España borra de su memoria a Guinea Ecuatorial

Severo Moto, fundador hace 41 años del partido opositor a la dictadura de Teodoro Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial, el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial (PPGE), acusa al Gobierno y a los partidos políticos españoles, de haberlos olvidado y abandonado.
“La España que yo conozco y con la que nos sentimos identificados, sigue apoyándonos; pero esta otra España, la del Gobierno y los partidos políticos, ha pasado de apoyarnos a caer en brazos de Obiang”, acusa Severo Moto en declaraciones exclusivas para Atalayar.
Desde la fundación en el exilio madrileño en 1983 del PPGE, el Gobierno de Felipe González les protegió y apoyó. Lo mismo hizo el de José María Aznar hasta 2004. Con la llegada al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y el viaje de su ministro Miguel Ángel Moratinos a Guinea Ecuatorial, todo cambió. “Ahí comenzó la traición”, señala Severo Moto. “Hice tres viajes a mi país, en tiempos de González, y la Embajada española me protegía. Lo mismo con Aznar. Después, nada, solo encontré odio y rechazo por parte del Gobierno español”.
La historia está ahí, testigo mudo de una dejación. El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial celebra este sábado el 41º aniversario de su constitución. Fue un 25 de febrero de 1983, cuando un puñado de militantes ecuatoguineanos encabezados por Severo Moto, se dieron cita en Madrid para fundar un partido de ideología democristiana, cuyo objetivo principal era luchar en favor de la celebración de elecciones democráticas en Guinea Ecuatorial. No pretendía derrocar el régimen con las armas, sino con las urnas. Guinea Ecuatorial pasó de ser colonia española, a ser provincia, y a ser nación independiente tras un período de autonomía. Pero sus vínculos con España siempre fueron sólidos.
El PPGE abogaba por los derechos y libertades, y consecuentes con ello intentó ser reconocido en 1988 por el Gobierno de Obiang Nguema, presidente del país, sin lograrlo. Sólo consiguió ser legalizado en octubre de 1992, y en las primeras elecciones de 1993 en las que tuvo voz pidió a sus votantes la abstención. Dos años después, en los comicios municipales de 1995, se presentó y afirmó haber ganado en la mayoría de las localidades importantes. Obiang reconoció los resultados electorales, pero les advirtió: “Han ganado, bien. Pero el poder lo tengo yo”, y todo siguió igual. “El pueblo creía en nosotros, y nos apoyó”, asegura Severo Moto. El PPGE fue de nuevo fue ilegalizado en abril de 1998.
“Gracias al apoyo que entonces teníamos, del Partido Popular, del PSOE, del PNV y de Convergencia i Unión, entramos a formar parte de la Internacional Demócrata de Centro. En 2003, el líder del PPGE formó un Gobierno provisional en el exilio radicado en Madrid. Entonces se intensificaron las hostilidades, detenciones y procesos contra militantes y simpatizantes del PPGE.
En 2008, varios miembros del PPGE fueron arrestados en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, entre ellos el exsecretario de Severo Moto, Gerardo Angüe Mangue. El supuesto propietario de las armas, Saturnino Nkogo, había muerto en prisión a los pocos días de su detención en extrañas circunstancias. Otros seis activistas del Partido fueron juzgados junto a un ciudadano británico, Simon Mann, que había ayudado a organizar un intento de golpe en 2004, a pesar de tratarse de casos independientes. Los miembros del grupo fueron condenados a penas de uno a cinco años de prisión cada uno. Su encarcelamiento fue protestado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que por aquel entonces todavía decía apoyar a la oposición democrática, lo mismo que Francia y otros países.
En los varios intentos golpistas e insurrecciones armadas que se sucedieron en Guinea Ecuatorial en aquellos años, aparecieron involucrados mercenarios británicos y sudafricanos. El descubrimiento de petróleo en las costas ecuatoguineanas a partir de 1996 hizo del pequeño país centroafricano un jugoso “El Dorado” para las multinacionales de la energía fósil.
El Partido del Progreso no cuestionaba la transformación económica y social que suponía el “boom” petrolero, sino las estructuras políticas del país. El PPGE predicaba una transición política, semejante a la española de los años 70.
En 2018 el Partido democristiano propició y participó en la firma de la "Propuesta de Ley para la Transición Pacífica a la Democracia en Guinea Ecuatorial" junto a otros movimientos, como la Acción Popular de Guinea Ecuatorial, también miembro de la Internacional Demócrata de Centro, la Unión Popular, de ideología democristiana, y el Movimiento para la Autodeterminación de la isla de Bioko, de ideología socialdemócrata.
¿Todavía ven una transición pacífica posible?
Nuestro pueblo cree que sí. Pero tenemos que ser claros y leales con él. Cuando el dictador Obiang desparezca – es ley de vida – no habrá guerra civil, porque las armas las tienen todas ellos, pero me temo que haya una matanza de gentes, porque el pueblo sigue creyendo en nosotros y piensa que España, Francia y Estados Unidos siguen apoyándonos, y no es verdad. Estamos solos, y eso lo tiene que saber la gente. Es lo que vamos a debatir en el encuentro de celebración del 41º aniversario del PPGE. Vamos a ser claros y denunciar a los que nos han abandonado.
¿Por qué este abandono?
Obiang tiene dinero, mucho dinero, y compra ministros y personalidades españolas y europeas. Un ejemplo: su partido, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, que está en el poder desde su creación en 1987, es invitado por la Internacional Demócrata de Centro, la misma que nos integró y que ahora nos ha abandonado.
Severo-Macías Moto Nsa, sigue siendo un caudillo en el ostracismo. Con más de cuatro décadas de lucha, lideró su partido y un Gobierno en el exilio. Sigue creyendo en una transición democrática, pero dice que esta vez no se va a callar.