Rusia intensifica los bombardeos contra Ucrania

La reportera y periodista María Senovilla, colaboradora de Atalayar, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid los continuos bombardeos producidos en Jersón efectuados por parte de Rusia.
Además, consideró la posibilidad de que Ucrania pudiera desarrollar armas nucleares.
María, esta semana se han cumplido dos años de la liberación de Jersón, que es donde te encuentras ahora mismo, pero lejos de volver a la normalidad tras la ocupación rusa, esta ciudad se ha convertido en una de las más bombardeadas de Ucrania.
Así es, fue la única capital de provincia que los rusos lograron ocupar durante los primeros meses de la invasión y estuvo ocupada durante ocho meses y medio, hasta que un 11 de noviembre de 2022, y ante la llegada del invierno, los rusos se retiraron al otro lado del río ante la incapacidad de tener rutas logísticas y suficiente munición para mantener la línea de combate.
En aquel momento yo creo que muchos recordamos las imágenes de júbilo que nos llegaban desde aquí, desde esta ciudad, donde la gente se echaba a la calle, envueltos en la bandera ucraniana, y se ponían a abrazar a las tropas que entraban para fortificar la zona que habían conseguido hacer retroceder a los rusos.
Duraron poco esas imágenes de alegría, esas imágenes de emoción, porque rápidamente empezaron los bombardeos. Aquí de Jersón están a escasos seis kilómetros las líneas rusas, con todo su arsenal, que cada día lanzan contra esta ciudad, que en los dos últimos años ha sido bombardeada 36.000 veces, para que te hagas una idea de la densidad de fuego a la que están sometidas las personas que quedan aquí. Vivían 300.000 antes de la invasión, ahora se calcula que quedan entre 60.000 y 80.000 y están sometidas durante todo el día y durante toda la noche a esos bombardeos continuos.
Al estar tan cerca de las líneas rusas, la artillería llega perfectamente a lo que además suman bombas planeadoras y, lo más aterrador de todo, desde hace unos meses también están bombardeando la ciudad con drones. Con esos drones que se utilizan en la línea cero de combate, armados con granadas o con otro tipo de explosivos y controlados en remoto, digamos, cazando a personas. Los rusos lanzan los drones sobre las calles de Jersón y cuando ven algo que les interesa, una persona, un mercado, ambulancias, coches de voluntarios, sueltan el explosivo. Del catálogo de crímenes de guerra a los que Rusia nos tiene acostumbrados desde que empezó la invasión de Ucrania, hay que sumar este último, que es, si cabe, más deleznable.
Las autoridades de Jersón me decían que contra los drones poco pueden hacer porque las defensas antiaéreas no pueden neutralizar esos pequeños Mavericks que lanzan y que cruzan el río y que llegan rápidamente a la otra orilla.
Lo que se está intentando es evacuar a la población. Ya se ha evacuado a más de 50.000 personas y pedir a los que se quedan, que son en su mayoría gente mayor y familias con pocos recursos, que cada vez que oigan el más mínimo zumbido cuando estén en la calle se pongan a cubierto o bajen a un refugio. Imagínate lo que es vivir esta situación, de día y de noche, desde hace dos años.

¿Cómo sobreviven los más vulnerables, por ejemplo, los niños?
He estado visitando precisamente un centro que UNICEF junto con otras ONGs locales han abierto en Jersón. Han abierto tres lugares como este donde he estado yo, porque las escuelas obviamente no pueden funcionar.
La inmensa mayoría está bombardeada, pero es que, aunque estuvieran enteros los edificios, es imposible que los niños vayan con seguridad y mantengan un horario escolar. Aquí los niños llevan tres años sin ir al colegio y ya están sintiendo los efectos de esa guerra con brotes de hiperactividad, con problemas psicológicos, algunos dejan de hablar, otros empiezan a tartamudear, los hay que manifiestan el pánico de la guerra cada vez que oyen cualquier ruido.
Y en estos centros, como te digo, están intentando revertir esos efectos psicológicos tan dañinos que está teniendo esta situación de continuos ataques, de continuos bombardeos, de esas explosiones que no cesan y además les están ayudando a algo.
Fíjate lo que te voy a decir, les están ayudando a hacer amigos, a que aprendan a relacionarse con otros niños porque sobre todo los preescolares, desde que empezó esta invasión, han vivido media vida en guerra, y no saben lo que es ir al colegio con normalidad, relacionarse con otros niños, hacer amigos, jugar y están aprendiendo en lugares como el que he tenido ocasión de visitar esta mañana.
Luego, por supuesto, está la gente mayor, muchos con problemas de movilidad. Ellos dependen totalmente de los voluntarios que llevan desde comida a medicamentos o que les ayudan a evacuar cuando la situación ya se hace insostenible. De verdad que ahora mismo Jersón es un drama humano, lo mires por donde lo mires.

Es la realidad de la guerra, donde se produce ahora mismo en Jersón, y las víctimas. Las víctimas, que además de los soldados, las civiles son las que lo sufren. Una última cuestión, ¿Ucrania podría desarrollar armas nucleares? Esto tendría unas consecuencias muy relevantes.
Eso es lo que ha publicado el diario británico The Times, que lo contextualiza. Dice que en el caso de que Trump interrumpiera de golpe la asistencia militar a Ucrania, este país estaría en condiciones de crear, de confeccionar, una o dos bombas del estilo de la bomba que lanzaron contra Nagasaki.
No tiene, eso sí aclaran, capacidad para desarrollar un programa nuclear completo, ni para enriquecer uranio, ni para mantenerlo a lo largo del tiempo. Pero sí tendría los medios y los elementos para fabricar una o dos bombas de estas características que te comento y lanzarlas, por ejemplo, contra las bases militares aéreas desde las que salen los aviones con los que ahora mismo están machacando Ucrania.
Lo has dicho al principio, los bombardeos no cesan. Ciudades como Járkiv, Jersón, Odesa, también Kiev, aunque tiene mejores defensas antiaéreas, están siendo atacadas a diario. Desde que volví hace casi un mes, no ha habido ni una sola noche en la que las sirenas antiaéreas no se hayan disparado o bien por drones suicidas, esos drones tipo Shahed de fabricación iraní, o por ataques ya directamente con misiles balísticos.
Entonces, Ucrania se enfrenta a una situación en la que, si ahora mismo Estados Unidos corta de golpe esa asistencia militar, este diario británico dice que podría ser un último recurso o una medida disuasoria para de alguna manera frenar al Kremlin.