Pedagogía de la cultura de la defensa

- Por qué es necesaria la cultura de defensa
- Qué medidas se han tomado
- Camino por recorrer
- Referencias
Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.
Por qué es necesaria la cultura de defensa
Buena parte de los problemas a los que nos enfrentamos es la falta de concordancia entre las amenazas que percibe el ciudadano y la realidad, desde hace mucho tiempo, este percibe la amenaza de una guerra como algo muy lejano. Aunque Ucrania se encuentre a 3.000 km, lo cierto es que la agresión rusa ha afectado a la vida diaria de los ciudadanos en forma de inflación y ha producido consecuencias para la economía general. También ha supuesto para los Gobiernos la necesidad de un mayor esfuerzo para financiar el bienestar social en este contexto. Como regla general, el ciudadano no considera que su seguridad esté amenazada. Aquí entra más intensamente el concepto de estrategias híbridas por poderes exteriores. La ciudadanía está cada vez más acostumbrada a utilizar canales digitales en su vida y cualquier anomalía puede afectarles gravemente. En este sentido, en los últimos años, se pueden citar ejemplos como las «caídas» de las redes sociales Facebook y WhatsApp, propiedad de la estadounidense Meta1, que perjudicaron a millones de usuarios. En España en 2023 se produjo un cese temporal de operaciones que afectaron a la red SYS que engloba las transacciones con tarjetas de crédito o débito de las principales entidades bancarias españolas2. Otro ejemplo es la proliferación de virus o el robo de datos o encriptación maliciosa a cambio de un rescate (ransomware) de archivos sensibles como lo sucedido a través del portal judicial o el Hospital Clínic de Barcelona3. Lo descrito indica cómo pueden ser las consecuencias de un ciberataque, un sabotaje o una avería.
Aunque, según la percepción ciudadana, la amenaza terrorista parece haber disminuido, es la acción de los poderes públicos y de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como la mejora de la cooperación internacional lo que ha permitido que, en los últimos años, no se hayan producido atentados en nuestro país y en Europa. No obstante, la amenaza persiste, lo que hace necesario mantener la vigilancia para la protección de infraestructuras críticas y asegurar el día a día en la vida de los ciudadanos, y solventarla es responsabilidad de todos los ciudadanos, no solo de las Fuerzas Armadas (FAS). Por este motivo necesitamos que aumente en nuestra ciudadanía esta percepción, que aumente nuestra cultura de defensa para poder hacer frente, como país, a los diferentes riesgos y amenazas que pueden afectar a nuestra vida diaria y al futuro de nuestro país. La relación de las FAS y la sociedad española, simbolizada por las instituciones, ha sido compleja, habiendo jugado aquellas un papel importante, percibidas como árbitro y moderador de la propia sociedad. Así, en el siglo XIX son los militares los que, a falta de una burguesía liberal en nuestro país, impulsan la revolución liberal o, con ocasión de las guerras carlistas, apoyan a la regente Cristina y a la reina Isabel II. Sin embargo, entrando el siglo XX (la crisis del 98 y las guerras coloniales) las FAS abandonan aquella posición liberal, más progresista, y se hacen más conservadoras, una deriva que culmina con la Guerra Civil. Durante el régimen del general Franco, la imagen de las FAS que trasciende a la sociedad es la de una institución como propia del régimen, cuya función era reprimir y controlar la vida política y social, lo que indujo a quienes se oponían al mismo a enfrentarse a aquellas (y por extensión a cuanto representaba dicho régimen como la Iglesia, la unidad de España u otros símbolos nacionales). Se establece un Estado que, apoyado por un Ejército, impone una ideología y un régimen, generando en la sociedad una percepción negativa de la defensa y la seguridad e identificando FAS con franquismo4.
