La parálisis ante la crisis el COVID-19 de los estados miembros de la UE ha hecho que la ayuda de Moscú, Pekín y La Habana haya cobrado gran importancia

La rápida reacción de Rusia, China y Cuba ante el coronavirus pone en evidencia a la Unión Europea

photo_camera AFP / Ministerio de Defensa Ruso - El 22 de marzo de 2020, Rusia envió el primero de nueve aviones militares que llevarán un total de 100 expertos en virus del Ejército y médicos a Italia para ayudar a combatir el coronavirus

En lo que varios líderes políticos europeos han descrito como el mayor desafío para la Unión Europea (UE) desde la Segunda Guerra Mundial, la pandemia del coronavirus ha golpeado muy fuerte a España y a Italia.  Miles de mensajes de apoyo en las redes sociales han mostrado su solidaridad con ambos países del sur de Europa: “Tutto Andrá Bene” o en español “Todo irá bien”, se repiten en vídeos y fotografías.

Italia fue el primer país europeo que sufrió las consecuencias del COVID-19 y el primero en pedir ayuda a las instituciones europeas.

Ante la lentitud en la respuesta de Bruselas a las llamadas de ayuda por parte de Roma, Rusia, China y Cuba han dado un paso adelante para asistir a Italia, que ya cuenta con algo más de 7.500 fallecidos y ronda los 75.000 contagios. Este martes, los aviones militares rusos con ayuda para Italia han llegado a Roma para asistir con rapidez a los afectados y ha dado a Vladimir Putin un importante triunfo propagandístico tanto en el país alpino como en extranjero.

Según Reuters, los diplomáticos y responsables de la Unión Europea y la OTAN consideran que esta ayuda no es tanto generosidad como un gesto geopolítico para reivindicar el poderío de Putin y extender su influencia.

Italia es uno de los países donde el euroescepticismo es más acusado y la lenta respuesta de Bruselas antes esta grave crisis puede que tenga consecuencias posteriores en la ciudadanía italiana en su opinión sobre la comunidad europea.

Médicos chinos posan en grupo después de aterrizar en un vuelo de China Eastern el 13 de marzo en el aeropuerto internacional de Fiumicino en Roma desde Shanghai

Rusia anunció el 22 de marzo el envío de cien virólogos militares a Italia, especialistas en epidemias y un cuerpo de enfermeros y enfermeras que provienen de tres bases militares rusas. Según el Ministerio de defensa ruso, estos especialistas han participado en la eliminación de la peste porcina en África y también trabajaron en el desarrollo de vacunas contra el ébola y la peste. Con la etiqueta ‘Desde Rusia con amor’, los aviones y camiones llevaban pegatinas gigantes que unían las banderas italianas y rusas en forma de corazón.

Franco Frattini, exministro de Exteriores italiano y representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación, en declaraciones al portal RT acusa a la UE de dejar a Italia “prácticamente sola”. “Hablando con franqueza, Bruselas no está haciendo lo suficiente. En el primer momento Italia estuvo prácticamente sola contra el virus. Muchos dijeron que todo se debió a los hábitos italianos, porque los italianos no respetan las reglas. Y, de repente, se dieron cuenta de que todos los demás países están igualmente afectados”, dijo Frattini.

Estos movimientos rápidos por parte de Moscú ante la inactividad europea y de Estados Unidos ha traído a la memoria un escenario de Guerra Fría en la búsqueda de un discurso favorable sobre las actuaciones de Rusia en Italia. Sin embargo, Rusia niega que la ayuda sea una muestra de convergencia de intereses geopolíticos. En una entrevista en el periódico italiano Il Corriere della Sera, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi Di Maio, aseguraba que “no hay que estar buscando nuevos escenarios geopolíticos, hay un país que necesita ayuda y otros países que nos están ayudando. No se trata de una Guerra Fría, es una cuestión de realidad, o realpolitik, llámalo como quieras”. Según el periódico italiano La Stampa, el 80% de los suministros enviados por Rusia “eran inservibles” y solo servía para una propaganda favorable hacia Moscú.

