El Gobierno ucraniano ha sido claro: unirse a la OTAN es una prioridad “incondicional” para el país. De esta manera, Kiev desmiente las declaraciones de su embajador en Londres, Vadym Prystaiko, quien aseguró durante una entrevista a la BBC que su país sería “flexible” y “responsable” sobre su ingreso a la Alianza. “Podríamos (no unirnos), especialmente al ser amenazados de esta manera, sobornados así”, reveló el diplomático.
“El camino euroatlántico sigue siendo una prioridad incondicional”, indicó, por el contrario, el portavoz del presidente Volodimir Zelenski, Sergii Nykyforov a la agencia de noticias ucraniana UNIAN. “Este camino no solo está consagrado en la Constitución, sino también ha sido adoptado con el pleno consentimiento del Gobierno y la sociedad”, añadió.
Por otra parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Oleg Nikolenko, escribió en su cuenta de Twitter que las palabras del embajador fueron sacadas de contexto y que la posición de Ucrania respecto a la OTAN “permanece sin cambios”.

Ucrania, al igual que otros países bajo el área de influencia de Rusia, ha expresado su deseo de ingresar en la OTAN, convirtiéndose en uno de los principales candidatos para sumarse a la Alianza, como Georgia o Bosnia-Herzegovina. En 1991, Kiev se unió al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte y en 1994 al programa Asociación por la Paz. Desde entonces, Ucrania y la OTAN han colaborado en materia de seguridad y defensa.
En 2008 el expresidente estadounidense, George W. Bush, intentó acelerar el ingreso de Ucrania a la OTAN ante la negativa de algunos miembros. El presidente ruso, Vladimir Putin, no fue el único que expresó su rechazo al ingreso de Kiev en la Alianza. La excanciller alemana, Angela Merkel, y el exprimer ministro francés, François Fillon, también difirieron de la opinión de Bush. "Nos oponemos a la entrada de Georgia y Ucrania porque pensamos que no es una buena respuesta al equilibrio de poder dentro de Europa y entre Europa y Rusia", declaró entonces el mandatario galo.

La situación se mantuvo hasta que llegó el Euromaidán y la posterior anexión de Crimea por parte de Moscú. Desde entonces, la asociación entre Kiev y la OTAN se ha incrementado, lo que ha provocado que el número tropas de la Alianza haya aumentado en la región del Este de Europa y en el mar Negro.
El conflicto del Donbás, por otro lado, ha intensificado los deseos del Gobierno de Kiev por formar parte de la organización. En junio de 2017, el Parlamento ucraniano adoptó una ley que restablece la membresía en la OTAN como un objetivo estratégico de política exterior y de seguridad nacional. Dos años después, en 2019, entró en vigor una enmienda correspondiente a la Constitución de Ucrania; mientras que, en 2020, Zelensky aprobó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Ucrania, que establece el desarrollo de la asociación con la OTAN con el fin de formar parte de la Alianza.

Durante el encuentro entre el canciller alemán, Olaf Scholz, y Zelensky también se ha abordado este asunto. El líder ucraniano señaló que la adhesión a la OTAN garantizaría la seguridad e integridad del país. Por otro lado, Scholz calificó las maniobras militares rusas en la frontera ucraniana como “incompresibles”. “No hay razones para un despliegue militar semejante. Pedimos a Rusia que aproveche las propuestas de diálogo existentes”, añadió. Asimismo, el canciller ha recalcado que “Alemania está muy cerca de Ucrania”, y ha recordado que Berlín ha sido el apoyo económico de Kiev, un aspecto que ha hecho al país "más resistente contra las ofensas del extranjero”.
El presidente de Ucrania ha vuelto a hacer un llamamiento los ciudadanos para que mantengan la calma después de las declaraciones de Washington en las que advertían de una invasión inminente que provocaría una “campaña sangrienta” en el país. Además, Zelensky ha pedido evidencias sobre esa supuesta agresión. “Si usted, o cualquier otra persona, tiene información adicional sobre una invasión 100% rusa a partir del 16 (de febrero), envíenos esa información”, señaló.

El líder ucraniano también busca minimizar los daños que está sufriendo la economía nacional por la situación actual. En este sentido, el Gobierno está tratando de persuadir a las aerolíneas para que no suspendan los vuelos a Ucrania, una decisión que han tomado después de las alarmantes declaraciones estadounidenses. También, las principales aseguradoras han suspendido la cobertura de los vuelos al país durante 48 horas, el tiempo que aseguró Washington que tardaría Rusia en atacar Ucrania.
“En este momento estamos negociando. Estamos hablando con embajadas, diplomáticos para llegar a un entendimiento entre las compañías de seguros, propietarios y aerolíneas para realizar vuelos en el cielo ucraniano”, anunció el viceministro de Infraestructura, Vasyl Shkurakov al canal ucraniano Dom TV.