En los últimos 18 meses, Francia ha sido el escenario de siete atentados yihadistas y las fuerzas de seguridad han evitado otros cinco. El país galo está de nuevo en estado de alerta terrorista. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha escrito a los jefes de Policía para pedirles que estén "vigilantes" este verano ante la amenaza terrorista. Este llamamiento a una mayor vigilancia se produce tras la difusión en internet, el 15 de julio, de un vídeo publicado por un brazo propagandístico del grupo terrorista Al-Qaeda. Esta grabación de cuarenta minutos, de la que el Ministerio del Interior subraya que tiene "un importante potencial de difusión", menciona a Francia como objetivo del grupo terrorista.
Al-Qaeda difundió el 15 de julio un vídeo destinado a "condenar la blasfemia plasmada en las caricaturas de Mahoma" y en el que se "vilipendia a Francia", escribió el ministro en la nota. Por ello, pidió a los jefes de Policía que mantuvieran un "alto nivel" de vigilancia en julio y agosto, especialmente en el contexto de la "reanudación parcial de las actividades económicas y culturales". "Hay que estar especialmente atentos a estos anatemas" que "estimulan la amenaza endógena", dijo el ministro. Aunque el país ha entrado en una fase de "recuperación económica y cultural", Gérald Darmanin está preocupado. Según el Ministerio del Interior, el temor a una nueva oleada de casos de COVID-19 se ve agravado por el peso de una amenaza terrorista aún presente. Esta amenaza provendría de suelo francés, explica AFP, citando "una fuente de seguridad" con perfiles "permeables y receptivos a la propaganda hostil a Francia".
La Fiscalía Nacional Antiterrorista decidió abrir una investigación preliminar sobre las imágenes, por "asociación delictiva terrorista" y "provocación a actos de terrorismo por un servicio de comunicación público en línea". Emmanuel Macron aparece en numerosas ocasiones, ya sea a través de extractos de su discurso del 2 de octubre de 2020 en Les Mureaux "sobre la lucha contra el separatismo", o durante la recepción de jefes de Estado del mundo árabe presentados como traidores a la causa islamista. También se cita a Gérald Darmanin en varios lugares, sobre todo en una entrevista en la que hablaba del cierre de las mezquitas consideradas radicalizadas.
En poco más de un mes, Francia ha sufrió tres atentados con cuchillo. A finales de septiembre, un paquistaní de 25 años hirió a dos personas frente a la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo en París. El 16 de octubre, un refugiado checheno de 18 años decapitó a un profesor de Historia y Geografía, Samuel Paty, en las afueras de París. Y el 29 del mismo mes, un tunecino de 21 años, que había entrado unas semanas antes a Europa por la isla italiana de Lampedusa, mató a tres personas en la basílica de Notre-Dame en Niza.
Estas amenazas surgen en un contexto altamente tenso en Francia, que vuelve a debatir acaloradamente el problema del islamismo en el país, como ocurrió en pleno juicio de los atentados de Charlie Hebdo de enero de 2015. Las autoridades también temen un efecto similar el próximo mes de septiembre con el juicio, esta vez de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015, cometidos por varios comandos en la sala de conciertos Bataclan y otros bares y localidades de París que dejaron 130 muertos y cientos de heridos.
A poco de las elecciones presidenciales, en las que la cuestión de la seguridad jugará un papel importante para los electores. El último atentado en Francia alimenta la pelea política. La seguridad, el terrorismo, el islamismo y la inmigración son un terreno clave en el que se disputará el duelo de las elecciones presidenciales de 2022 entre Macron y su rival de extrema derecha, Marine Le Pen. En cualquier caso, llega en momentos en que la oposición de derechas, campo en el que el presidente Emmanuel Macron busca afianzarse de cara a las presidenciales.
Los atentados yihadistas de enero de 2015 contra la revista satírica francesa y un supermercado judío en París que dejaron 17 muertos fueron los primeros de una terrible serie de ataques extremistas que han marcado —y cambiado— profundamente a Francia. Desde 2012, las víctimas de ataques vinculados al integrismo islámico ya ascienden a 269. El último caso más mediático que conmocionó a todo el país ocurrió hace seis meses. Un profesor, Samuel Paty, era brutalmente decapitado por un joven de origen checheno. El extremista asesinó al profesor por enseñar una imagen de Mahoma, en una escuela. El perfil del asesino coincide con las características de los atacantes de los últimos casos. Un hombre que ataca solo y sin antecedentes. Por este motivo, las autoridades francesas han aumentado la seguridad en las comisarías, los lugares donde suelen atacar estos “lobos solitarios”.
El Gobierno francés presentó hace unos meses un nuevo proyecto de ley antiterrorista, el noveno desde que hace seis años cuando comenzó la peor oleada de atentados yihadistas en el país. La medida, aprobada en marzo, fue respaldada por 347 votos a favor. El principal objetivo de la reforma es controlar los discursos de odio por internet, un medio clave para el proceso de captación y radicalización. El proyecto también reforzará la vigilancia de los centros religiosos, pudiendo cerrar alguno si difunde ideas extremistas.
La medida, que ha sido utilizada de forma experimental desde 2015, permite el tratamiento automatizado de datos de conexión a internet, con la intención de detectar potenciales amenazas terroristas. La nueva ley extiende su uso a las direcciones web (URL) y amplía la duración de la recopilación de datos informáticos a dos meses, en vez de uno como hasta ahora.