La llegada de la democracia permitió comprender la necesidad de asumir nuevos retos en seguridad y defensa que ya no estaban ligados con los del régimen5. En la transición política, en el ámbito militar, lo que más llama la atención es la paulatina «democratización» de las FAS. Durante el gobierno de Adolfo Suárez se emprenden una serie de reformas con la pretensión de modernizar las FAS, apartarlas del poder político, transformándolas en una administración militar al servicio del gobierno, y reducir su volumen hasta cifras coherentes con las necesidades y amenazas de un estado democrático rodeado de socios comunitarios. Desde mediados de los noventa, las FAS comienzan un creciente despliegue en operaciones de paz (Centroamérica, África, Balcanes, Afganistán, etc.) e igualmente colaboran en catástrofes y calamidades en el ámbito nacional e internacional. Las nuevas misiones que han ido emprendiendo les han otorgado mucho prestigio social. Si bien, a tenor de las diferentes encuestas realizadas en los últimos años, no parece que la defensa nacional sea una de las principales preocupaciones de los españoles (a lo que cabe añadir que los españoles son eminentemente pacifistas), hoy en día no existe, en absoluto, un rechazo de las FAS. Se trata de una de las instituciones más conocidas, mejor valoradas y menos controvertidas. Pero esta alta valoración en las encuestas no significa que los españoles quieran a «los militares en el poder», sino supeditados a los poderes civiles. Los sondeos realizados en nuestro país para testar el apoyo a las FAS evidencian un respaldo mayoritario de la sociedad española, que las sitúa como una de las instituciones más valoradas6. Sin embargo, este apoyo es menor entre la ciudadanía progresista o los más jóvenes, tal y como reflejan distintas encuestas y estudios publicados. Por ejemplo, en la encuesta elaborada por Sigma Dos para el periódico El Mundo en octubre de 2023, a partir de 2.600 entrevistas a personas mayores de 18 años con derecho a voto7. La conclusión es que el 60,7 % de los españoles y españolas se sienten muy o bastante orgullosos de las FAS.
Sin embargo, el orgullo por las FAS se modera entre diferentes espectros de la opinión ciudadana. Hay que remontarse al año 2017 para conocer el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la defensa nacional y las FAS8, basado en 2.500 entrevistas realizadas entre la población mayor de 16 años.
Si atendemos a alguno de los aspectos más interesantes del mismo, podemos observar que tan solo el 15,5 % de las personas encuestadas declaró tener una opinión muy buena sobre las FAS. El 49,6 % afirmó que su opinión era buena, mientras que el 21,3 % la calificó de regular, y el 8 % de mala o muy mala.
Pese al grado de aceptación y respaldo que reciben las FAS, el 60 % de los jóvenes de 16 a 28 años considera «nada probable» plantearse, en algún momento, la posibilidad de convertirse en soldado profesional alegando convicciones políticas o que no les gusta el Ejército.
Al margen de las interpretaciones, lo cierto es que la historia de nuestro país está indiscutiblemente ligada a su historia militar y a las relaciones entre el Ejército, el poder político y la sociedad. De hecho, la asociación del Ejército con la dictadura y represión franquistas ha contribuido, en gran medida, al rechazo de una parte de la sociedad a los estamentos militares. Y aunque las más de cuatro décadas de democracia y el papel de las FAS en la sociedad moderna actual han contribuido a revertir esta tendencia, podemos coincidir en que es necesaria una acción pedagógica para que se desprendan de estigmas que aún perduran.
De esta forma, nuestras FAS podrán obtener un respaldo mayor entre la ciudadanía, al margen de las tendencias políticas de cada cual, atraer el interés de la población más joven y construir una cultura de defensa más compartida; algo fundamental para el futuro.
Qué medidas se han tomado
La necesidad de promover el desarrollo de la cultura de defensa se nombra en el artículo 31 de la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional, que establece como finalidad «que la sociedad española conozca, valore y se identifique con su historia y con el esfuerzo solidario y efectivo mediante el que las Fuerzas Armadas salvaguardan los intereses nacionales».
