Erdogan busca el acercamiento con Egipto y Arabia Saudí

Turquía persigue retomar lazos con El Cairo y Riad.
Turquía busca consolidarse como una potencia clave dentro del marco geopolítico de Oriente Medio. Además, aspira a ganar influencia en el mundo árabe, donde cada vez está más aislada. Para conseguir sus objetivos en la zona, Recep Tayyip Erdogan pretende mejorar sus relaciones con algunos países de la zona, como Egipto y Arabia Saudí. Autoridades turcas se han reunido con representantes egipcios este miércoles en El Cairo. Por otra parte, la semana que viene lo harán con funcionarios saudíes, con el objetivo de fortalecer los lazos políticos y comerciales.
Turquía suspendió sus relaciones diplomáticas con Egipto en 2013, después del golpe de Estado contra Mohamed Morsi, presidente electo y miembro de la organización islamista Hermanos Musulmanes. Esta entidad es considerada terrorista por algunos países como Estados Unidos, Rusia o Egipto. Además, según algunos analistas, la Hermandad está estrechamente relacionada con grupos yihadistas.

Erdogan es el principal aliado político de esta organización, mientras que el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, mantiene un enfrentamiento directo contra la entidad. Desde 2013 el Gobierno egipcio se ha centrado en derrotar a los Hermanos Musulmanes. Después del golpe de Estado, Morsi fue arrestado, muriendo en 2019 en prisión. No obstante, Egipto ha seguido deteniendo y ejecutando a miembros de la organización. Turquía ha recibido a muchas personas que huían de la persecución de Al-Sisi; además, la Hermandad ha organizado reuniones en el país bajo la autorización de Erdogan. Esto ha provocado el boicot de los productos turcos en Egipto.
No obstante, movido por el interés de ganar influencia en el Mediterráneo oriental, Erdogan ha decidido cambiar radicalmente su política exterior con Egipto. El presidente turco aspira a salir del desbloqueo en el mar Mediterráneo para poder obtener gas natural, algo por lo que ya se ha enfrentado con Grecia y, por lo tanto, con Bruselas. Para cumplir con este objetivo, Ankara debe pactar con El Cairo, ya que la presencia egipcia en la zona es clave. Pero ¿qué gana Egipto con todo esto? Según el medio The Middle East Eye, Turquía eliminó su bloqueo contra Egipto para que pueda llegar a un proceso de cooperación y asociación con la OTAN. “Turquía apoya a Egipto para avanzar en su asociación con la OTAN como parte del Diálogo Mediterráneo (un foro para la OTAN y los países mediterráneos), y Ankara respalda la participación de Egipto en todas las actividades dentro del marco”, aseguró una fuente al medio. El ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, aludió a estas informaciones la semana pasada, señalando que “Turquía había hecho algunos gestos de buena voluntad hacia Egipto dentro de la OTAN”. Turquía es un miembro clave dentro de la Alianza Atlántica, por lo que podría ofrecer concesiones a favor de El Cairo.

Turquía comenzó su intento de acercamiento a Egipto en marzo, cuando pidió a los canales de televisión de la oposición egipcia que moderasen sus críticas al Gobierno de Al-Sisi. Posteriormente, el pasado abril, Cavusoglu anunció que su país enviaría una delegación a principios de mayo a Egipto. Los planes se han cumplido y este miércoles han comenzado las conversaciones turco-egipcias en El Cairo. El principal objetivo es normalizar las tensas relaciones entre las dos naciones. Esta cumbre está encabezada por el viceministro de Relaciones Exteriores egipcio, Hamdi Sanad Loza, y su homólogo turco, Sedat Onal.
“Estas discusiones exploratorias se centrarán en los pasos necesarios que pueden conducir a la normalización de las relaciones entre los dos países, bilateralmente y en el contexto regional”, aseguraron los Ministerios de ambos países a través de un comunicado en común. Si los políticos consiguen resolver parte de sus diferencias y establecer puntos en común durante esta reunión, Cavusoglu ha declarado que mantendrá conversaciones con su homólogo egipcio, Sameh Shoukry. También, según Reuters, los dos ministros podrían pactar el nombramiento de embajadores y llegar a un acuerdo marítimo, el gran objetivo de Turquía. Shoukry ya ha expresado su satisfacción por los gestos de Ankara y el posible acercamiento. “Egipto está deseando iniciar conversaciones y crear relaciones basadas en el derecho internacional que sirvan a los intereses de ambos países”, declaró el ministro.

