En las últimas horas, 32 palestinos y 3 israelíes han muerto en el lanzamiento de cohetes desde Gaza por Hamás y la respuesta de Israel

Riesgo de intifada ante la nueva oleada de violencia en Israel

photo_camera AFP/MAHMOUD KHATAB - Un niño palestino observa el humo que sale de los objetivos durante los ataques aéreos israelíes en la región de Khan Yunis, al sur de Gaza, controlada por el movimiento Hamás, el 11 de mayo de 2021. - Israel lanzó mortíferos ataques aéreos sobre Gaza en respuesta a una andanada de cohetes lanzados por el movimiento islamista Hamás

Las últimas horas han deparado un incremento de los enfrentamientos entre israelíes y palestinos que ha costado la vida, al menos a 32 personas en la franja de Gaza, entre ellos varios niños, y 3 israelíes. El lanzamiento de cohetes desde Gaza contra Israel por parte de milicianos de Hamas había tenido como objetivo en las primeras horas zonas de Jerusalén con una contundente respuesta israelí contra diferentes objetivos en Gaza. A última hora de la tarde, los cohetes de Hamas se dispararon contra Tel Aviv en una iniciativa sin precedentes que aumentó más todavía la tensión y la represalia israelí contra un edificio de 8 plantas que resultó destruido, tras avisar el ejército israelí a sus ocupantes para que lo desalojaran. 

Israelíes y palestinos vuelven a enfrentarse en una nueva oleada de violencia. Desde hace una semana, al menos 205 palestinos y 17 policías israelíes resultaron heridos en choques policiales en la explanada de la icónica mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén, según ha informado La Media Luna Roja palestina.

Este balance ha sido el resultado de un contexto en el cual los israelíes han desalojado a 40 palestinos de sus viviendas en el barrio de Sheikh Jarrah, situado en la zona de Jerusalén oriental. De acuerdo con un fallo del tribunal israelí emitido en enero de este año, la Justicia emitió una orden que respaldaba el reclamo de los colonos israelíes sobre el desalojo de varias familias palestinas de sus hogares en el mismo distrito.

Este fallo ha provocado la indignación palestina que se ha manifestado de manera diaria desde la semana pasada a favor de las familias en riesgo de desalojo, lo que ha terminado con detenciones, choques violentos y heridos. Los colonos judíos llevan reclamando estas viviendas como propias desde 1948, año en el que se formó el Estado de Israel. Sin embargo, dichas familias llevan viviendo legalmente allí desde los años 50, cuando la jurisdicción estaba bajo legislación de Jordania.

Coches en llamas en Israel

Ante esta situación, el primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, ha asegurado que impondrán "la ley y el orden de manera firme pero responsable” y continuará “salvaguardando la libertad de culto para todas las religiones, pero no permitiremos protestas violentas".

La escalada de tensión se ha ido agravando durante el transcurso del mes sagrado del Ramadán. Hace casi un mes, las autoridades israelíes bloquearon la conocida Puerta de Damasco, principal acceso a la ciudad vieja, lo que derivó en protestas durante varios días seguidos. Del mismo modo, los palestinos se manifestaron en contra de las medidas impuestas por Israel que restringían el culto islámico por medidas sanitarias tomadas a causa de la pandemia de la COVID-19.

En este sentido, países como Emiratos Árabes, Jordania y Pakistán han condenado las violentas respuestas protagonizadas por la Policía israelí. Jordania ha emitido un comunicado dirigiéndose a Israel en el que tilda de “inaceptable” los “desalojos forzados” de los palestinos en Jerusalén. En este sentido ha subrayado que estos actos suponen una violación de los derechos humanos y del derecho internacional.

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En este aspecto, se habría programado una audiencia de la Corte Suprema sobre una apelación palestina para el pasado lunes, pero el Ministerio de Justicia israelí retrasó la audiencia en las cortes como consecuencia de los episodios violentos.

Estas revueltas han coincidido con una de las celebraciones sagradas de la comunidad hebrea. Los judíos han celebrado el día de Jerusalén, jornada en la que conmemoran el Yom Yerushalayim, día en el que Israel conquistó la parte de Jerusalén oriental en 1967, durante la Guerra de los Seis Días.