En su artículo 5, la Ley 36/2015 de Seguridad Nacional insta al Gobierno a promover «una cultura de seguridad nacional que favorezca la implicación de la sociedad en su preservación y garantía, como requisito indispensable para el disfrute de la libertad, la justicia, el bienestar, el progreso y los derechos de los ciudadanos». Además, establece la necesidad de poner en marcha «acciones y planes que tengan por objeto aumentar el conocimiento y la sensibilización de la sociedad acerca de los requerimientos de la seguridad nacional, de los riesgos y amenazas susceptibles de comprometerla.
La integración de la defensa en el marco de la seguridad viene explicitada en la Estrategia de Seguridad Nacional, que establece que la cultura de seguridad nacional «es un complemento importante para el desarrollo y la consolidación de la política de seguridad nacional, ya que la concienciación social contribuye a fortalecer la resiliencia de la sociedad y del Estado».
Las líneas de acción y los instrumentos que permiten implementar la cultura de seguridad nacional y por tanto de defensa, se recogen en el Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional9 de 2021. Su objetivo principal es aumentar la concienciación social sobre la necesidad de la seguridad nacional y de la corresponsabilidad de todos en las medidas de anticipación, prevención, análisis, reacción, resistencia y recuperación respecto a los desafíos, riesgos y amenazas. El Plan establece cuatro ámbitos de actuación: formación, comunicación pública y divulgación, relevancia en el exterior y participación de la ciudadanía.
En septiembre de 2022 el DSN lanzó su primer vídeo institucional para promocionar la cultura de seguridad nacional y un año más tarde el segundo, con el lema «Seguridad nacional eres tú, somos todos», y haciendo hincapié en lo que contribuimos todos a la seguridad nacional, no solo las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Aparte de este vídeo conjunto, varios ministerios han realizado campañas publicitarias de sensibilización para fortalecer la opinión pública y concienciar sobre la corresponsabilidad de la ciudadanía en su propia seguridad. Toda la información sobre las actividades realizadas relativas al cumplimiento de este Plan, se recogen en el informe editado por el Departamento de Seguridad Nacional, el último fue publicado en diciembre de 202310 y en el mismo se recogen acciones de fomento de la cultura de seguridad nacional llevadas a cabo por el Foro Integral de Cultura de Seguridad Nacional, órgano colegiado paritario, con igual número de representantes de la Administración pública y de la sociedad civil/ sector privado, en el que se han establecido cinco grupos de trabajo liderados por el Consejo de la Juventud, la Federación Española de Municipios y Provincias, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado y la Unión Profesional. Además, se han llevado a cabo acciones desde los departamentos ministeriales para proyectar la transcendencia de la seguridad en sus distintos ámbitos competenciales.
En el ámbito internacional, la participación de las FAS en distintas misiones bajo el paraguas de la OTAN y de la Unión Europea, así como las labores de protección de los intereses españoles, forman parte de la política exterior y de la acción exterior del Estado. Así está determinado en la Ley 2/2014, de 25 de marzo, de Acción y del Servicio Exterior del Estado, que define a las Fuerzas Armadas como «un pilar básico en la acción exterior del Estado, garantizan la seguridad y la defensa de España y promueven un entorno internacional de paz y seguridad». Para acordar la participación de las FAS en misiones internacionales, la Ley 2/2014 se remite a los requisitos y procedimientos establecidos en la Ley 5/2005, de 17 de noviembre, de Defensa Nacional. Es decir, las FAS son un instrumento fundamental para la imagen de España en el exterior.
