La triste noticia de la muerte de 23 migrantes subsaharianos en el reciente asalto a la valla de Melilla generó controversia y dudas sobre la situación fronteriza terrestre entre Marruecos y España. Hubo críticas desde varios sectores y medios, pero los Gobiernos marroquí y español pronto salieron al paso manifestando que esa incidencia fue un asalto violento a la valla melillense ante el que las fuerzas de seguridad respondieron de cara a proteger la frontera, según indicaron ambos Ejecutivos.
Enseguida se apuntó al problema de fondo que supone la actividad de las mafias que trafican con personas y que son las que generan realmente el problema en determinados puntos calientes de pasos fronterizos en varias partes del mundo, como ocurrió en Melilla o como sucedió también recientemente en las inmediaciones de la frontera entre Estados Unidos y México, en Texas, donde 46 migrantes murieron en principio asfixiados en un camión abandonado debido a las altas temperaturas de la zona. En este tipo de cuestiones se señala claramente a la labor delictiva de las mafias que trafican con migrantes, las cuales obtienen importantes sumas de dinero de personas desesperadas que quieren acceder a países que ofrecen más posibilidades que los suyos de origen y que arriesgan su dinero y, sobre todo, sus vidas al ser llevados por estas organizaciones criminales a través de rutas peligrosas e inseguras para poder cruzar determinadas zonas fronterizas. La inmigración es un asunto preocupante en EEUU, por ejemplo, donde el año pasado se detuvo a un número récord de inmigrantes indocumentados que cruzaban al país desde territorio mexicano, muchos de ellos viajaron a través de accesos peligrosos.

En cuanto al último suceso de Melilla, que dejó bastantes repercusiones por ser un asalto masivo a la valla que dejó una preocupante aglomeración de personas y caídas mortales, el Ejecutivo de Marruecos manifestó que los fallecimientos se produjeron por la avalancha producida en el avance sobre la propia valla y tanto el Gobierno marroquí como el español defendieron la labor realizada por la Gendarmería marroquí y la Policía española en defensa de las fronteras hispano-marroquíes.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, alabó la labor migratoria de Marruecos y se refirió al asalto como “un ataque a las fronteras de España” mediante el uso de diversas armas como “hachas y garfios”, según señaló a la agencia The Associated Press. “Estamos hablando de un intento de asalto a la valla que evidentemente se realizó de forma agresiva, por lo que lo que hicieron las fuerzas de seguridad del Estado español y guardias marroquíes fue defender las fronteras de España”, señaló Pedro Sánchez. El máximo dirigente español también instó a que se brinde más soporte al país norteafricano para frenar el fenómeno de la inmigración irregular. "Marruecos, como país de tránsito, sufre el problema de la inmigración ilegal, y debemos ayudarlo a enfrentar las mafias del tráfico de seres humanos y controlar los flujos migratorios", señaló Sánchez en declaraciones efectuadas a la Cadena SER. “La tragedia de la migración irregular es compleja y no podemos mirarla desde un único punto de vista”, dijo el presidente del Gobierno español, quien añadió que “el fenómeno debe analizarse desde un enfoque integral y transversal”, señalando que “España y la Unión Europea están llamadas a incrementar la ayuda al desarrollo a los países de origen y tránsito que sufren este fenómeno”.

Esta tragedia de Melilla puso de manifiesto nuevamente los esfuerzos que debe hacer Marruecos para frenar la migración irregular y hacer frente a las mafias de trata de seres humanos, una labor hercúlea para la que diversos políticos y diputados europeos y marroquíes piden asistencia y apoyo.
Varios responsables políticos pidieron a sus países y a la Unión Europea en su conjunto que presten el apoyo necesario a Rabat en el papel decisivo que está jugando para frenar la inmigración irregular, tema que afecta bastante a España como principal puerta de acceso de migrantes africanos, sobre todo subsaharianos, a territorio europeo. Unos migrantes que son víctimas en muchos casos de organizaciones criminales que trafican con seres humanos, arriesgando la vida en muchos casos de estos.

En este caso, el eurodiputado checo Tomasz Zdikovsky pidió apoyo a los esfuerzos del reino alauí, destacó que “la llegada masiva de 2.000 inmigrantes del África subsahariana también sufre la presión migratoria”. Zdikovsky también había calificado la nueva posición de España sobre el Sáhara marroquí como un “paso histórico”, dando muestra de la corriente de apoyo que hay en Europa a los últimos acercamientos diplomáticos con Marruecos potenciados desde España, lo que supone un gran espaldarazo a la propuesta marroquí de amplia autonomía del Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí como opción más realista y creíble para solventar el conflicto saharaui. Desde diversas esferas políticas europeas se considera a Marruecos un socio fiable de la UE en materia migratoria y en otras de relieve como la lucha antiterrorista y contra el yihadismo también. Todo ello da muestra de los fuertes lazos políticos que unen al Reino con diversos países del entorno europeo.
También, desde la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa en el Parlamento Europeo, el diputado búlgaro Ilhan Kyuchyuk pidió a la UE apoyar la "política de inmigración humana en África" de Marruecos. "Debemos apoyar a Marruecos como un socio estratégico importante y confiable para Europa en el campo de la lucha contra el contrabando y las mafias y el control de la inmigración ilegal", señaló Kyuchyuk en la red social de Twitter.
#Morocco’s humane migration policy in #Africa should be supported. We need to strengthen Morocco as the main strategic and reliable partner of the #EU for fighting against trafic, mafias and controlling irregular migration.https://t.co/LdmuWOmC5U
— Ilhan Kyuchyuk (@ilhankyuchyuk) June 28, 2022
Por su parte, Lahcen Haddad, presidente de la Comisión Parlamentaria Mixta entre Marruecos y la Unión Europea, afirmó que "el Reino está empleando sus propios recursos para proteger sus fronteras y cooperar con Europa y África para gestionar mejor los flujos migratorios". Haddad destacó en una carta a los homólogos del Comité en el Parlamento Europeo que "Marruecos gasta 500 millones de euros anuales para combatir la migración irregular a Europa, mientras que la ayuda de la Unión Europea a Marruecos en este sentido no supera un total de 270 millones de euros para una período total de 15 años, es decir, una media de no más de 15 millones de euros al año”, señalando además que la lucha contra la migración irregular requiere recursos reales y colaboración, como informó el medio Al-Arab.
Por el momento, Marruecos utiliza sus propios recursos para vigilar 3.500 kilómetros de fronteras marítimas y 3.400 kilómetros de fronteras terrestres, lo que supone un “reto enorme”, según Haddad. Una difícil labor que seguramente requiere de un mayor apoyo por parte de la UE.