Antes se llevará a cabo un foro preparatorio para lo que se espera sea un proyecto “ampliamente representativo de todas las partes”

Libia se prepara para el lanzamiento del Proyecto de Reconciliación Nacional

photo_camera PHOTO/ARCHIVO - El primer ministro libio, Abdul Hamid Dbeibé durante una rueda de prensa

La inestabilidad en Libia podría tener los días contados. Al menos es lo que se espera con este Proyecto de Reconciliación Nacional anunciado por el Consejo Presidencial de Libia. En los próximos días tendrá lugar el foro preparatorio para este proyecto que se espera sea “ampliamente representativo de todas las partes y regiones de Libia”. El propio Consejo ha informado de que el vicepresidente Abdullah Al-Lafi se reunió ayer por la tarde con el presidente del Consejo Nacional de Planificación, Moftah Ahrair, y con el jefe del Comité de Seguimiento del Proyecto de Reconciliación Nacional, Ayman Seif Al-Nasr, en la oficina del Consejo Presidencial de Trípoli. 

Al-Lafi ha asegurado que, desde que se pusiese en marcha esta iniciativa hace meses, el ritmo de los avances ha sido constante, y se espera que este foro previo a la aprobación del proyecto sea la piedra angular del mismo. No hay que olvidar que todos estos esfuerzos se podrían ver truncados por los llamamientos por parte de Jalifa Haftar a un “levantamiento pacífico”, ya que cree que “le hicimos espacio a los líderes políticos para que acordaran poner fin al bloqueo político, pero fracasaron”.  

Jalifa Hafter

La visión del Ejército como única solución a la situación que atraviesa Libia es uno de los mayores inconvenientes al proyecto que se espera pueda dar comienzo a la mayor brevedad posible. Haftar, sin embargo, ve necesario que sea el pueblo quien “tome el control y avance en la construcción de un estado civil basado en la libertad, la justicia y la igualdad”. El “callejón sin salida” del que habla el mariscal requiere una solución cuanto antes y, mientras él sigue apostando por la vía más radical, los políticos ahora ponen en marcha una iniciativa que permita, por fin, estabilizar el país, lo que, por otro lado, no han conseguido, a pesar de los numerosos esfuerzos. 

En este contexto de cambios y propuestas, aparece en el horizonte la candidatura libia para albergar el gasoducto transahariano, lo que ha pillado con el pie cambiado a más de uno. El Gobierno de Unidad Nacional (GUN) dio a conocer el mes pasado que se había postulado como una de las opciones durante la cumbre ministerial de la Organización Africana de Productores de Petróleo (APPO, por sus siglas en inglés). Y es que la propuesta de Trípoli, aunque inesperada, ofrece unas condiciones mejores que la argelina, al menos en términos geográficos, lo que se traduce en un importante ahorro en los costes y plazos de construcción. 

Gasoducto

Sin embargo, los planes libios, a pesar de las ventajas que ofrecen, también presentan algunos inconvenientes intrínsecos al propio país. La inestabilidad política es una de las dificultades más evidentes que presenta el posible pacto para la construcción del gasoducto que, eso sí, supondría un innegable impulso para Trípoli debido al valor del conducto, calculado en torno a los 13.000 millones de euros. La ruptura entre el GUN y el GSN (Gobierno de Estabilidad Nacional) complica cualquier acuerdo con agente externo, sobre todo mientras Abdul Hamid Dbeibé se siga aferrando al cargo que debía abandonar en febrero y propiciando el enfrentamiento con el presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Saleh, quien guarda estrechos vínculos con Jalifa Haftar. 

Como no podía ser de otra manera, Libia no es el único país que quiere hacerse con este lucrativo proyecto. Marruecos y Argelia cuentan ambos con la firma de un Memorando de Entendimiento con Nigeria, aunque, lo que es seguro es que sólo una de las dos saldrá adelante debido a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Rabat y Argel en agosto del año pasado. Entre estos, es Argel quien parte con relativa ventaja gracias a la menor extensión que tendría la infraestructura en comparación con la propuesta marroquí, además de que, en el caso de Argelia, sólo debería atravesar Níger. 

Erdogan

Para aprovechar esta situación aparece uno de los actores regionales que, antes o después, siempre acaba haciendo acto de presencia en casi toda cuestión que rodea sus fronteras. Turquía podría ser el principal impulsor de la propuesta libia, con quien sellaron un Memorando de Entendimiento con el Gobierno de Dbeibé en los últimos días. Según el diario Al Arab, podría ser el propio Recep Tayyip Erdogan el que estuviese utilizando su influencia para presionar a Abuya. La explicación de este movimiento está en el importante beneficio que podría reportar a empresarios turcos el nexo en términos de energía entre Europa y África que supondría la materialización de este acuerdo. 

Más en Política