Las protestas que comenzaron el pasado mes de octubre en Líbano, hasta ahora pacíficas y multitudinarias, se ha tornado en violentas las últimas noches del martes y el miércoles. La policía ha utilizado gas lacrimógeno durante una manifestación este miércoles por la noche para dispersar a las personas que reclamaban frente a una comisaría la liberación de los 59 detenidos el martes durante una concentración frente al Banco Central, en Beirut, según informa Efe.
Las fuerzas de seguridad libanesas han indicado en un comunicado este miércoles que 59 personas fueron detenidas tras los enfrentamientos que se registraron en el emblemático barrio beirutí de Hamra, donde se sitúa el Banco Central libanés, y que 47 miembros de seguridad sufrieron heridas, sin dar más detalles, según recoge Efe. La organización Human Rights Watch (HRW) ha explicado este miércoles en un comunicado que la cifra de arrestados aumentó a 65, aunque la mayoría de los llevados a comisaría fueron puestos en libertad horas después.
Por su parte, la Defensa Civil libanesa aseguró que al menos 25 personas fueron trasladadas a un hospital de la zona, mientras que 20 fueron atendidas en las calles Hamra. La tensión volvió este miércoles a las calles del Líbano durante todo el día y por la noche se produjeron choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, que dispararon gas lacrimógeno después de que los participantes en la marcha les tiraran piedras y dispararan fuegos artificiales.
Los manifestantes marcharon este martes por el barrio de Hamra y rompieron escaparates de bancos, así como cajeros automáticos, según HRW y los medios que transmitieron en directo los incidentes. Este suceso coincide con la publicación del informe anual de HRW, que dirige uno de sus apartados al Líbano, donde comenzaron las protestas antigubernamentales el pasado 17 de octubre. “Las autoridades del Líbano no están abordando una crisis económica y política masiva que está poniendo en peligro el acceso de los ciudadanos a servicios vitales, incluida la atención médica (...) Las fuerzas de seguridad a veces no han podido proteger a los manifestantes de ataques violentos”, se apunta en el informe.
El Líbano vive una de sus peores crisis económicas en décadas y los bancos son uno de los blancos de las protestas, que también exigen la abolición del secreto bancario en uno de los países más endeudados del mundo. Tras los incidentes de anoche, el coordinador para la ONU en el Líbano, Jan Kubis, ha escrito este miércoles en su cuenta de Twitter que los “responsables” de la crisis ven cómo “colapsa” la economía en el país. “Otro día de confusión por la formación de un gobierno, en medio de unas cada vez más furiosas protestas y la economía en caída libre. Políticos, no culpen a la gente, culpaos a vosotros mismos por este peligroso caos”, ha afirmado Kubis.
Saad Hariri, el primer ministro que dimitió el pasado octubre, ha afirmado en su cuenta de Twitter que ese ataque es “inaceptable” y añadió que no quiere atribuírselo a “la revolución de gente y su ira hacia los bancos”. Hariri dimitió tan solo doce días después del inicio de las protestas en el país mediterráneo. Además de la crisis económica, el designado primer ministro, Hasan Diab, no consigue formar un gobierno, que se esperaba que estuviera listo la semana pasada, ha declarado este martes el presidente del Líbano, Michel Aoun.