Israel declara el estado de emergencia a medida que se recrudece el conflicto con Hezbolá

La milicia chií libanesa mantiene su ofensiva contra el norte de Israel después de que las FDI alcanzasen alrededor de 1.300 objetivos terroristas en todo el Líbano
Los sistemas de defensa aérea israelíes interceptan ataques lanzados desde el Líbano por Hezbolá - REUTERS/AYAL MARGOLIN
Los sistemas de defensa aérea israelíes interceptan ataques lanzados desde el Líbano por Hezbolá - REUTERS/AYAL MARGOLIN
  1. Irán asegura que “no busca una guerra más amplia”

El enfrentamiento entre Israel y Hezbolá ha vivido su jornada más intensa en más de 11 meses y amenaza con seguir escalando. La operación militar de las Fuerzas de Defensa de Israel contra la milicia chií respaldada por la República Islámica de Irán -recientemente bautizada como “Flechas del Norte”- ha alcanzado más de 1.300 objetivos terroristas en todo el Líbano, incluido el sur y el valle de Bekaa, uno de los principales bastiones de Hezbolá. 

Los ataques también han dejado cerca de 500 muertos y más de 1.600 heridos, según el Ministerio libanés de Sanidad, que no distingue entre civiles y combatientes. En este sentido, el Ejército israelí ha acusado a Hezbolá de usar a los ciudadanos libaneses como escudos humanos al esconder armamento en edificios residenciales, utilizando la misma técnica de Hamás en la Franja de Gaza.

También, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha difundido un vídeo coincidiendo con la operación “Flechas del Norte” dirigido al pueblo del Líbano en el que asegura que “la guerra de Israel no es contra los libaneses, sino contra Hezbolá”.

“Esos cohetes y misiles apuntan directamente a nuestras ciudades y a nuestros civiles”, declaró Netanyahu, pidiendo a los civiles libaneses que no permitiesen a Hezbolá “poner en peligro sus vidas ni las de sus seres queridos”. “Abandonen la zona ahora. Una vez que nuestra operación haya terminado, podrán regresar a sus hogares sanos y salvos”, indicó. 

Antes de lanzar los ataques, las FDI instaron a los civiles libaneses a evacuar las zonas cercanas a los emplazamientos de armas de Hezbolá, lo que provocó un éxodo masivo de decenas de miles de personas del sur del país. 

Además de atacar infraestructura terrorista y depósitos de armas, Israel llevó a cabo un ataque aéreo en Beirut contra a Ali Karaki, jefe del frente sur de Hezbolá y el tercer funcionario de mayor rango del grupo. Este ataque se produce apenas tres días después del asesinato del alto comandante de Hezbolá Ibrahim Aqil y de otras figuras de alto perfil de la fuerza de élite Radwan del grupo terrorista.

La milicia libanesa, por su parte, desmintió la muerte de Karaki, asegurando que “está a salvo y ha sido trasladado a un lugar seguro”.

Como estaba previsto, el grupo terrorista respondió a la operación lanzando cientos de cohetes contra el norte de Israel. Por primera vez desde que Hezbolá comenzó su ofensiva contra el Estado judío el 8 de octubre en apoyo a Hamás, la milicia libanesa atacó Haifa -la tercera ciudad más grande de Israel-, así como territorios palestinos en Cisjordania. La mayoría de estos ataques fueron interceptados por las defensas aéreas y otros cayeron en áreas abiertas, provocando daños pero ningún herido grave.

Hezbolá continuó con sus ataques durante la madrugada, lanzando unos 20 proyectiles contra la región de Baja Galilea, incluyendo la ciudad de Nazaret -de mayoría árabe-, dejando al menos cuatro heridos. Las FDI respondieron atacando objetivos de Hezbolá a primera hora de la mañana, dejando al menos 10 muertos en la región de Bekaa, según medios libaneses. 

En medio de esta escalada, el Gobierno israelí liderado por Benjamin Netanyahu, ha aprobado una declaración de “situación especial en el frente interno” en todo el país hasta el próximo 30 de septiembre citando un alto riesgo de ataques contra civiles. Por el momento, las directrices del Comando del Frente Nacional se mantienen sin cambios y las escuelas al norte de Haifa permanecerán cerradas hasta el jueves.

Irán asegura que “no busca una guerra más amplia”

La comunidad internacional teme ahora una escalada y expansión del conflicto después de casi un año de guerra entre Israel y las milicias respaldadas por Irán en Oriente Medio: Hamás, Hezbolá, los hutíes y los grupos armados en Irak y Siria. 

Sin embargo, de acuerdo con el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, Teherán “no busca una guerra más amplia”, recalcando que un conflicto así no tendría ganadores.

<p>Un hombre hace el signo de la victoria mientras va en bicicleta frente a un enorme cartel que representa al presidente iraní Masoud Pezeshkian (derecha) y al líder asesinado del grupo palestino Hamás Ismail Haniyeh en la plaza Valiasr de Teherán el 8 de agosto de 2024 - PHOTO/AFP </p>
Un cartel que muestra al presidente iraní Masoud Pezeshkian (derecha) y al líder asesinado del grupo palestino Hamás Ismail Haniyeh en la plaza Valiasr de Teherán el 8 de agosto de 2024 - PHOTO/AFP 

Las recientes derrotas de Hezbolá han supuesto un duro golpe para el llamado ‘Eje de la Resistencia’ liderado por Irán, que no entrará en una guerra abierta con Israel por ninguno de sus aliados regionales, a los que usa para atacar indirectamente al Estado judío. 

A pesar de armar, financiar y respaldar a todas estas milicias, Pezeshkian ha acusado a Israel de “ampliar” este conflicto, asegurando que Teherán no quiere “ser la causa de la inestabilidad en la región”.