Por otra parte, Turquía también quiere mejorar sus relaciones económicas con Egipto. “Paralelamente al desarrollo de las relaciones diplomáticas con Egipto, queremos fortalecer nuestros lazos comerciales y económicos”, declaró Mehmet Mus, ministro de Comercio turco. Ankara asegura que Egipto sigue siendo su mayor socio comercial en África.
La situación en Libia también se ha puesto sobre la mesa durante las conversaciones. Según algunos informes, Egipto colocó el tema de Libia entre las prioridades a tratar en la reunión. El país norteafricano es otro punto de discordia entre Ankara y El Cairo. Cada país ha apoyado a diferentes bandos. Además, Turquía ha enviado unidades de combatientes sirios al país, algo que condenó Al-Sisi. “El acercamiento con Egipto ayudará a establecer seguridad en Libia”, declaró Ibrahim Kalin, portavoz y asesor de Erdogan, a Reuters. No obstante, Ankara ha asegurado que pese al llamamiento de la ONU y las exigencias de Egipto para que las fuerzas extranjeras abandonen el país, los oficiales turcos y combatientes sirios se quedarán. “Tenemos un acuerdo que todavía se mantienen allí con el Gobierno libio”, subrayó Kalin, refiriéndose a un pacto de 2019 que facilitó la intervención turca en el país. Parece que, pese a las aspiraciones de Turquía por mejorar sus relaciones con Egipto, no cederá respecto a Libia.

Por otra parte, los Hermanos Musulmanes puede enturbiar el posible acercamiento entre Ankara y El Cairo. La sombra de la Hermandad acecha a las futuras relaciones entre estos dos países. Turquía todavía se opone a denominar “organización terrorista” a la Hermandad. Para Cavusoglu, es “un movimiento político que está tratando de llegar al poder mediante elecciones”. Durante la reunión en El Cairo, las autoridades egipcias han pedido a Turquía que entregue a varios miembros de los Hermanos Musulmanes. Ankara deberá replantearse su relación con la entidad islamista si quiere establecer relaciones bilaterales con El Cairo.
La postura política-religiosa de Ankara ha permitido el acercamiento a países como Qatar, con el que mantiene una estrecha relación. Turquía, además, posee una base militar en el país del Golfo. Esta unión ha causado el enfriamiento de las relaciones entre Turquía y Arabia Saudí, empeorando notablemente en 2018, debido al asesinato de Jamal Khasoggi. El periodista saudí fue asesinado en el consulado de Riad en Estambul, creando una crisis diplomática. Erdogan acusó al príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, de organizar el “salvaje” asesinato. “La orden provino de los niveles más altos”, aseguró el presidente turco. Además, pidió a Arabia Saudí que permitiese juzgar a los responsables en Turquía, donde ocurrieron los hechos.

Los vínculos entre Turquía y los Hermanos Musulmanes es otro punto que no favorece la relación turca-saudí. En 2014 Riad incluyó en su lista negra a la organización islamista. El pasado marzo, el Ministerio de Asuntos Islámicos junto con el Ministerio de Educación lanzaron una campaña para advertir sobre el “peligro de los Hermanos Musulmanes”. El Gobierno saudí subraya el peligro para “la región y el país, atentando contra el tejido social y desestabilizando la seguridad”.
Desde el 2018, con el asesinato de Kashoggi y las posteriores acusaciones de Erdogan, Arabia Saudí ha llamado al boicot de productos turcos, ha prohibido las series de televisión turcas y ha cerrado colegios turcos en el Reino. En octubre de 2020 el director de la Cámara de Comercio saudí, Ajlan al-Ajlan pidió un boicot “a todo lo turco, ya sean importaciones, inversiones o turismo”. El presidente turco respondió a esta decisión asegurando que seguirán “enarbolando su bandera en esta geografía para siempre, con el permiso de Alá”. Como consecuencia, el comercio entre los dos países se ha reducido un 98% desde el 2020.

Por otra parte, el pasado abril, el Ministerio de Educación saudí anunció que “las actividades en los centros educativos turcos terminarán al final de este año académico”. El Ministerio también decidió modificar en 2019 los libros de texto para denominar como “ocupación” la presencia del Imperio Otomano en la península Arábiga.
Riad continúa desafiando a Turquía a través de un acuerdo firmado con Atenas en materia de Defensa. “Grecia y Arabia Saudí están vinculadas por fuertes amistades, tienen preocupaciones comunes sobre los desafíos geoestratégicos y una visión común para el futuro”, aseguró Nikolaos Panagiotopoulos, ministro de Defensa griego.
Tal y como señala el medio Al-Monitor, el enfoque tradicional de Erdogan hacia Arabia Saudí se basa en el respeto religioso. El rey Salman bin Abdul-Aziz al-Saud es considerado “guardián” de los lugares más sagrados del islam. Erdogan, por lo tanto, debe mantener un respeto al rey saudí, mientras considera al príncipe heredero, MBS, como “el verdadero alborotador”.