En este sentido, el informe de diciembre de 2023 del Departamento de Seguridad Nacional destaca que «las embajadas de España en el exterior han aprovechado la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023 para proyectar en el extranjero la imagen de España como un país seguro y responsable, comprometido con la paz y seguridad internacionales, y la seguridad del espacio euroatlántico y con una UE más segura y resiliente. Merece una mención especial la labor de concienciación del público sobre la importancia de las relaciones bilaterales en materia de seguridad y defensa de España con sus socios y aliados, a través de la publicación en redes sociales por parte de las embajadas de contenido relacionado». Como ejemplo, el informe menciona el de la Embajada en Washington, que publicó varios vídeos en diciembre con entrevistas a cadetes españoles en la Academia Militar de Estados Unidos en West Point, donde se dio énfasis a las relaciones bilaterales en materia de formación en el ámbito de la seguridad y la defensa. Además, se indica que esa Embajada difundió información sobre operaciones conjuntas de la Guardia Civil y el FBI.
Por otro lado, el informe subraya que muchas representaciones de España en el exterior participan en la tradicional celebración del día de las FAS el 31 de mayo. Así, se organizan recepciones en las residencias de las embajadas, a las que asisten autoridades locales, embajadores acreditados, miembros de las FAS locales e integrantes de la colonia española de cada país, entre otros. Estas recepciones, que se suman a la celebración de la Fiesta Nacional el 12 de octubre, permiten también transmitir, mediante discursos, los valores que vertebran la cultura de seguridad nacional española, así como la labor de nuestras FAS. Pese a las campañas de divulgación y al creciente uso de las redes sociales, no parece que se haya cumplido el objetivo de hacer llegar a la sociedad un conocimiento sobre las actividades dirigidas a promover la cultura de seguridad y defensa. Un ejemplo claro está en la red social X, antes Twitter, donde encontramos las siguientes cifras de seguidores en abril de 2024: Ministerio de Defensa tiene 477.968 seguidores; el Estado Mayor de la Defensa tiene 127.410 seguidores; FAS tienen 67.147 seguidores; el Ejército de Tierra tiene 255.694 seguidores; la Fuerza Terrestre tiene 58.796 seguidores; la Armada tiene 202.378 seguidores; el Ejército del Aire y del Espacio tiene 209.855 seguidores y la Unidad Militar de Emergencias tiene 192.804 seguidores.
Si comparamos estas cifras con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado nos encontramos una enorme diferencia de seguidores. La Guardia Civil tiene 2.080.122 seguidores y la Policía Nacional tiene 4.252.202 seguidores. Resulta especialmente llamativo que ni la Unidad Militar de Emergencias, que se encuentra bien arraigada en los conocimientos de la ciudadanía y debería suscitar un interés más cercano al de la Policía Nacional y la Guardia Civil, se acerca en número de seguidores.
Por su parte el portal de Cultura de Defensa que tiene por objeto informar a la ciudadanía sobre todos los aspectos de la Defensa, ha cambiado recientemente su página web (marzo de 2024), haciéndola más amigable e interactiva para que cualquier ciudadano pueda ejercer su derecho a informarse y, si lo considera oportuno, contribuir al esfuerzo de la defensa y a la difusión y fomento de la cultura de defensa. En este portal se detallan las líneas de actuación del Ministerio de Defensa para promocionar la cultura de Defensa. Además, cuenta con recursos didácticos para educación primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional que si se utilizasen podrían ayudar a incrementar el conocimiento de estos temas entre los alumnos.
El primer Plan director de Cultura de Defensa es de 2002, y ahora se ha sustituido por el Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional de 2021. En definitiva, la defensa de la cultura ya tiene 22 años, y aunque parezca mucho, no es tanto para que sus efectos y acciones hayan calado en la sociedad11.
Para conocer el inicio, esto es el estado de la opinión pública sobre la cultura de defensa, se han realizado estudios demoscópicos en un convenio suscrito entre el Instituto de Estudios Estratégicos y el Centro de Investigaciones Sociológicas. El último publicado es de 2019, anterior al Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional, por lo que entendemos que sus resultados servirán para iniciar las acciones descritas después en el Plan Integral.
En qué situación estamos, Aunque como hemos dicho en apartados anteriores existen varias encuestas a este respecto, vamos a centrarnos en los datos que se reflejan en el Observatorio Sociológico sobre las actividades, planes y programas del Plan de Cultura y Conciencia de Defensa del año 201912, publicado en el portal de Cultura de Defensa.
