Dorde Mirković es activista, el joven vive en Sarajevo, sin embargo el pasado sábado volvió a su ciudad natal, Bijeljina, en la República Sprska, puesto que es allí donde debe votar. El joven no cree que los resultados vayan a cambiar la situación en su país; él mismo admite que “están escogiendo entre lo malo y lo peor”. Bosnia y Herzegovina se enfrentó el domingo pasado a unas elecciones presidenciales en un escenario donde las tensiones se han acrecentado en los últimos meses debido a las reclamaciones de las diferentes comunidades que conviven en el país, y bajo un sistema único que fue adaptado para alcanzar la paz en un momento clave pero que ya lleva tiempo dejando ver todas sus carencias.
La guerra de Bosnia fue la más sangrienta de las guerras que ocasionaron la desintegración de Yugoslavia. Un conflicto que dejó más de 100.000 muertos y alrededor de dos millones de desplazados, y que se cerró a través de los Acuerdos de Dayton, firmados en diciembre de 1995, los cuales dispusieron los mecanismos para acabar con las hostilidades, así como la distribución de Bosnia-Herzegovina y sus comunidades. La antigua provincia yugoslava era la más diversa de la región, siendo un 44% de su población bosniacos (bosnios musulmanes), el 32% serbobosnios ortodoxos y el 17% bosniocroatas católicos.
En Dayton se acordó que el país se dividiría en dos entidades autónomas: la Federación de Bosnia- Herzegovina, de población bosniaca y croata, y la República serbobosnia de Srpska. En este mismo sentido, el nuevo texto constitucional esclareció la forma de Estado de BiH sería colectiva. Es decir, la Presidencia se compondría de tres miembros: uno bosnio y uno croata elegidos por la Federación y un serbio elegido por la República Srpska. Esta presidencia se rota cada ocho meses entre los tres elegidos durante un mandato de cuatro años.
De esta manera, el pasado domingo, los votantes de la Federación votaron a los miembros bosnios y croatas de la presidencia, los miembros para la Cámara de Representantes a nivel estatal, la Cámara de Representantes en su propia entidad de la Federación y miembros de las asambleas en diez cantones. La federación de Bosnia-Herzegovina se divide diez cantones, cinco de mayoría bosniaca, tres de mayoría croata y dos son mixtos, con los respectivos procedimientos legales para la protección de las etnias constituyentes.
Por su parte, los votantes de la República Srpska eligieron al representante serbio de la presidencia tripartita, al presidente y los vicepresidentes de su entidad, la Cámara de Representantes a nivel estatal, así como por los miembros de la asamblea de la entidad.
Y así es como el domingo 2 de octubre, 7.257 candidatos han encontrado sus nombres en las papeletas, en un total de 127 entidades políticas, dentro de las que se incluían 72 partidos, 38 coaliciones y 17 candidatos independientes. Más de tres millones de votantes habían sido registrados, según la Comisión Electoral Central (CEC) en medio de tensiones étnicas y una disputa sobre una reforma electoral.

La situación en el país lleva meses viviendo uno de sus momentos más turbulentos. Las divisiones étnicas entre comunidades están cada vez más profundizadas, algo que los respectivos líderes políticos usan su a favor. El Instituto Internacional de Estudios de Oriente Medio y los Balcanes (IFIMES) avisa de que “la mayoría de los líderes de los partidos usan el nacionalismo para atraer votantes, pero también producen y manejan el odio para asegurar su permanencia en el poder”.
Aida Daguda, directora del Centro de Promoción de la Sociedad Civil de Bosnia y Herzegovina, explica cómo “los partidos nacionalistas de Bosnia utilizan tradicionalmente las tensiones como la mejor herramienta preelectoral. El miedo es la moneda principal en las elecciones bosnias, donde la gente vota por las mismas malas opciones durante 30 años”.
Milorak Dodik, representante serbio de la presidencia tripartita, nunca ha intentado ocultar sus intenciones separatistas para la República Srpska. El líder serbobosnio, desmanteló las instituciones estatales, en particular el poder judicial, el pasado año, amenazando con una secesión serbia de facto de Bosnia. En diciembre de 2021, presionó para retirar a los serbobosnios del ejército, el poder judicial y el sistema fiscal conjuntos de Bosnia. Dodik ahora está bajo sanciones estadounidenses y británicas, que incluyen prohibiciones de visa y congelamiento de activos, debido a sus esfuerzos para socavar el acuerdo de Dayton, y la legitimidad y funcionalidad del estado, así como por presuntos actos de corrupción. A pesar de esta condena por parte de funcionarios internacionales, su retórica permanece invariable y sigue pidiendo a los serbios de Bosnia que tengan su propio estado. Ya entonces el Alto Representante en Bosnia y Herzegovina, Christian Schmidt, advertía en su primer informe que los actos de Dodik "ponen en peligro la paz y estabilidad del país y de la región”.
