Un nuevo grupo disidente del Polisario nace en Tinduf

Paco Soto

Pie de foto: Imagen de los campamentos saharauis en Tinduf
 
El Frente Polisario de Mohamed Abdelaziz, movimiento apoyado por Argelia que lucha contra Marruecos por conseguir la independencia del Sáhara Occidental, atraviesa una etapa política delicada. Tanto en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Sáhara argelino) como en los territorios de la antigua colonia española, ha aumentado notablemente el número de saharauis críticos con el Polisario. Algunos son partidarios de la marroquinidad del Sáhara Occidental, pero el descontento también se manifiesta en las filas independentistas, sobre todo entre jóvenes saharauis que acusan al Polisario de “dictatorial” y “corrupto” y de llevar a cabo una estrategia que está al servicio de los intereses geopolíticos de Argelia. 
 
Esta realidad suele ser silenciada por la inmensa mayoría de los medios españoles, y los dirigentes del Polisario y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) aseguran que la información sobre disidencias internas son fabricadas por los servicios secretos marroquíes. Pero la realidad es tozuda, por mucho que algunos se empeñen en negarla, siguiendo viejos reflejos de la época de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. 
 
Movimiento Nacional independentista
 
Así las cosas, según informaciones periodísticas, en los campamentos de Tinduf ha nacido un nuevo grupo crítico con la cúpula del Polisario, el Movimiento Nacional de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro. Este movimiento disidente comparte muchas de las ideas de la organización Khat Achahid (La Vía del Mártir) fundada por el independentista Salek Mohamed Ayad. La Vía del Mártir nació en julio de 2004 en Tinduf. En principio, este grupo no rechaza la solución autonómica para el Sáhara Occidental defendida por Marruecos, aunque no renuncie a la independencia. 
 
La nueva organización disidente considera que el Polisario no representa a los saharauis de la antigua colonia española y acusa a la cúpula de este movimiento de corrupta y de desviar la ayuda humanitaria que reciben los refugiados de Tinduf, y de practicar la tortura y haber cometido crímenes contra la humanidad con el apoyo de las autoridades argelinas. El Movimiento Nacional de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro expresa en un comunicado su rechazo a la presencia de Marruecos en el Sáhara Occidental, que califica de “ocupación”, rechaza la solución autonómica y no descarta “empuñar las armas” contra el reino alauí hasta “la victoria y la independencia total”. Esta organización disidente apuesta por una solución política negociada al conflicto en el marco de la ONU.

Una cúpula corrupta

Según la prensa marroquí, el comunicado fue redactado en el territorio controlado por el Polisario de la RASD, en la localidad de Mhiriz. Los miembros de esta nueva escisión del Polisario rechazan abiertamente la dirección liderada por Mohamed Abdelaziz, porque aseguran que fomenta la “corrupción”, el “clientelismo” y la “exclusión”. El Movimiento Nacional de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro y la Vía del Mártir denuncian la falta de democracia en Tinduf y “la tutela argelina” sobre la cúpula del Polisario. Hace unos dos años, Tinduf fue escenario de la creación de otro colectivo independentista disidente: el Movimiento del 5 de Marzo (M5M), formado mayoritariamente por jóvenes. También nació el Movimiento de Jóvenes por el Cambio (MJPC), más favorable a Marruecos. En una entrevista con Atalayar publicada el 16 de junio de 2014, Salek Mohamed Ayad, que reside en Vitoria, afirmó: “El 80% de los saharauis están en contra de la dirección del Polisario de Abdelaziz. Por eso han surgido grupos críticos con esa dirección, como los jóvenes independentistas del Movimiento del 5 de Marzo (M5M), o el Movimiento de Jóvenes por el Cambio (MJPC).

Este último grupo es más bien pro-marroquí, pero lo que hay que ver es el descontento de la población en los campamentos de Tinduf y también en el Sáhara Occidental. Con la actual dirección del Polisario no vamos a ningún sitio”. En su opinión, “el diálogo político entre las partes enfrentadas es la única salida razonable. No veo otra. La salida dialogada es complicada, porque el poder de los generales argelinos y marroquíes es muy fuerte. Estos generales tienen intereses en el conflicto; por ejemplo, algunos generales marroquíes controlan la pesca y otros sectores económicos en el Sáhara Occidental. No será fácil, pero hay que apostar por la vía política dialogada para acabar con tanto sufrimiento”.