En dicho informe se publican los datos obtenidos de la encuesta realizada a 3.000 personas de más de 16 años en diversas CCAA, y lo que se pretende es conocer la opinión sobre las FAS, incluyendo la pregunta sobre si son una institución necesaria.
La mayoría de los encuestados ven la institución como muy necesaria o necesaria (60,9 %). Por tramos de edad, la respuesta que indica que las FAS son muy necesarias, se incrementa conforme esta aumenta. No obstante, conforme más jóvenes son los encuestados más consideran que las FAS son prescindibles. Además, y tomando como referencia la ideología, se observa una gran diferencia, y es que solo el 9,3 % de los de izquierdas ven a las FAS como muy necesarias frente al 54,3 % de derechas. Falta mucho por transmitir a la población la necesidad de las FAS como garantes de la seguridad ciudadana y de nuestros derechos y libertades, y que los esfuerzos que se deben equilibrar en la medida de lo posible esas diferencias enraizadas en nuestra población, desde el punto de vista cultural e ideológico.
Además, uno de los análisis que consideramos preocupantes de esta encuesta son los resultados obtenidos según el nivel educativo de los encuestados. A menor nivel educativo más necesaria se ve la institución (con la suma de las respuestas «muy necesaria» y «necesaria» pasamos del 80,3 % de quienes carecen de estudios en descenso paulatino hasta llegar al 56,6 % de quienes han cursado estudios superiores). Esto nos lleva a la conclusión de que no se ha difundido lo suficiente, no solo el papel de nuestras Fuerzas Armadas en la protección de nuestro Estado del bienestar, sino el ecosistema tecnológico e industrial que contribuye a aumentar el nivel de nuestro país en este respecto y es un motor tecnológico, económico y empleo, como se manifiesta en que solo el 14 % de los encuestados piensa que el gasto en defensa supone crear empresas tecnológicas punteras.
Otro de los puntos de la encuesta es la integración en la sociedad de los miembros de las FAS, que, aunque de media obtiene un 5,3 (siempre sobre 10), tanto entre los más jóvenes como entre los de 31 y 45 años se suspende con un 4,9 y tampoco es muy elevada la media de los de entre 46 y 65 años. Este hecho quizá sea un buen punto de partida para pensar en determinadas medidas que normalicen y faciliten la integración de nuestros militares en la sociedad. Estamos acostumbrados a ver entre nosotros a otros miembros de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y en ocasiones de peligro su mera presencia nos transmite tranquilidad (Guardia Civil en carretera, Policía Nacional en ciudad), pero desde las medidas adoptadas en los años 70 como consecuencia de los atentados terroristas en nuestro país, no estamos acostumbrados a ver en nuestro día a día a personas que identifiquemos como militares.
Otro aspecto preocupante de los resultados de esta encuesta lo encontramos en la pregunta relativa a nivel de preparación general de nuestras FAS en relación con los países de nuestro entorno. En este punto y a pesar de la percepción que nosotros hemos logrado en el Curso de Defensa Nacional, la valoración que hacen los encuestados de la preparación general de los miembros de nuestras FAS, no es positiva. De hecho, así como dicha preparación sin comparar con nadie en concreto se valoraba con una media de 6,2, en relación con otros países se suspende con un 4,6 y el porcentaje de NS/NC es de 13,7 %. Hay una brecha ideológica y esto nos lleva a incidir en la necesidad de profundizar en medidas de difusión que transmitan a la población el nivel de preparación y homologación con las de países de nuestro entorno de nuestras FAS, solo así las percibirán necesarias para mantener el Estado de bienestar.
Un aspecto muy positivo de esta encuesta es cómo la ciudadanía valora la necesidad de las misiones en el exterior, misiones de paz y humanitarias. La valoración media es mayor de 7 y las misiones de intervención en caso de emergencias y catástrofes junto con las de ciberseguridad y prevención del terrorismo internacional tienen notas superiores a 8.
