Treinta días han pasado desde que el Ejército de Vladímir Putin lanzase una ofensiva relámpago contra Ucrania. Treinta días en los que el mundo ha mirado expectante hacia los que fueran en su día repúblicas soviéticas, y en los que –en muchas ocasiones – se puso en duda la posibilidad de frenar los rápidos avances de Moscú. Sin embargo, lejos han quedado los vigorosos ataques del Kremlin. La entrada del conflicto en una fase de estancamiento bélico ha puesto de manifiesto las debilidades rusas y las fortalezas de Kiev que en un primer momento no alcanzamos a ver.

“Los propios ucranianos dijeron ya hace unos días que estaban planeando contrataques, y creo que ahora estamos viendo indicios de que se están moviendo en esa dirección”, decía el portavoz del Pentágono, John Kirby, sobre el cambio de estrategia ucraniano. “Estamos viendo cómo los ucranianos están yendo un poco más hacia la ofensiva”, apuntaba Kirby.
Y es que las contraofensivas de Kiev –lanzadas durante estos últimos días –, pese a su modestia armamentística, están resultando cruciales a nivel estratégico. Ejemplo de ello es la expulsión de las tropas rusas de Nikolayev y el avance en dirección a Jersón, un movimiento clave para la defensa de Odesa, la “perla del mar Negro”, que se ha convertido en objetivo prioritario para Putin, ya que garantizaría un corredor terrestre a lo largo de todo el sur de Ucrania.

Especialmente importante ha sido –también al sur del país – el ataque ucraniano contra el buque portatanques “Orsk”, de la Flota del Mar Negro, que se encontraba atracado en la ciudad portuaria de Berdiansk, bajo control de las tropas rusas. Una contraofensiva que ha puesto de manifiesto la táctica de Kiev dirigir sus esfuerzos contra las infraestructuras y los activos logísticos de Moscú. “Esto obligará a las Fuerzas Armadas rusas a priorizar la defensa de su cadena de suministro y los privará del muy necesario reabastecimiento de fuerzas”, ha explicado el Ministerio de Defensa británico, afirmando que esta situación podría llegar a limitar la ofensiva de las tropas rusas.
❗❗❗Ранок починається з гарних новин!
— ??Armed Forces (@ArmedForcesUkr) March 24, 2022
В захопленому рф порту Бердянськ знищено великий десантний корабель «Орск» чорноморського флоту ??окупантів.
Слава Україні!?? pic.twitter.com/JladHhuhJ8
Pero el gran ‘momentum’ del contraataque ucraniano se encuentra en Kiev. Pese a la amenaza de cerco que entraña el gran convoy de vehículos militares rusos, los soldados de Zelenski han reconquistado la ciudad de Makariv –dificultando el temido asedio de la capital por los flancos sur y oeste–, y, según fuentes ucranianas, se encuentran disputándose las localidades de Bucha, Irpín y Hostomel. De hecho, en palabras del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), la contraofensiva de Kiev está resultando “limitada pero eficaz” pese a la posibilidad de que sus dimensiones sean inferiores a las comunicadas por las autoridades.

Mientras tanto, la ciudad más castigada por los ataques rusos desde el comienzo de la invasión, Mariúpol, continúa en su empeño por resistir y hace frente a la entrada de las fuerzas del Kremlin, que siguen ganando terreno hasta casi el centro de la localidad. Una realidad que tiene como víctimas principales a la población civil. Según las autoridades ucranianas, hasta el momento el número de muertos en el ataque aéreo al teatro de la ciudad, donde cerca de 1.200 personas se encontraban refugiadas, asciende hasta las 300 personas; mientras que el número de muertos totales en Mariúpol podría rozar los 2.500.
En este incierto escenario, es posible que Vladímir Putin no esté perdiendo la guerra, en la medida en que el presidente insiste en que todo está saliendo según sus planes, pero lo cierto es que, sobre el terreno, tampoco se puede decir que la esté ganando. Y es que, tal como explicaba el periodista y analista internacional, Daniel Iriarte, en El Confidencial, “la pregunta de si Ucrania puede ganar la guerra, depende de qué términos formulemos dicha victoria. Un colapso total del Ejército invasor es una fantasía”.
Today Russia launch Bastion towards targets in Ukraine, after yesterday's salvo from Black sea of Kaliber pic.twitter.com/dYDzDpYKyk
— monitoring (@warsmonitoring) March 23, 2022
Por otra parte, las autoridades ucranianas han anunciado –oficialmente por primera vez desde el comienzo del conflicto – el intercambio de prisioneros de guerra entre ambos bandos. Soldado por soldado. “Siguiendo una orden del presidente Volodímir Zelenski, se ha llevado a cabo el primer intercambio completo de prisioneros de guerra”, publicaba el jueves en Facebook la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk. “A cambio de 10 ocupantes capturados, rescatamos a 10 de nuestros militares”.
A este intercambio se ha sumado, también, el de 11 marineros civiles rusos, atrapados cerca de la ciudad de Odesa, por 19 tripulantes de barcos civiles ucranianos. Algo que la defensora de los Derechos Humanos en Rusia, Tatiana Moskalkova, también ha confirmado.

Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, encabezado por el ministro Serguéi Lavrov, afirmaba a principios de esta semana que ya se había dado otro intercambio de prisioneros con anterioridad. Según Lavrov, las autoridades ucranianas habían liberado a nueve prisioneros rusos a cambio del alcalde de la ciudad de Melitopol, Ivan Fyodorov, que dijo haber sido encerrado y obligado a escuchar torturas en celdas vecinas mientras era presionado para abandonar el cargo de alcalde.