados saharauis de Dajla, a 160 kilómetros al este de la localidad argelina de Tinduf.
¿Por qué incrementa ahora la represión en los campamentos del Frente Polisario?
Personalmente creo que es un cúmulo de hechos y de circunstancias, fundamentalmente el estado de estancamiento del proceso de paz en el que no se vislumbra ninguna señal de esperanza ni de salida para este largo conflicto. Creo que el elemento fundamental es el fracaso del último congreso del Polisario que significó una fractura tremenda entre la organización política que está liderando este proceso desde hace 50 años y el hecho de que no se haya podido producir ninguna renovación y de que se haya reafirmado en sus puestos de mando a la vieja guardia.
Una vieja guardia formada en la época de la Guerra Fría, con esa mentalidad totalmente superada por los tiempos y por el desarrollo normal de las sociedades. Esa cúpula sigue manejando las cosas desde un limbo en el que hacen y deshacen y usan la fuerza bruta para afrontar cualquier circunstancia adversa, especialmente a las voces críticas o disidentes. Esto no es nuevo, el Polisario arrastra una vieja leyenda negra como consecuencia de este tipo de conductas de usar la represión y la fuerza bruta para silenciar cualquier voz crítica. Como dije, desde los años 70 hasta ahora ha acumulado una serie de conductas que son propias de crímenes de lesa humanidad.

¿Teme usted por la integridad de su familia?
Evidentemente, conociendo un poco las conductas propias de la organización, que siempre busca la manera de presionar psicológicamente y de incomodar a todos aquellos que se sienten contrarios a sus políticas, pues existe una preocupación.
Además, es un territorio que está prácticamente en la nada porque es un territorio argelino donde están los campamentos de los refugiados y donde en realidad lo que debe prevalecer allí son las leyes del Estado soberano, que es Argelia. También hay un vacío respecto a la protección que deben ejercer los organismos internacionales en la medida que son campamentos de refugiados, pero este también es un espacio en el que el Polisario ha ejercido siempre su autoridad a su modo. Evidentemente esto está generando cada vez mayor descontento e indignación, y en estos momentos reina una preocupante tensión que incluso hemos advertido que podría culminar en una nueva ola de represión.
Esta preocupación sigue latente, aunque quizás se haya retrasado estos días festivos y de Semana Santa donde sabemos que circulan muchos extranjeros que han venido para visitar las familias. Quizás esperan a que se despeje un poco el panorama y que no haya muchos observadores para entrar en una fase de represión que implicaría la detención de supuestos autores de los últimos actos que ellos llaman vandálicos y que surgieron después de los disturbios generados en el campamento de Dajla. Los mismos que han afectado a mi familia y a otras personas.
¿Esta acción del Polisario puede ser preventiva al informe y a las propuestas que pueda hacer el enviado especial de la ONU para el Sáhara, Staffan de Mistura? ¿Qué esperan ustedes de este nuevo informe?
El Polisario está manejando una situación muy delicada después de la última decisión respecto a la violación del alto el fuego y la guerra que ha iniciado estando Naciones Unidas en el territorio. Desde 2020, está dando resultados muy pobres, casi prácticamente sin ninguna capacidad de influir en el curso de los acontecimientos.
Esto, evidentemente, está generando también entre los civiles saharauis y entre los refugiados un estado de desconcierto en la medida en que los resultados sobre el terreno son catastróficos. Los drones han causado muchas víctimas entre los saharauis civiles y militares. Esto está generando un estado de insatisfacción que a mi modo de ver el Polisario y su sección actual no han sabido manejar.
Se cree que el próximo informe no significará ninguna novedad en la medida en que el Polisario se empeñe en mantener esta línea de conducta, y creemos que esto es un elemento adicional que genera esta preocupación. Nosotros no pensamos que el próximo informe vaya a suponer el comienzo de un nuevo ciclo, creemos que el estancamiento estará a la orden del día y esto evidentemente es una razón para aumentar el estado de angustia entre la población saharaui. Creemos que es una consecuencia del cúmulo de estas sensaciones y de estos hechos.
Estancamiento también quizá provocado por la invasión rusa de Ucrania, la intervención rusa en el Sahel, también hay datos e informes de que Irán ha proporcionado drones al Frente Polisario y esto agrava la situación.
Por un lado, evidentemente el estallido del conflicto en Ucrania ha dejado al margen muchos otros problemas que estaban ocupando la atención del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Razón por la que hace prácticamente un año el problema del Sáhara Occidental ha vuelto a ser incluso de muy baja intensidad, es decir, un conflicto olvidado. Esto es evidentemente un elemento de preocupación.
Ahora, sí que es preocupante las consecuencias de este nuevo orden que está por definirse como consecuencia de la guerra de Ucrania. Nos preocupa que otra vez el programa del Sáhara Occidental vuelva a sufrir de la división en el mundo entre dos bloques.
En 1974-1975 hemos cometido el error de tratar de imponer un régimen progresista, de corte revolucionario y muy apegado a los intereses de Libia. Esto lo hemos intentado forzar en una zona bajo la influencia de Occidente. Sería el colmo de la maldición que en 2023 volvamos a seguir siendo conejillos de Indias en esta confrontación entre distintos campos ideológicos. Evidentemente esta preocupación lo que ha hecho es que el Movimiento Saharaui llame a una solución rápida, que busque una solución dialogada con el Rey de Marruecos para evitar que los saharauis otra vez vuelvan a sufrir de las consecuencias de un mal manejo de la política respecto de la confrontación ideológica que pueda reinar en algún momento.
Sí porque la propuesta marroquí de una amplia autonomía que cada día recibe adhesiones por parte de países europeos, además de Estados Unidos, Emiratos, etc. Ustedes lo que plantearon en esa conferencia internacional celebrada en Las Palmas es que esa propuesta de Marruecos tenga sentido y tenga contenido para la vida de los saharauis.
Sí, nosotros hemos llegado a ese punto después de una larga regresión y de saber que desde el punto de vista militar es inviable. La solución que pretende el Polisario sigue por esa vía belicista, pero la correlación de fuerzas es totalmente asimétrica y es imposible ganar la guerra. Por lo tanto, frente a esa situación lo que dicta el sentido común es buscar la forma de salir mejor parados a través de una solución mutuamente aceptable, que es lo que recomienda Naciones Unidas.
Creemos que para no perder el tiempo y esperar hasta que las cosas se vuelvan mucho más difíciles, debemos aprovechar esta oferta de Marruecos y tratar de avanzar a través de esta fórmula presentada en 2007 hacia un punto de convergencia en el que estén garantizados los derechos del pueblo saharaui, pero también los intereses de Marruecos.
Es un ejercicio de sentido común y razonable para quienes ejercen la política. En eso consiste el arte de la política, en no conducir a los saharauis a un suicidio colectivo al estilo de las sectas religiosas.
Creemos que este llamamiento está surgiendo efecto entre la población saharaui, y esa es la razón por la cual este movimiento y su enfoque están siendo bien aceptados por la población saharaui.