Autodeterminación saharaui

Por otra parte, en Marruecos, el partido de izquierda radical y de inspiración marxista leninista Annahj Addimocrati (La Vía Democrática) se pronunció a favor de “la autodeterminación del Sáhara”. Sobre esta cuestión, La Vía Democrática sigue los pasos del grupo comunista radical marroquí Ilal Amam, que durante el reinado de Hasan II defendió la autodeterminación del Sáhara Occidental, y fue muy activo políticamente en los años 70 y 80 del siglo XX, en la etapa de los años de plomo. Muchos de sus dirigentes y militantes, como Abraham Serfaty, fueron detenidos, torturados y encarcelados, y algunos murieron en manos de sus torturadores. En una entrevista periodística, el dirigente de La Vía Democrática Mustafá Brahma acusó a Marruecos de ser “esquizofrénico” en el conflicto saharaui. “El Estado ha reconocido en 1981 el referéndum como mecanismo del ejercicio de autodeterminación. Por nuestra parte, seguimos siendo coherentes. Apoyamos la autodeterminación y los esfuerzos para alcanzar una solución política negociada y bajo control de Naciones Unidas”, declaró Mustafá Brahma.

Apuesta marroquí

El conflicto del Sáhara Occidental pesa mucho en la política exterior de Marruecos. Este país no está dispuesto a ceder dicho territorio al Polisario, y ha tejido unas relaciones internacionales en función de sus intereses en la antigua colonia española. En este sentido, Marruecos ha fortalecido sus relaciones diplomáticas y económicas con grandes potencias como China y Rusia a cambio de que ambos estados se acerquen a sus posiciones en materia saharaui. Es también una forma para los dirigentes marroquíes de presionar a Occidente para que tenga en cuenta sus preocupaciones sobre el conflicto del Sáhara.  Según informa el periodista marroquí Husein Machdubi en los periódicos Alif Post y Al-Quds Al-Arabi: “Marruecos ha anunciado un cambio estratégico en su diplomacia tras los ‘inesperados’ golpes de sus aliados en Occidente (Washington, Londres o la Unión Europea) en el conflicto del Sáhara. Ese cambio se tradujo en la visita del rey Mohamed VI a China, India y Rusia para pactar acuerdos estratégicos. La pregunta es si esos países ven a Marruecos como un aliado estratégico para el futuro y si Marruecos será capaz de darle la vuelta a la ecuación y hacer que Occidente tenga en cuenta sus preocupaciones. Esto podría ocurrir si se crea una base militar común con Rusia en el Atlántico, lo que supondría una coyuntura geopolítica inesperada”, explica Machdubi.

“No podemos separar los privilegios económicos, políticos y culturales que tiene Francia en Marruecos de su apoyo internacional en el conflicto saharaui, un apoyo que se refleja en un intento de poner la autonomía al nivel de la autodeterminación en el Consejo de Seguridad, y en su oposición a cualquier solución futura impuesta a Marruecos”, recuerda el periodista. Machdubi piensa que “Occidente acoge de buen grado la solución de la autonomía y no la considera inapropiada aunque aún hasta ahora no está convencido de que sea una alternativa al referéndum”. Pero ante las vacilaciones de algunas potencias occidentales, como Estados Unidos, según Machdubi, “Marruecos está apostando por Rusia y China, países que no desean que haya un cambio en el mapa político internacional, sino mantenerlo como está para evitar un posible caos”. Lo que no está claro, recalca el periodista, es que Rusia y China apoyen la marroquinidad del Sáhara Occidental, porque han firmado “acuerdos muy normales desde un punto de vista económico y político”, aunque esto no quite “el interés de Rusia en Marruecos y su deseo de cumplir su principal objetivo no hecho público: obtener facilidades militares en la costa del Atlántico para crear una base militar conjunta” y “vender armas sofisticadas” al país magrebí.

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