Esta foto del folleto publicado el 22 de marzo de 2020 por el Ministerio de Defensa ruso muestra a los especialistas rusos preparándose para salir hacia Italia en un aeródromo a las afueras de Moscú
Ayuda cubana

Cuba también ha enviado un cuerpo de 52 médicos a Lombardía, la zona más afectada por el COVID-19. Se trata de la primera vez que un país europeo recurre a médicos cubanos para hacer frente a una situación de tal magnitud. Llegaban al aeropuerto de Roma con la bandera cubana con el objetivo de ayudar en la gestión de emergencia que vive el país. “Aquí están, en Lombardía, nuestros médicos y enfermeros. Vienen de Cuba, solidarios y comprometidos con hacer bien a los necesitados, sin distinción. Los médicos de Cuba vienen en apoyo al pueblo de Italia para combatir el coronavirus”, escribió el embajador de Cuba en Italia, José Carlos Rodríguez, en las redes sociales. 

El Ministerio de Salud de Cuba publicó un comunicado en el que desatacó que “los médicos cubanos siempre han estado al lado del deber, donde se les ha necesitado, dando muestra del humanismo y la solidaridad que caracteriza a nuestro pueblo. En estos momentos tan difíciles, ayudar a otros países es una forma de combatir el coronavirus desde Cuba”.

China también está teniendo un papel importante en el envío de material sanitario, con el envío de varios cientos de miles de máscaras protectoras, así como varios grupos de médicos e investigadores chinos con experiencia ante la emergencia sanitaria, pues ya la vivieron meses antes en su país.

China asimismo anunció el envío de un lote de suministros médicos procedentes del país asiático parra España e Italia con un cargamento de 1,8 millones de mascarillas y 100.000 reactivos.

Nueve expertos chinos y varias toneladas de ayuda médica llegaron el 13 de marzo en un vuelo especial a Italia para ayudar al país a combatir el brote de coronavirus más grave de Europa
¿Dónde está la Unión Europea?

Las críticas hacia Bruselas no se han hecho esperar. La lentitud en la respuesta y posteriormente en el envío de ayuda a los países más afectados han generado la pregunta de ¿dónde está la Unión Europea? La presidente de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, confió este miércoles en que los equipos de protección sanitaria frente al coronavirus, cuya compra aún está negociando a través de una licitación publica comunitaria, estén disponibles en los hospitales españoles en dos semanas.

Los contratos para estos equipos “deberán ahora firmarse rápidamente y, en dos semanas, las mascarillas, los guantes, las batas y las gafas de protección estarán en sus hospitales”, aseguraba la presidenta.

En una crisis donde el tiempo apremia y cada día que pasa el número de contagios y de fallecimientos aumenta, el jueves España contaba con 56.188 casos diagnosticados y 4.089 muertes, pare que quince días son una eternidad.

Los jefes de Estado y Gobierno han mantenido varias cumbres por videoconferencia en las que han tratado de resolver las diferencias que mantienen en cuanto a la respuesta económica que debe darse para mitigar el impacto del coronavirus.

Aunque se le ha podido acusar de lentitud a la UE, la respuesta al COVID-19 está siendo más en el ámbito de las naciones que en el europeo. La CE ha dejado a cada estado actuar de manera independiente, lo que en un principio hizo imposible la coordinación entre los estados miembro. Fue el caso de Francia y Alemania, negando ayuda de material medico a Italia, prohibiendo a las empresas las exportaciones de este material a otros países europeos. Aunque semanas mas tarde, ambos países han donado un importante suministro médico a Roma.

Autobús con un mensaje de apoyo a Italia en sus esfuerzos contra el COVID-19 en Hangzhou, en la provincia oriental de Zhejiang de China

La Comisión anunció un aprovisionamiento del material sanitario para los países más afectados como ventiladores, mascarillas y test de diagnósticos, además de la activación de 37.000 millones de euros de fondos estructurales no gastados para apoyar al sector sanitario, así como la asignación de Fondos del programa Horizon 2020 para desarrollar una vacuna.

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado medidas sin precedentes como la activación del Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP), que destina 750.000 millones de euros para comprar deuda pública y privada, sin concesiones y el tiempo que sea necesario y como mínimo hasta fin de año.

Las dos estrategias que están sobre la mesa de las negociaciones del Eurogrupo están haciendo más difícil el consenso para una respuesta conjunta. Los países del norte, menos afectados, con Alemania, Países Bajos, Austria y Finlandia a la cabeza piden esperar a conocer con más detalles las consecuencias económicas para diseñar una recuperación posterior; mientras que los países del sur, más afectados, como España, Italia y Francia abogan por actuar con todo el arsenal posible. Solo cabe esperar a una decisión conjunta de los Veintisiete.

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