En un intento por desarrollar y mejorar las relaciones, el ministro turco Cavasoglu viajará a Arabia Saudí la próxima semana. Esta visita es la primera desde el asesinato en 2018 de Kashoggi. La cumbre se acordó en una llamada telefónica entre Erdogan y el rey saudí Salman bin Abdul-Aziz. “Durante la llamada se discutieron las relaciones entre los dos países. El presidente turco también felicitó al Guardián de las Dos Sagradas Mezquitas con motivo del bendito Eid al-Fitr”, informó la agencia saudí SPA. El asesor turco, Kalin, ha asegurado que desde Ankara buscarán maneras de reparar la relación “con una agencia más positiva con Arabia Saudí”. El medio turco TRT ha informado que tanto Erdogan como el rey saudí “coinciden en mantener abiertas las vías de diálogo para mejorar las relaciones bilaterales y resolver los problemas entre los dos países”.
No obstante, el proceso de acercamiento con Riad será más complicado que con El Cairo debido al recelo que causa las políticas de Erdogan. Según informa un analista árabe a Al-Monitor, “Arabia Saudí es el país árabe más preocupado por las ambiciones neo-otomanas de Erdogan”. “En Riad existe la percepción de que el islamismo turco está en aumento”, añade el analista que declara bajo condición de anonimato.

El juicio por el asesinato de Kashoggi es otro tema que despierta polémica entre los dos países. Arabia Saudí condenó el año pasado a 8 personas entre 7 y 20 años a prisión por la muerte del periodista. Ankara subrayó que el veredicto no cumplió con sus expectativas y pidió a las autoridades saudíes cooperación para esclarecer el caso. No obstante, con el objetivo de no empeorar todavía más las relaciones, el asesor turco Kalin declaró que respetaban “esa decisión”.
Arabia Saudí, paralelamente, está intentando mejorar sus relaciones con Irán. Riad se ha mostrado más entusiasmada por este acercamiento que con Ankara. Establecer lazos con Teherán puede suponer, para Arabia Saudí, una suspensión de los ataques hutíes en Yemen, una prioridad para la seguridad del Reino. Además, el aumento de capacidad nuclear iraní amenaza a Arabia Saudí, lo que ha impulsado este acercamiento.
Las relaciones entre Ankara y Bruselas no pasan por su mejor momento. Los veintisiete han acordado imponer sanciones contra autoridades turcas por la confrontación con Grecia en aguas mediterráneas. Pese a la relevancia geográfica de Turquía para la Unión Europea respecto a la crisis de refugiados, los lazos entre ambos están tensos.
Lo mismo ocurre con Estados Unidos. El presidente Joe Biden ha reconocido recientemente el genocidio armenio, creando discordia entre las dos potencias de la OTAN. El Gobierno de Erdogan ha criticado duramente esta decisión, aunque Biden ha mantenido el plan que prometió durante la campaña.

Turquía, con una economía duramente golpeada por sanciones y la pandemia, necesita mejorar sus vínculos con los países árabes de la zona. Ankara, ante su desesperada situación en la región, incluso ha mostrado interés en establecer un acercamiento con Israel, país con el que no mantiene relaciones desde 2010.
Otro país clave dentro de la política exterior de Ankara es Rusia. Recientemente, ambos países han iniciado conversaciones para que Moscú envíe un nuevo lote de misiles S-400. Rusia también empezará a suministrar la vacuna Sputnik V a Turquía a partir de este mes.

No obstante, la gran aspiración de Erdogan es Oriente Medio. Desde Ankara se hará todo lo posible para convertirse en un líder consolidado en la región. Las pretensiones expansionistas de Erdogan se han visto en el norte de Siria, donde busca ganar terrero e influencia aprovechando la situación del país. Con el acercamiento con Egipto espera poder explotar las reservas de gas en el Mediterráneo. Por otra parte, un vínculo fuerte con Arabia Saudí le hará ganar relevancia en el Golfo, donde ya mantiene buenas relaciones con Qatar.