Por último, se preguntan para evaluar las medidas del Plan de Cultura de Defensa para mejorar estas: Día de las FAS, exposiciones y demostraciones en días señalados, conciertos de música militar, conferencias curso o seminario especializado, museos bibliotecas o archivos, etc. En todas las actividades es mayor el porcentaje de quienes nunca han asistido que el de quienes lo hicieron y la actuación como reservista voluntario es la más desconocida. Solo al 50 % de la población le interesan los temas sobre seguridad, defensa y/o FAS.
En resumen, y a pesar de que esta encuesta se realizó antes de que comenzara la guerra de Ucrania, que ha cambiado mucho la percepción de la necesidad de las FAS en nuestra sociedad, y probablemente incluso antes de que se llevara a cabo la participación de las FAS en la operación Balmis e incluso en Filomena, no deja de ser un toque de atención sobre las medidas a realizar y el camino que queda por recorrer relativo a cultura de defensa.
Camino por recorrer
Debemos construir un concepto de defensa nacional más plural, que se asiente sobre una premisa fundamental: la seguridad entendida como un servicio público esencial, un pilar fundamental de nuestro Estado del bienestar.
Para ello, es imprescindible desarrollar una acción pedagógica, en la que se involucren también las propias FAS, que permita a la sociedad entender el concepto de seguridad, no solo desde una perspectiva física o territorial, sino en un sentido más amplio: como garantía inequívoca del ejercicio de nuestros derechos y libertades. En definitiva, de nuestro modelo de vida.
Por lo tanto, a la hora de hablar de políticas de defensa no solo debemos reparar en el qué (¿en qué estamos invirtiendo?) y el cómo (¿cómo articulamos esa inversión?), sino que es relevante poner el foco en el «por qué»: ¿por qué invertimos en defensa y en unas FAS fuertes? Porque la inversión en seguridad y defensa es una inversión en derechos y libertades para todos los ciudadanos.
Todos podemos coincidir en que en un contexto geopolítico como el actual, con una guerra en suelo europeo y el conflicto de Oriente Medio escalando hacia una amenaza nuclear, necesitamos Estados fuertes que garanticen la estabilidad. Pero hay que ir más allá, porque debemos incorporar elementos preventivos y disuasorios ante escenarios cambiantes, de origen transversal (las amenazas pueden ser de otra naturaleza: pandemias, cambios climatológicos, catástrofes, inteligencia artificial y nuevas herramientas tecnológicas...). Y una ciudadanía que interactúa día a día necesita certidumbre en la protección global de su entorno físico, también en estos posibles escenarios.
Precisamente lograr que nuestro país sea un entorno seguro y estable es garantizar a sus habitantes el pleno ejercicio de sus derechos y libertades. Es proteger, amparar y defender el Estado social y democrático de derecho. Y esto no es posible sin una defensa y unas FAS fuertes.
Para que esta premisa sea ampliamente aceptada, desde distintos ámbitos y sectores, hay que desarrollar un concepto de «seguridad» como un servicio público basado en el esfuerzo de cientos de miles de trabajadores públicos que, desde las FAS, velan por la seguridad, permitiendo a la ciudadanía algo tan transcendente y vital como decidir de qué manera quiere vivir. Sin paz y sin seguridad el Estado del bienestar, y sus otros pilares, se debilitan o pueden fracturarse.
Porque no hay una ley natural que obre a favor de la democracia, la concordia o los derechos humanos, tenemos el deber moral de mantener la defensa de la libertad, la democracia y la civilización, en todo momento. Todos los días. A todas las horas. Y en todos los escenarios. Por ello y respecto a las líneas de acción establecidas en el Plan Integral de Cultura y Seguridad Nacional y con el propósito de mejorar nuestra cultura de defensa, proponemos las siguientes acciones:
Realizar una nueva encuesta sobre la percepción de las FAS Para conocer la percepción tras la pandemia y en el momento geopolítico actual. Incrementar las acciones culturales y las acciones formativas
- Aumentar el número de jornadas de puertas abiertas y de visitas escolares para que la sociedad conozca mejor a nuestras FAS.
