Las últimas noticas sobre el uso de drones turcos contra las fuerzas rusas han hecho saltar las alarmas sobre la buena relación entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Según algunos expertos, esta decisión tomada por el presidente turco hará aumentar el aislamiento del país, y no lo acercará lo suficiente a Estados Unidos. En el último año, Erdogan ha intentado mantener una buena relación con el presidente estadounidense, Joe Biden, tras el fin de la administración de Donald Trump. Sin embargo, no ha conseguido realizar numerosos avances al respecto, ya que Biden continuó la política de su antecesor.

A pesar de estas posiciones, el presidente turco insiste en mantener una buena relación con Rusia. Al inicio de la guerra, Erdogan expresó su deseo de desempeñar un papel de mediador entre Kiev y Moscú. Pero la revelación de Kiev de que Ucrania había obtenido armas por parte de Turquía complicó la situación.
La semana pasada Erdogan condenó la invasión rusa, y subrayó que “como miembro de la OTAN” no querían “una guerra entre Rusia y Ucrania”. Además, el presidente turco pidió “una solución pacífica” al conflicto. En esta misma rueda de prensa, reiteró su oferta de mediador, y resaltó que "reunir a los dos líderes en” Turquía podría “abrir el camino para el regreso de la paz”.
El papel turco en la guerra de Ucrania puede hacer que los vínculos entre Ankara y Moscú se deterioren. Como ocurrió en 2015 cuando un dron turco derribó a un caza ruso en la frontera de Siria. En aquel entonces, el Gobierno ruso tomó la decisión de endurecer las sanciones económicas a Turquía, las cuales no cesaron hasta que Erdogan presentó una carta pública de disculpas al presidente ruso.

Según analistas estadounidenses y europeos, los drones turcos están siendo un factor clave para frenar el avance de las tropas rusas. El Ministerio de Defensa ucraniano publicó una serie de vídeos en sus redes sociales donde se mostraban el uso de los drones Bayraktar de la compañía Baykar.
Estos drones son baratos, cuentan con una gran potencia y son capaces de infringir un daño muy grande al enemigo. En los vídeos, publicados por el Ministerio de Defensa, se podía observar cómo los Bayraktar conseguían derribar a numerosos misiles rusos tierra-aire.
En una declaración de Haluk Bayraktar, director ejecutivo de la empresa Baykar, afirmó que “Turquía fue el único país que aceptó vender esta tecnología a Ucrania”. Además, recalcó que “Países como EE. UU., China e Israel se negaron a vender vehículos aéreos no tripulados armados a Ucrania”.
Según analistas europeos, se calcula que Ucrania cuenta con veinte de estos drones entre sus operativos. Además, Bloomberg informó en diciembre de 2021 que el Gobierno ucraniano había realizado un pedido de dos docenas más.
Antes de la guerra en Ucrania, estos drones ya habían sido utilizados en Siria, Libia, Azerbaiyán e Irak. Tras estos ataques, muchos países se empezaron a interesar por ellos, entre los que destacan Turkmenistán, Marruecos, Qatar, Kirgistán, Arabia Saudí y Ucrania. A pesar de que las ventas de estos drones sean llevadas por una empresa privada, estas pertenecen a una parte importante de la política exterior del Gobierno de Turquía.
Este tipo de armas habían sido utilizadas en conflictos donde Turquía tenían una ventaja militar. Nunca habían sido utilizados por países con un sistema de defensa menor al del enemigo. Ucrania está siendo la prueba de que los Bayraktar pueden también con grandes milicias como las rusas.