Comienza un nuevo año, y la visita oficial de dos días por parte del jefe de la diplomacia europea Josep Borrell al Reino de Marruecos –donde se ha reunido con el presidente del Gobierno marroquí, Aziz Akhannouch, y con el jefe de la cartera de Exteriores, Nasser Bourita– parece dar cuenta de los intentos de Bruselas por inaugurar un clima de renovada confianza entre ambos socios.
Je commence ma première visite au #Maroc comme Haut-Représentant/Vice-Président avec une rencontre de qualité avec le chef du gouvernement marocain, M. Aziz Akhannouch @ChefGov_ma.
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) January 5, 2023
L'occasion d'échanger sur le partenariat UE-Maroc à approfondir à l’aune des défis communs. pic.twitter.com/qQvkkJoOH3
“Consideramos que Marruecos es nuestro socio más dinámico y más cercano”, afirmaba el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de los Veintisiete, pero la asociación debe continuar trabajando por “pasar de las palabras a los hechos”, agregó en rueda de prensa conjunta –junto a Bourita– haciendo referencia a las cuestiones climáticas y las relacionadas con la crisis energética. “Hay que cumplir los compromisos” y trabajar con una visión “más ambiciosa” para conseguir “que las letras escritas sobre el papel se conviertan en algo que los ciudadanos puedan percibir en su día a día”.
En este sentido, un documento publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos ha recogido los principales ejes de cooperación entre Bruselas y Rabat que se han abordado en el encuentro, y que, se espera, den sus frutos en los próximos meses. La firma de Asociación Verde (la primera de este tipo entre los dos socios), la puesta en marcha del Plan Económico y de Inversiones incluido en la Nueva Agenda para el Mediterráneo con proyectos de economías resilientes, transformación digital, transición y seguridad energética y agricultura y desarrollo sostenible), o la asociación para movilidad y el control de la migración, han sido solo algunas de las cuestiones sobre las que los funcionarios europeos y marroquíes han trabajado.

La visita se enmarca en la Declaración Política Conjunta de 2019 que establecía una estratégica “Asociación Euro-Marroquí para la Prosperidad Compartida” –en materia de política y seguridad, de economía, de valores y de conocimientos– y que institucionalizaba los contactos regulares entre el Reino y los Veintisiete. Las relaciones son “sólidas y estratégicas”, apuntó Borrell, y se basa sobre “acciones concretas” especialmente relevantes a la luz “de los tiempos difíciles a los que Europa debe enfrentar en la actualidad”.
Avec le ministre Bourita, nous avons eu un échange substantiel sur le partenariat UE - Maroc ancien et stratégique.
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) January 5, 2023
Nous avons échangé sur les tensions et défis géopolitiques actuels.
Il nous incombe de les relever avec une responsabilité partagée.@MarocDiplomatie pic.twitter.com/As4a3MjboE
Además, el encuentro entre el jefe de la diplomacia europea y las autoridades marroquíes ha simbolizado el deshielo de las relaciones entre ambas partes después de que, el pasado mes de verano, Josep Borrell afirmase en una entrevista para RTVE se favorable a la celebración de una “consulta” al pueblo saharaui sobre su situación. Algo que Rabat calificó de “declaraciones inapropiadas”, y que terminaron por provocar que el encuentro programado para agosto fuese pospuesto.
Nous lançons aujourd’hui deux nouvelles initiatives qui vont renforcer notre partenariat avec le Maroc :
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) January 5, 2023
1) un Dialogue de haut niveau en matière de sécurité. Nous allons lutter ensemble contre les menaces à notre sécurité et contre le terrorisme dans notre voisinage immédiat. pic.twitter.com/39ocZDpOMM
Ahora, el Alto Representante de Exteriores parece haber acercado su postura a la propuesta de resolución marroquí. “Hemos tomado nota, y valoramos los esfuerzos serios y creíbles llevados a cabo por Marruecos”, expresó Borrell, subrayando el apoyo europeo a las iniciativas de Naciones Unidas, y en especial, del enviado especial al territorio, Staffan de Mistura, para encontrar “una solución justa, realista, pragmática, sostenible y mutuamente aceptable”.
Y es que la cuestión del Sáhara Occidental es de vital importancia para Rabat, que durante los últimos años ha venido realizando grandes esfuerzos diplomáticos para afianzar su plan de autonomía saharaui bajo soberanía marroquí. Un plan que ha recibido ya importantes apoyos internacionales como el de Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Israel o España, metrópoli del territorio durante el periodo colonial. Mientras, países como Argelia –rival político y regional de Rabat– respaldan la postura del Frente Polisario, abogando por un referendo de independencia.