Con la conmemoración del día, grupos colonos de extrema derecha habrían planificado una marcha a través de la Ciudad Vieja, donde junto con el barrio cristiano, judío y armenio, se encuentra el barrio musulmán con 22.000 habitantes. El político del partido de extrema derecha, Otzma Yehudit, tuiteo el propio lunes que Israel “había perdido la soberanía” en Jerusalén.

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En esta línea, las fuerzas de seguridad israelíes irrumpieron en el último viernes del Ramadán en la Explanada de las Mezquitas, en el complejo de Al-Aqsa durante el rezo. Tras la resistencia de una multitud reacia a dispersarse con el fin de poder manifestarse por el desalojo de las familias palestinas, cientos de antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y pelotas de goma.

El despliegue policial irrumpió en la explanada de la mezquita, aunque sin entrar directamente en el templo sagrado. Sin embargo, una granada aturdidora alcanzó la mezquita que en ese momento albergaba varios manifestantes refugiados.

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Al-Aqsa es uno de los sitios más sagrados del islam, pero también del judaísmo al estar situado en lo que se conoce como “Monte del Templo”, enclave sacro según la Torá.

La Media Luna Roja informa de más de doscientos heridos en los enfrentamientos policiales, de los cuales 88 habrían requerido hospitalización. En este contexto, Hamás habría dado un ultimátum de pocas horas para que la seguridad israelí abandonara la explanada y pusiera en libertad a los detenidos de los últimos días. La no reacción por parte de las autoridades llevo a una respuesta clara por parte de Hamás: un nuevo ataque perpetrado contra Jerusalén protagonizado por 150 misiles disparados desde Gaza.

Tras disparar siete proyectiles contra la zona de Jerusalén Este, uno de ellos impactó contra una casa mientras que otro consiguió ser interceptado por la Cúpula de Hierro, mientras, el resto caían en campo abierto. Así, el Ejército comenzó a disparar contra lanzaderas al Norte de Gaza dando salida a la operación “Guardián de las Murallas”.

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En este sentido, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) respondieron con ataques a “numerosos objetivos terroristas de Hamás en Gaza, entre ellos: 2 lanzadores de cohetes, 2 puestos militares, y 8 operativos terroristas de Hamás”.

Según fuentes sanitarias en Gaza, 20 palestinos, entre ellos 9 niños, murieron en los ataques de represalia del Ejército. El portavoz del Ejército israelí, Jonathan Cornicus, ha declarado a la prensa que se encuentran “en la fase inicial de nuestra respuesta contra los objetivos militares en Gaza”.

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Por otra parte, Netanyahu advirtió en una declaración publicada por El Mundo que "los grupos terroristas en Gaza han cruzado una línea roja. No quisimos una escalada, pero quién eligió provocarla sentirá la fuerza de nuestro brazo".

Este lanzamiento de proyectiles contra Israel es un acontecimiento histórico que llevaba sin librarse desde la guerra del 2014.  El caos político protagonizado en Israel se traduce directamente en las malas relaciones entre el primer ministro Netanyahu y el titular de Defensa, Benny Gantz, que auguran la posibilidad de que en los próximos días se forme un nuevo Gobierno liderado por el líder centrista, Yair Lapid. Israel ha celebrado en dos años cuatro elecciones sin éxito ni solución política.

Gantz ha aprobado durante el desarrollo de la jornada la movilización de 5.000 reservistas destinados a reforzar el despliegue del Ejército en las zonas del centro de Israel.

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Lo que es el lugar de nacimiento del cristianismo para los cristianos, la tierra prometida para los judíos y el destino en el cual cabalgó Mahoma durante un sueño para los musulmanes, es un territorio que ha albergado conflictos donde conquistadores y conquistados han ido alternando sus banderas en nombre de un Dios que no ha apelado a la violencia en ninguno de los mandamientos sagrados de las tres religiones monoteístas. Sin embargo, estos nuevos ataques parecen vaticinar un nuevo episodio violento en el conflicto palestino-israelí que comienza a augurar una quinta intifada. 


  

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