- Poner en marcha currículos educativos en todos los ciclos y etapas de la educación infantil, básica y bachillerato.
- Crear la Cátedra de Cultura y Defensa Nacional.
- Ofrecer prácticas a estudiantes de FP y estudiantes universitarios en las FAS.
- Ofrecer a la sociedad civil la posibilidad de realizar voluntariado en las FAS.
- Incrementar la posibilidad de realizar juras de bandera a la población civil.
- Fomentar la posibilidad de convertirse en reservista de las FAS.
Elaborar un plan estratégico de comunicación y redes sociales
Los vídeos elaborados por el DSN no han llegado a gran parte la población y las redes sociales no tienen un número significativo de seguidores. Por ello hay que elaborar un plan estratégico de comunicación y RRSS que sea transversal y que comprometa a las FAS y a los ministerios más involucrados con la defensa nacional:
- Incidir en la divulgación, incluyendo diferentes estrategias en función de la red social y franja de edad.
- Realizar publicidad y comunicación institucional llegando a grandes medios de comunicación.
- Formar en materia de comunicación a los distintos portavoces de las FAS.
- Potenciar el componente juvenil del Ejército para generar contenido atractivo.
- Acercar la imagen de las FAS y de sus integrantes a la ciudadanía.
- Trabajar para un mayor reconocimiento social visibilizando su labor.
- Dar mayor cobertura a los actos públicos militares.
Incidir en el apoyo que las FAS suponen para la acción exterior
La sociedad tiene que percibir que España forma parte de un sistema de seguridad colectiva, siguiendo los principios de la Carta de Naciones Unidas. Las Fuerzas Armadas van a defender los intereses y el bienestar de la ciudadanía y evitar que las amenazas fuera de nuestras fronteras acaben afectando a la vida cotidiana en España y en el conjunto de nuestros aliados.
Normalizar uniformes militares en nuestra vida cotidiana
Solo así se hará presente la figura de nuestros militares en nuestro día a día, como parte de la sociedad y no circunscritos a determinadas ceremonias o centrados en el ámbito militar. Esto generará más cercanía.
Fomentar la cultura de defensa en instituciones públicas, Parlamento, Senado, partidos políticos
Los actores de la vida pública como representantes de la sociedad en su conjunto han de ser los primeros en transmitir a la ciudadanía que la defensa es cosa de todos. Más allá de las legítimas diferencias sobre su percepción, las FAS defienden los valores, libertad y modo de vida en nuestro país y con nuestros aliados en el marco del sistema de seguridad colectiva plasmado en la Carta de Naciones Unidas.
Divulgar el retorno a la sociedad de las FAS y la industria de defensa
El sector de defensa es muy desconocido a pesar de ser un motor de desarrollo tecnológico industrial de estándares de calidad y de crecimiento económico de nuestro país, generando más de 25.000 empleos directos.
- El conocimiento de sus logros y de su peso en la economía necesita un plan de divulgación específico:
- Creación de riqueza en torno a las instalaciones militares.
- Aportación del empleo generado por las FAS.
- La importancia de la industria de defensa y tecnología de doble uso.
Incluir visitas a instalaciones, museos del Ejército y actividades militares públicas a través de agencias de viajes y oficinas de los Ayuntamientos de las ciudades, revelaría la historia y la importancia de las FAS actualmente.
José Manuel Santiago Marín,
Lucía Acedo Peque, Eugenio Ribón Seisdedos, Marta Beltrán Amago,
Ander Gil García, María Pérez de Armiñán González de Amezúa
Referencias
1 «WhatsApp, Instagram y Facebook sufren una caída global de sus servicios», El País. 2024. https://elpais.com/tecnologia/2024-04-03/whatsapp-sufre-una-caida-global-de-su-servicio-de-mensajeria.html Nota: Todos los hipervínculos se encuentran activos con fecha de 10 de junio de 2024.
