Gran victoria de Ayuso y el PP en Madrid

Isabel Díaz Ayuso ha logrado una aplastante victoria en las elecciones a la Presidencia de la Comunidad de Madrid al lograr el 44,72% de los votos y 65 escaños doblando sus resultados de hace dos años y consiguiendo más votos y escaños que los tres partidos de izquierda juntos. La participación fue histórica con el 76,25%. La vencedora de estos comicios en Madrid celebró su éxito y el de su partido y su presidente, Pablo Casado, augurando que el cambio en España empieza en Madrid.
Una circunstancia que fortalece el papel del alcalde de Madrid. José Luis Martínez Almeida convertido en una pieza clave del nuevo PP. Como estaba previsto, las consecuencias de los resultados de estas elecciones a la Comunidad de Madrid se extienden a nivel nacional con la retirada de la política de Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos que compareció en último lugar, pasadas las 23.30 de la noche y el toque de queda, para anunciar que abandona la política tras admitir su fracaso porque su figura no era capaz de sumar lo que era necesario para su formación, a pesar de haber logrado 10 escaños, 3 más de los que tenía y haber despejado el fantasma de no alcanzar el nivel del 5% de los votos imprescindible para tener representación en la Asamblea de Madrid.
Fue el caso de Ciudadanos, el partido de centro que se quedó en el 3,56% de los votos y consumó el desastre electoral que vaticinaban todas las encuestas y que comenzó en Cataluña hace unos meses. En el PSOE, la sensación de batacazo era evidente en la cara y las expresiones de un intelectual fuera de sitio como Ángel Gabilondo, que reconoció no haber podido enfrentarse al clima de confrontación de la campaña. Fue muy evidente su soledad, su triste comparecencia rodeado por sus más directos colaboradores pero sin altos dirigentes del PSOE ni del Gobierno cuando su campaña había sido dirigida, diseñada, cambiada, destrozada por los vaivenes ideológicos desde la Moncloa.
Solo compareció, en una alocución mal grabada y sin preguntas el secretario de Organización del PSOE, el ministro José Luis Ábalos para poner tareas a los socialistas madrileños para las próximas elecciones de dentro de dos años. Ninguna autocrítica aunque Más Madrid con Mónica García había conseguido superar en votos y empatar en escaños a los socialistas, convirtiéndose en la otra protagonista de la noche electoral.
Por supuesto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, optó por mantenerse alejado de una contienda electoral que había aceptado de buen grado en principio, con el cara a cara que le planteaba Isabel Díaz Ayuso, sin saber calibrar que su desastre de gestión de la pandemia es la causa principal de la derrota socialista en Madrid que presagia también un cambio de Gobierno a nivel nacional cuando se convoquen las elecciones generales. Los analistas apostaban por una convocatoria adelantada de los comicios generales, previstos para dentro de dos años, y otros aseguraban que Sánchez se mantendrá todo el tiempo que pueda en la Moncloa a pesar de su precaria y agitada coalición de gobierno con Podemos que tiene que buscar en Yolanda Díaz a la lideresa que sustituya a Pablo Iglesias, que seguro seguirá conspirando en la trastienda desde algún programa de televisión producido por Mediapro con financiación china.
El presidente del PP, Pablo Casado, compareció ante numerosos militantes que se concentraron en la calle Génova de Madrid, frente a una sede que quizá ahora no sea tan maldita, y se subió a la ola de ilusión y optimismo desatada por la persona por la que él apostó hace dos años ante las críticas de muchos compañeros de partidos que no veían en Isabel Díaz Ayuso a una candidata cualificada para la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Ahora, esa apuesta ganadora tiene que rendir sus réditos a un Pablo Casado que ha asumido los postulados de Díaz Ayuso con la libertad por delante, la bajada de impuestos, la educación concertada y especial, y un apoyo real y decidido a los empresarios y autónomos en una situación tan delicada como la que se está sufriendo por el coronavirus. Casado auguró que hoy el PP ganaba en Madrid y que mañana lo haría en el gobierno de España.
Son muchos los detalles que habrá que analizar con más tiempo y mejor perspectiva y numerosos los interrogantes que se abren tras los contundentes resultados en Madrid. La primera cuestión que parece fácil pero que tendrá sus complicaciones es concretar las condiciones del apoyo de Vox a Ayuso, al menos para su abstención que es lo que bastaría. Cómo va a rentabilizar Pablo Casado esta victoria de cara a su asalto al Palacio de la Moncloa. La necesidad de mejorar notablemente la política contra la pandemia que es la clave que mueve la voluntad electoral de los ciudadanos por la nefasta gestión del Gobierno de Sánchez e Iglesias.
Veremos si hay vientos de adelanto de elecciones generales o el Gobierno Frankenstein se mantendrá bajo viento y marea para intentar recuperar algo de la confianza perdida de los ciudadanos a golpe de millones del Plan de Recuperación de la Unión Europea. Aunque todas las previsiones indican que ese dinero no va a llegar a las pequeñas y medianas empresas, ni a autónomos, que representan más del 90% del tejido empresarial y del empleo en España.
En el PSOE, la reflexión de los resultados electorales va a ser profunda y va a remover muchos pivotes principales ante su ineficacia y su mediocridad, aunque es muy dudoso que el tsunami socialista llegue a su principal responsable que es Pedro Sánchez. Pero el camino a partir de ahora será bastante distinto. También en Ciudadanos se verán las tristes consecuencias de una debacle anunciada, pero por eso no menos dura y frustrante para una buena persona como es Edmundo Bal. Era de todos conocido que la decisión de Albert Rivera y de Pedro Sánchez, tanto monta monta tanto, de no formar gobierno con una mayoría de 180 diputados supondría el final para muchas aventuras sin utilidad para los ciudadanos, solo para el protagonismo político de algunos. Arrimadas debe dar la cara.
Habría que destacar un comportamiento que no debe pasar sin el castigo adecuado, el de José Félix Tezanos al frente del CIS con una manipulación execrable de una institución pública en beneficio de su partido. Si tuviera la vergüenza que tenía hace pocos años, presentaría su dimisión irrevocable, pero hay otros muchos que si tuvieran algo de vergüenza tendrían que haber dimitido hace muchos meses.
Una vez consumada la victoria electoral, la vacunación y la lucha contra el coronavirus sigue siendo el problema principal de los ciudadanos de Madrid y de toda España, y a la vez, afrontar las medidas imprescindibles para la lucha contra la crisis y el desempleo será la exigencia constante de los ciudadanos.