Rusia refuerza su influencia en el mar Rojo con una nueva base naval en Sudán

Tras años de negociaciones y esperas, Moscú ha logrado su propósito estratégico de establecer una base naval militar en territorio de Sudán, para controlar el acceso al mar Rojo. Así lo anunció el ministro de Asuntos Exteriores sudanés, Ali Youssef Al-Sharif, durante su visita a Moscú.

“No discutimos lo que queríamos acordar, ya que esto ya se había firmado en un acuerdo entre los dos países y no había ningún desacuerdo en este asunto”, fueron las palabras del ministro tras la reunión con su homólogo ruso, Sergei Lavrov. El acuerdo contempla erigir una base naval militar en la ciudad de Port Sudán, al noreste del país y en las orillas del mar Rojo, que era uno de los principales objetivos del Kremlin.
Lavrov, por su parte, aclaró que este acuerdo forma parte del fortalecimiento de las relaciones bilaterales, que han mejorado considerablemente como consecuencia del apoyo de Rusia al veto del Consejo de Seguridad contra la resolución británica que establecía la posible interferencia del Reino Unido en los asuntos internos de Sudán.
Youssef concluyó subrayando el rechazo de Jartum a cualquier injerencia extranjera y aludió a que dicha estación no representaba ninguna amenaza para ningún otro país ni para la soberanía de Sudán, citando como ejemplo el cercano Yibuti, que alberga varias bases extranjeras.
“Hemos llegado a un entendimiento mutuo sobre este tema. Por lo tanto, la cuestión es muy sencilla: estamos de acuerdo en todo”, sentenció Lavrov en respuesta las negociaciones sobre el establecimiento de la nueva base militar en Port Sudán.

Características del acuerdo
A pesar de que no se concretaron los detalles del acuerdo, fuentes consultadas por BBC aseguraron que el contrato durará 25 años, ya que la idea de Rusia es la de establecer un centro logístico naval que sirva de enlace para los buques rusos que se encuentran en aguas del mar Rojo y alrededores.
Entre las capacidades de esta nueva base destacan la posibilidad de albergar naves con arsenal nuclear y la de servir de asentamiento a más de 300 efectivos rusos.
La misma fuente sostiene que, presuntamente, los intereses rusos en el puerto aumentaron en los últimos meses debido a la pérdida de soldados en Siria tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad, puesto que el nuevo Gobierno rescindió los contratos con el Kremlin en el que se otorgaba a Rusia el arrendamiento a largo plazo de la única base naval que poseía Moscú fuera del territorio de la antigua Unión Soviética.

Cuatro años de negociaciones
1.550 días después de que Vladimir Putin, presidente de Rusia, iniciara las negociaciones con las autoridades sudanesas, la base naval militar en Sudán cobra forma. Pese al estancamiento de las conversaciones, Jartum y Moscú han logrado acercar posturas.
Los primeros problemas surgieron en 2021 tras la disolución del Gobierno y el estallido de la guerra entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), pero no fue hasta abril de 2023 cuando la aprobación del plan de desarrollo de la base militar pasó a depender del parlamento sudanés.
Finalmente, en mayo, el comandante jefe adjunto del Ejército de Sudán, Yasser al-Atta, confirmó que ambos Estados firmarían, próximamente, los contratos que hoy se conocen para el establecimiento final de la base naval en Port Sudán.

Una base naval a cambio de apoyo militar
Toda concesión lleva implícito un trueque; nada se da sin que algo, visible o no, se reciba a cambio. En este caso, Sudán no iba a ser menos. Durante el anuncio a la prensa del acuerdo de establecimiento de la base naval, Lavrov aseguró que, a cambio de las concesiones sudanesas, el Ejecutivo ruso se compromete a enviar “ayuda militar cualitativa sin restricciones”.
Según el politólogo alemán, Hager Ali, Rusia es quien ha tenido y tiene, en todo momento, las cartas ganadoras en la negociación. Ali explica que cuanto más duradero sea el conflicto, más armamento necesitarán las RSF y, por lo tanto, más armas venderá Rusia.
Es el mismo caso que con los combustibles, en especial, con el diésel. Para ello el politólogo señaló que la actividad rusa en otros países como Libia y Chad ha sido financiada gracias al contrabando de diésel, por lo que ahora, desde la nueva base en Port Sudán, el negocio de los hidrocarburos podría encaminarse de nuevo como uno de los focos principales de ingresos para Moscú.