La Policía marroquí detiene al líder de las protestas populares en Alhucemas

Paco Soto

Pie de foto: Nasser Zafzafi, líder de las protestas populares en Alhucemas.

Nasser Zafzafi, líder de las protestas populares que se llevan a cabo desde hace medio año en la ciudad de Alhucemas y otras poblaciones del norte de Marruecos y máximo dirigente del denominado Movimiento Popular Rifeño (MPR), fue detenido este lunes por la Policía. Zafzafi, que se encontraba en busca y captura por orden de la Justicia desde el pasado viernes, está acusado de haber interrumpido violentamente la oración del viernes del imán en una mezquita de un barrio de Alhucemas. Este día, la Policía intentó detener al líder rifeño, pero cientos de manifestantes, sobre todo jóvenes, lo impidieron a pedradas contra los agentes de las fuerzas de seguridad. Aunque muchos activistas del movimiento popular que protesta contra la pobreza, el desempleo, la corrupción, las injusticias y la prepotencia de los poderosos han sido detenidos, cada noche, centenares de personas se manifiestan en Alhucemas y otras poblaciones rifeñas. El último fin de semana, según informaciones periodísticas, al menos 22 activistas rifeños fueron detenidos por orden de la fiscalía provincial de Alhucemas y se produjeron varios heridos en enfrentamientos con las fuerzas del orden. Algunos colectivos como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) cuantifican las detenciones en 37, y no descartan nuevos arrestos en las próximas horas.

Numerosas detenciones

Mohamed, un activista de la AMDH de Alhucemas, manifestó a Atalayar que “el poder solo conoce la vía de la represión para acabar con un movimiento popular que no está manipulado ni teledirigido desde el extranjero, sino que es consecuencia de décadas de miseria, injusticia y falta de libertad en el Rif”. Según el activista de la AMDH, que es también militante de un grupo berberista partidario de la autonomía del Rif, “la lucha continuará hasta que el Estado entienda que tiene que negociar con los representantes del movimiento popular y satisfacer las necesidades de la población”. El Gobierno de coalición dirigido por el islamista Saad-Eddine El Othmani tomó algunas medidas como la destitución de algunos altos cargos de Alhucemas y su sustitución por representantes del Estado de origen rifeño, y envió una delegación ministerial a Alhucemas que prometió la aceleración de inversiones de carácter social. Pero estas medidas no frenaron el descontento popular, que sigue vivo y se está radicalizando y politizando. En pleno Ramadán (mes de ayuno musulmán), diversos cuerpos policiales ocupan Alhucemas y varios pueblos de los alrededores como Temsamen, Midar y Laaroui.

Pie de foto: Una manifestante rifeña enarbola una bandera bereber en Alhucemas.

Situación muy tensa

La situación es muy tensa en la zona afectada por las protestas populares, y algunos grupos berberistas autonomistas e independentistas hacen todo lo posible por capitalizar el descontento. El Gobierno de El Othmani advirtió que no tolerará manipulaciones de ninguna clase. El último fin de semana, hubo manifestaciones de jóvenes que acabaron en choques con la Policía, y en Rabat y Casablanca se llevaron a cabo marchas de solidaridad con los contestatarios rifeños. En varios casos, los manifestantes lanzaron consignas como “Dios, Patria y Pueblo”, en lugar de “Dios, Patria y Rey”, y denunciaron “la prepotencia” del majzén (la corriente más arcaica de la clase dirigente). Fuentes del movimiento popular aseguraron que “queremos que las protestas sean pacíficas, pero esto no solo depende de nosotros, sino también del poder, y de momento el poder se decanta por la represión y no por el diálogo”.

De seis meses a 20 años de cárcel

Por parte de las autoridades, el fiscal provincial de Alhucemas, Mohamed Aqwir, acusó a los numerosos detenidos de “atentar contra la seguridad del Estado” y de “incitar a cometer crímenes, humillar a funcionarios públicos durante el ejercicio de sus misiones y cometer hostilidades contra los símbolos del Reino”. En este sentido, Nasser Zafzafi, que fue detenido por agentes de la Brigada Nacional de la Policía Judicial (BNPJ) y trasladado a Casablanca, podría ser condenado a una pena de hasta dos años de cárcel y una  multa. Y si la Justicia demostrara que el líder rifeño participó en un complot contra el Estado, la sentencia podría alcanzar los 20 años de cárcel. La pena de prisión podría ser como mínimo de seis meses de reclusión. Según el portal ‘lesiteinfo.com’, “después de su detención, Nasser Zafzafi se juega mucho”. Así las cosas, algunos activistas utilizaron las redes sociales para reclamar la implicación directa en el conflicto de personalidades de origen rifeño como Najat Vallaud-Belkacem, exministra de Educación de Francia, y Jamal Benomar, enviado de la ONU en Burundi. 

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