Opinión

Estupor en el sector eléctrico por la defensa de Yolanda Díaz de los beneficios de las petroleras

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Hay que ponerle coto al precio del gas porque está arrastrando a toda la economía. Es el mantra que se repite desde el pasado verano cuando sus precios comenzaron a desbocarse. Por ello, han causado estupor las palabras de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en las que se posicionaba a favor de las empresas gasistas y petroleras después de mostrarse partidaria de poner un impuesto a las eléctricas.

Y, es que, frente a lo que ha ocurrido con las petroleras y gasitas que han visto crecer y crecer sus márgenes, las eléctricas han recortado resultados, precisamente, por el precio del gas. En el sector no se lo explican. “Los ciudadanos están pagando dos euros por litro de gasolina. Las declaraciones de la vicepresidenta son obscenas”, precisan fuentes del sector.

Del total de clientes que tienen las eléctricas, tres cuartos disfrutan de precios fijos. Es más, el aumento en el precio del gas les provoca una reducción de los beneficios mientras que, por el contrario, aumentan en las petroleras y gasistas. Precisamente, esta subida de precios ha incidido de forma negativa en la cuenta de resultados de las eléctricas, ya que necesitan el gas para producir electricidad y dar respuesta a la demanda.

El uso de combustibles fósiles por parte de las eléctricas es para ellas un coste, una merma en sus beneficios, todo lo contrario que ocurre para petroleras y gasistas. Si se echa detenidamente un ojo a los precios de la electricidad del pasado año, se ve que crecieron sólo en la tarifa regulada, sometida a los vaivenes del mercado que es el que fija su precio, y no variaron en la tarifa liberalizada, la fija. Esta segunda tarifa asume el 80% de la demanda eléctrica del país. Por el contrario, hemos visto cómo los precios de la gasolina y el gas han crecido enormemente, como nunca se había visto antes.

Basta con tirar de datos para retratar esta situación. Endesa cerró 2021 con un beneficio ordinario neto de 1.902 millones, un 11% inferior al del ejercicio anterior. Iberdrola, por su parte, obtuvo un beneficio neto de 2.408 millones de euros en los nueve primeros meses del pasado ejercicio, un 10,2% menos que en el mismo periodo de 2020.

Si hubiese que explicar de dónde han partido los beneficios de las dos principales eléctricas de este país hay que mirar fuera de nuestras fronteras, ya que en España los precios de los clientes son mayoritariamente fijos.

Las empresas gasísticas y petroleras sí que cerraron el pasado ejercicio con beneficios extraordinarios como lo demuestran sus cuentas. Repsol, sin ir más lejos, obtuvo un resultado neto ajustado de 2.454 millones de euros. Un año antes había cerrado el ejercicio con 600 millones. El crecimiento es evidente.

CEPSA ha alcanzado un beneficio neto de 661 millones de euros en 2021. Esta cifra entierra las pérdidas de 919 millones de 2020. La gasista Naturgy consiguió un beneficio de 1.231 millones de euros, un 41% más que el ejercicio anterior. Naturgy no ha tenido ningún problema en admitir que este crecimiento se ha debido a la subido de los precios.

En resumen, el incremento disparatado de los combustibles fósiles nos ha alejado más del objetivo del ‘emisiones 0’ y ha hecho más pobre a la población. Además, esa subida ha repercutido en la producción de la electricidad al verse obligadas a comprar gas para producir. “Sólo la ignorancia puede llevar a la vicepresidenta y ministra de Trabajo a hacer demagogia, faltar a la verdad y defender a las petroleras frente al resto de industrias que están viendo recortar sus beneficios como la industria de los azulejos, las compañías eléctricas o la construcción”, aseguran fuentes empresariales.

De igual forma, señalan con cierta sorna: “Ahora nos explicamos que haya consejeros de las grandes empresas gasísticas como consejeros de los ministerios del Gobierno de la nación”.