Aunque si bien es cierto que Dodik no se ha presentado para renovar su presidencia, pues ha optado por postularse para la presidencia de la entidad en República Srpska, intercambiando lugares con la actual presidenta de esta, Željka Cvijanović. Ambos miembros de la Alianza de Socialdemócratas Independientes (SNSD).
Nada ha cambiado para la comunidad croata, los primeros resultados le volvían a dar la victoria a Zeljko Komsic, Partido Socialdemócrata de Bosnia y Herzegovina (SDP), como representante croata de la presidencia. Por su parte, desde la Unión Democrática Croata de Bosnia y Herzegovina (HDZ), partido nacionalista croata, llevan tiempo reclamando una reforma electoral al considerar que el actual sistema favorece, en gran medida, a los bosniacos sobre los croatas en Bosnia. En este sentido el líder del HDZ, Dragan Covic, reclama que Zeljko Komsic es elegido principalmente por ciudadanos bosniacos. Es por ello que la comunidad croata pide listas separadas en la Federación para que sea, únicamente, la comunidad croata quienes puedan decidir a su representante en la presidencia.
Aida Daguda lo tiene claro, “la crisis existente en BiH ha sido constantemente producida por el dúo Dragan Čović (HDZ)-Milorad Dodik (SNSD). El hecho de que no se presenten a estas elecciones no cambiará ni calmará la situación, ya que las principales decisiones se toman en los partidos políticos gobernantes y no en las instituciones, y sus compañeros de partido Borjana Krišto y Željka Cvijanović son candidatos a los cargos presidenciales”.

Poco después de que se cerrarán urnas a las 20 horas del domingo, el Alto Representante para Bosnia y Herzegovina, Christian Schmidt, anunciaba cambios en la ley electoral del país.
Los Acuerdos de Dayton crearon, además, la Oficina del Alto Representante (OHR, por sus siglas en inglés) con el alto representante a la cabeza de la misma. La OHR posee lo que se conoce como los "Poderes de Bonn”, lo que le otorga el poder de reescribir leyes y despedir a políticos electos y funcionarios públicos, con el fin de garantizar lo dispuesto en los Acuerdos y, con ello, la paz y la estabilidad en la región.
De esta manera, Schmidt, anunciaba la aplicación de unas medidas que tienen como objetivo mejorar la funcionalidad de la Federación de Bosnia y Herzegovina, y garantizar la implementación oportuna de los resultados de las elecciones. Unas medidas que busca contentar los reclamos del HZD, algo que el politólogo experto en los Balcanes, Jasmin Mujanovic, calificaba como “un movimiento absurdo y profundamente antiliberal”. El experto ha denunciado a través de su cuenta de twitter que estas medidas “fortalecen significativamente la hegemonía de HDZ sobre el proceso de formación del gobierno en Bosnia y Herzegovina” lo que considera “un monopolio permanente del poder para Covic.”
Por su parte, la Embajada de Estados Unidos en Bosnia no ha dudado en apoyar las medidas declarando que buscan “reforzar la estabilidad y la funcionalidad de Bosnia y Herzegovina”, calificando la acción del Alto Representante “urgente y necesaria”.

No se puede ignorar el contexto internacional en el que se han celebrado estas elecciones; el miedo a que influencia rusa haya alterado de alguna manera los comicios ha estado presente desde el principio. Y es que la buena relación de Dodik con el líder ruso, Vladimir Putin, quien ha apoyado abiertamente las acciones del líder serbobosnio desde el principio, siempre ha sido clara. Buena prueba de ello fue la visita de Dodik al presidente ruso en vísperas de estas mismas elecciones generales.
Daguda afirma que “Rusia tiene intereses en Bosnia, pero no creo que tenga influencia en el proceso electoral (al menos no directamente)”. La directora explica “la importancia simbólica de Rusia para los serbobosnios, considerándolos hermanos”. En este sentido, Mirkovic considera que la misma visita del líder serbobosnio a Putin “siete días antes de las elecciones fue un movimiento de Dodik para atraer aún más a sus votantes”. “ […] Hay una falta de posición de Bosnia y Herzegovina hacia la agresión [de Rusia a Ucrania] Dodik ha bloqueado cualquier declaración sobre la posición oficial de Bosnia y Herzegovina con respecto a la agresión; todo muestra la gran influencia de la Federación Rusa en el país y en la región en general”, explica Aida Daguda.
Conduciendo de vuelta a Sarajevo, Didok explica cómo la gente tiene que elegir “entre el malo y el menos malo”. El joven se lamenta de “la falta de conocimiento sobre política” de la población, algo que él mismo considera es usado por los políticos.
Desde el fin de la guerra, el país ha estado estancado económicamente. Un escenario que ha propiciado que la corrupción ha sido vez más frecuente, según el ranking de Transparency International que mide las percepciones de corrupción, Bosnia Herzegovina es el país más corrupto de Europa, una de las razones que ha impedido alcanzar su estatus de candidato a entrar en la UE. Además, la tasa de desempleo en menores de 25 años es del 37%. Naciones Unidas estima que Bosnia y Herzegovina perderá entre el 40% y el 50% de su población a finales de siglo.