2 «Dos caídas de Redsys ponen en entredicho el sistema de pagos bancarios en comercios y on line», La Razón. 2023. https://www.larazon.es/economia/dos-caidas-redsys-ponen-entredicho-sistema-pagosbancarios_2023112665631124533bd20001f53805.html
3 «El Punto Neutro Judicial, afectado por un ciberataque a las redes de las Administraciones públicas españolas», Poder Judicial España. 2022. https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/Consejo-General-del-PoderJudicial/Oficina-de-Comunicacion/Notas-de-prensa/El-Punto-Neutro-Judicial--afectado-por-un-ciberataque-a-lasredes-de-las-Administraciones-Publicas-espanolas «El ciberataque al Hospital Clínic de Barcelona: autores, rescate e impacto en su actividad», Europa Press. 2023. https://www.europapress.es/portaltic/ciberseguridad/noticia-ciberataque-hospital-clinic-barcelona-autores-rescateimpacto-actividad-20230311095952.html
4 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Rafael. «Las fuerzas armadas en España ¿último bastión del franquismo?», Prolegómenos: Derechos y valores, vol. 14, n.º 28. 2011. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3849950
5 DÍEZ NICOLÁS, Juan. «La transición política y la opinión pública española ante los problemas de la defensa y hacia las Fuerzas Armadas», Revista Española de Investigaciones Sociológicas, n.º 36. 1986. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=249112
6 «Ejército, Policía y Guardia Civil, lo más valorado; la Iglesia, el Parlamento y los partidos, vagón de cola», El Español. 2024. https://www.elespanol.com/espana/politica/20240106/ejercito-policia-guardia-civil-valorado-iglesiaparlamento-partidos-vagon-cola/822668109_0.html
7 «La mayoría de los españoles cree que los Reyes representan bien al país», El Mundo. 2023. https://www.elmundo.es/espana/encuestas/2023/10/13/6527ed41fdddff652d8b45ae.html
8 CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS. La defensa nacional y las Fuerzas Armadas (XII). Estudio n.º 3188, 2017. https://www.cis.es/documents/d/cis/es3188marpdf
9 DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD NACIONAL, Gobierno de España. Orden PCM/575/2021, de 8 de junio, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de ministros de 25 de mayo de 2021, por el que se aprueba el Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional, BOE n.º 138. 2021. https://www.dsn.gob.es/es/documento/plan-integral-culturaseguridad-nacional
10 DEPARTAMENTO DE SEGURIDAD NACIONAL, Gobierno de España. Informe Anual de Seguridad Nacional 2023. 2023. https://www.dsn.gob.es/es/documento/informe-anual-seguridad-nacional-2023
11 DÍAZ RODRÍGUEZ, Joel. La cultura de defensa en España: un nuevo enfoque para su impulso desde la sociedad civil. Documento de Opinión 121/2017. bie3: Boletín IEEE, ISSN-e 2530-125X, n.º 8. Octubre-diciembre, 2017, pp. 735-750. DOÑATE SANZ, María Pilar. Del Plan Director de Cultura de Defensa 2002 al Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional 2021, dos décadas transcurridas. Documento de Opinión IEEE 131/2021. https://www.ieee.es/publicaciones-new/documentos-de-opinion/2021/DIEEEO131_2021_MARDON_Cultura.html
12 PORTAL DE CULTURA DE DEFENSA: Informe Defensa 2020. Informe del Observatorio sociológico sobre la percepción de la ciudadanía de las actividades, planes y programas del Plan de Cultura y Conciencia de Defensa. Año 2019. Ministerio de Defensa. https://www.defensa.gob.es/portaldecultura/-/informe-defensa-2020