La II Conferencia de Berlín ha establecido la hoja de ruta para procurar la estabilidad del país norteafricano

La retirada de tropas extranjeras en Libia condición para la celebración de elecciones

AFP/ GEOFFROY VAN DER HASSELT - El primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeiba

Más de un año y medio después, Alemania vuelve a acoger la II Conferencia de Berlín sobre Libia. Entre los objetivos más inmediatos se encuentran: la retirada de mercenarios y soldados extranjeros del país y establecer una hoja de ruta clara para la celebración de comicios el próximo 24 de diciembre. A esta segunda Conferencia de Berlín han asistido una docena de países entre los que estaban representados los cinco países miembros permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, así como de otros Estados involucrados en el conflicto libio, como Italia, Turquía o Emiratos Árabes Unidos, entre otros.

La retirada de las fuerzas extranjeras del país es uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta el proceso de paz en el país norteafricano. El alto el fuego que se estableció el pasado octubre entre las facciones rivales del este y del oeste del país ya exigía la salida de todos los combatientes y mercenarios extranjeros de Libia en un plazo de 90 días. Asimismo, el cese de hostilidades condujo a un acuerdo sobre las elecciones en diciembre y la formación de un Gobierno de transición que tomó posesión el pasado febrero.

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Pero el acuerdo de retirada de todos los efectivos extranjeros en un plazo de 90 días el pasado octubre tuvo poco efecto en el terreno, ya que ningún país quiere perder influencia en Libia. En el oeste del país y en torno a la capital predominan los combatientes turcos, mientras que en el este se han establecido militares rusos y grupos de mercenarios sudaneses financiados por Emiratos Árabes Unidos. La II Conferencia de Berlín no ha supuesto grandes “novedades” para la resolución del conflicto, pero ha servido para reunir a todas las partes inmersas y recalcar los objetivos y la hoja de ruta que ha de seguirse por todos los países que tienen presencia en el país norteafricano.

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, señaló que la reunión "marcaba una nueva fase" y que "ya no hablamos sólo de Libia, sino sobre todo con Libia". Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores libia, Najla al-Mangoush, subrayó que el Gobierno de transición llegó "con la visión de restablecer la estabilidad en nuestro país y allanar el camino para unas elecciones libres, inclusivas y seguras el 24 de diciembre".

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Durante la conferencia las diferentes potencias implicadas en Libia volvieron a comprometerse a no interferir en los asuntos internos del país y a declarar que las fuerzas extranjeras y los mercenarios deben retirarse "sin demora". En relación con este asunto de vital importancia para la paz en el país norteafricano Maas ha asegurado que "no vamos a cejar hasta que el último combatiente, independientemente de donde provenga, abandone el país". Según datos de Naciones Unidas el pasado diciembre aún había en Libia unos 20.000 mercenarios y soldados extranjeros.

Asimismo, la celebración de las elecciones el próximo 24 de diciembre fue otro de los principales asuntos a tratar durante la conferencia, y es que sin la retirada de las fuerzas extranjeras del país no se podrán llevar a cabo las elecciones. Asimismo, es necesario establecer unos mecanismos legales para dotar de legitimidad a unos comicios de vital importancia para la futura estabilidad de Libia. En esta línea, el primer ministro libio, Abdul Hamid Dbeiba, durante su intervención en la conferencia pidió al Parlamento libio que aprobara una ley electoral para poder celebrar los comicios de diciembre, así como el presupuesto de su Gobierno. "Lamentablemente, todavía no hemos visto la seriedad necesaria por parte de los órganos legislativos", ha destacado.

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Rusia y Turquía representan los principales desafíos para la paz en Libia. Ambos países son los que mayor número de mercenarios y soldados extranjeros han enviado al país norteafricano. En el caso de Rusia, según recoge Efe, Moscú ha enviado alrededor de unos tres mil soldados adscritos al polémico “Grupo Wagner" para apoyar al Ejecutivo no reconocido en el este del país, liderado por el mariscal Jalifa Haftar. Por su parte, Turquía ha aportado cerca de 20.000 combatientes sirios reclutados por Ankara en apoyo al anterior Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido internacionalmente por la ONU, liderado por Fayez al-Sarraj.

Mientras que Rusia niega su conexión con el “Grupo Wagner” que sigue operando en Libia, Turquía defiende que su presencia en suelo libio es legal, de conformidad con un acuerdo de cooperación militar de 2019 firmado entre Ankara y el ex primer ministro libio Fayez al-Sarraj. Tras la II Conferencia de Berlín el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, señaló que existe un entendimiento entre la parte turca y la rusa en cuanto a la retirada de combatientes extranjeros pero que será un procedimiento gradual. Maas apostó por un proceso de retirada de mercenarios y soldados extranjeros “paso a paso y equilibrado” para evitar que ningún bando obtenga una ventaja en el terreno.

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Tras una década marcada por la violencia en Libia la estabilidad del país pasa por la celebración de unas elecciones libres y justas donde todos los libios puedan tener la opción de participar. Unos comicios que no se podrán realizar si no se hace efectiva la retirada de mercenarios y soldados extranjeros apostados en el país. En palabras del propio Heiko Maas: "Nada es más importante para la paz y la estabilidad de Libia que las elecciones generales del 24 de diciembre. Hay que respetar esa fecha por todo lo que implica y porque tras décadas de dictadura y conflicto, los libios quieren ser escuchados".
 

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