A este respecto, la directora de Centro de Promoción de la Sociedad Civil de Bosnia y Herzegovina, confirma que existe “un nivel muy alto de corrupción, ya que los complejos marcos legales y regulatorios de Bosnia crean oportunidades para ello” pero añade que “aún se espera que el cambio sea posible y que un nuevo gobierno, con nuevos valores y voluntad de lucha contra la corrupción traiga recuperación a nuestra sociedad. Esa esperanza se desvanece después de cada elección, pero aún existe”. Sin embargo coincide con el joven activista acerca de las opciones de voto, “no estamos contentos con la calidad de los candidatos ni con el equilibrio de género entre estos, y entre los partidos políticos” añade Daguda.

Los resultados electorales a los representantes de la presidencia compartida no han dejado prácticamente sorpresas.
La mano derecha de Milorak Dodik también miembro del SNSD, Željka Cvijanović, se ha hecho con la victoria con más de 240.000 votos a su favor, mientras que su principal opositor, Mirko Šarović, ha conseguido unos 160.000.
Tampoco ha sido sorpresa la renovación de Željko Komsic (DF) como representante croata de la presidencia tripartita. Komšić ya fue elegido como miembro de la Presidencia de 2006 a 2014, y fue elegido para el mismo cargo por un tercer mandato en las elecciones generales de 2018.
Por su parte, la representación bosniaca de la presidencia la ha obtenido el candidato de la oposición Denis Bećirović del Partido Socialdemócrata (SDP), con el 55,78 % de los votos sobre Bakir Izetbegovic, cuyo partido nacionalista bosnio de Acción Democrática (SDA) ha estado en el poder desde el final de la guerra en 1996.
Por otro lado, la oposición declaró la victoria de Jelena Trivic contra Milorad Dodik de SNSD en la carrera por el puesto de presidente de la República Srpska. Sin embargo, la SNSD afirma, a su vez, la victoria de su candidato.
“Buenos días desde Sarajevo, la ciudad capital de un país de Europa en el que un funcionario extranjero no electo cambia las leyes [del sistema electoral] mientras se cuentan los votos, entregando el monopolio del poder a un bloque insurreccional marginal para invalidar los votos de la mayoría progresista del país”, tuiteaba a primera hora de la mañana Mujonović, en referencia a las medias anunciadas por el Alto Representante.
Las elecciones hace días que terminaron y los resultados ya son claros. Pocos cambios se han producidos en la elección de los votantes, y serán las medidas adoptadas por este las que cambien (o no) el rumbo del país.
Ya hace tiempo que Dayton dejó a la vista sus fallos: un marco legal que sigue imponiendo restricciones discriminatorias por etnia y residencia al derecho a presentarse como candidato a estado. Además, estos acuerdos poco han aliviado las tensiones entre comunidades que se ven cada vez más profundizadas.
La victoria de partidos multiétnicos con Komsic y Bećirović a la cabeza podría frenar la extensión de los nacionalismos serbio y croata en el país. Desde IFIMES, ya consideraban la posible victoria del socialdemócrata, Denis Bećirović, “un heraldo del cambio de generaciones en la escena política de Bosnia y Herzegovina y la introducción de un nuevo enfoque de la política” con el que esperaban se frenen los nacionalismos en el país. Algo que el joven activista desde Sarajevo ve improbable puesto que “[Bećirović] está en la política desde hace casi 20 años. No creo que pueda traer algo muy diferente a los candidatos anteriores. Él ya estaba en el gobierno y no trajo muchos cambios entonces”.
Han pasado casi treinta años desde que Dayton se acordó para poner fin al conflicto, y Bosnia hace tiempo que pide un cambio. Aida Daguda así lo reclama, “esta situación que tenemos desde hace 30 años ya no es soportable. Los ciudadanos de Bosnia y Herzegovina merecen una vida normal, como cualquier otro país europeo. El Acuerdo de Dayton fue la solución para la situación de guerra, pero estamos listos para el próximo paso. Aunque los cambios constitucionales son un proceso extremadamente difícil y exigente, debemos ir en esa dirección.” Mientras que el joven activista, Dorde Mirković, lamenta la falta de conciencia política incluso de la gente joven en el país y reclama que “debemos centrarnos en hacernos más adultos espiritualmente”. El joven desea que “los jóvenes no tengan miedo de tomar la iniciativa para ser más activos, para ponerse de pie y, en primer lugar, educarse a sí mismos, y estar más conectados espiritualmente con este lugar, siendo conscientes de la situación política”.
Y la directora del Centro de Promoción de la Sociedad Civil de Bosnia y Herzegovina afirma que “lo que nos falta es la opinión de la gente, la discusión sobre el futuro de nuestro país en muchos niveles. Hasta ahora, los ciudadanos y la sociedad civil en general estaban excluidos de procesos y decisiones importantes, y eso debe cambiar. […] Nuestros ciudadanos merecen un estado normal, paz y democracia.”