Marruecos no puede entenderse sin su Sáhara

Abdul Basit Syed habló desde las Naciones Unidas en Nueva York sobre el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara.
El Dr. Abdul Basit Syed es británico y reside en Londres, Reino Unido. Ocupa altos cargos en diversas organizaciones mundiales. Ha participado activamente en actividades comunitarias y ha puesto en marcha soluciones a las actividades terroristas con el único objetivo de llevar la paz y la armonía a diversos sectores. Ha trabajado con la comunidad para promover la prevención de dichas actividades a través de sus iniciativas, actos y programas.
Reconoce al Sáhara Occidental como parte del Reino de Marruecos, y ésta fue precisamente la idea que defendió en la sede de la ONU en Nueva York.

A continuación, reproducimos el discurso de Abdul Basit Syed ante la ONU:
Excelencias, Representantes de las Naciones Unidas, Señoras y Señores,
La paz no es el objetivo más elevado de la vida. Es el requisito más fundamental.
Sin Paz, no hay Desarrollo ni implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Repasando el plan de autonomía, presentado por el Reino de Marruecos al Consejo de Seguridad, me he dado cuenta de que es un esfuerzo apreciable para resolver un problema que ha durado demasiado tiempo.
Invito a todos, de la comunidad internacional, a una lectura en profundidad de esta propuesta con el fin de identificar las vías y los medios de una solución duradera, ya que el documento presentado por el Gobierno de Marruecos estipula la apertura constante a su aplicación y a su impacto potencial.
El plan de autonomía de Marruecos es la única solución seria, creíble y realista.
Insisto en que todas las dinastías que han gobernado Marruecos han salido del Sáhara, es decir, Marruecos no puede entenderse sin su Sáhara porque de ahí ha surgido la unión que ha permitido mantener esta nación histórica durante 12 siglos.
He tenido muchas reuniones con representantes de las diferentes tribus que componen el sur de Marruecos, me han demostrado claramente que la mayoría de lo que ellos llaman, entre comillas, el pueblo saharaui, son marroquíes, se consideran marroquíes desde hace muchos, muchos, siglos, y que siempre ha habido una relación muy directa con las diferentes dinastías que han gobernado el país.
Gran parte de la comunidad internacional está a favor de la iniciativa de autonomía marroquí, que satisface perfectamente todos los requisitos de pragmatismo, realismo, compromiso y durabilidad establecidos por el Consejo de Seguridad, ya sea a nivel de las Naciones Unidas, de las naciones africanas o del mundo entero.

En este mundo, nos enfrentamos a diversas formas de violencia que sólo pueden resolverse mediante la Paz y el entendimiento mutuo. La banda del Frente Polisario es un grupo rebelde armado que no debe ser apoyado por ninguna fuerza.
Nuestra modesta contribución a la construcción de una paz duradera en las zonas de conflicto consiste en poner nuestros diversos títulos al servicio de la búsqueda de soluciones para una cohabitación pacífica entre las comunidades y los pueblos de nuestro planeta.
Así, cada persona amante de la Paz y de la Justicia, cada cual, en su pequeña o gran esfera, debe inscribirse en la lógica de una búsqueda frenética de soluciones para una Paz duradera en un mundo que haga y hará buena la vida de todos y cada uno.
La solución del contencioso debe basarse en un “compromiso” conforme a los principios y objetivos de la Carta de la ONU, que es una “decisión sabia conforme al derecho internacional”.
Los Estados Unidos, y muchos de los países poderosos del mundo, han reconocido la plena soberanía de Marruecos sobre sus provincias del sur, sobre el Sáhara Occidental. Esta postura es suficiente para zanjar la cuestión. En mi opinión, la cuestión del Sáhara marroquí está zanjada.