La guerra olvidada del Nilo

Fuerzas de seguridad sudanesas hacen guardia en la capital de Sudán, Jartum - AFP/ASHRAF SHAZLY
Fuerzas de seguridad sudanesas hacen guardia en la capital de Sudán, Jartum - AFP/ASHRAF SHAZLY
Las guerras de Ucrania y la Franja de Gaza han distraído casi por completo la atención de otra, sin tantas implicaciones internacionales, pero no menos más sangrienta y prolongada en Sudán, la rebautizada como Guerra del Nilo que desde abril del año pasado enfrenta por todo el país a dos partes enfrentadas: las Fuerzas Armadas oficialistas -por definirlas de algún modo- FAS (Fuerzas Armadas de Sudán) y las  Fuerzas Armadas de Apoyo) FAR. Todo comenzó cuando el general Mohamed Handan  Degalo, jefe de las FAR, que ocupaba la vicepresidencia del Gobierno, se rebeló contra el general Abdelafthah Buchan, jefe de las FAS y presidente del Ejecutivo. 
 

El enfrentamiento entre los dos líderes aliados, cada uno con el mando de sus fuerzas -110.00 miembros las FAS y 70.000 las FAR- , enseguida entró en una contienda abierta, primero en Jartún, que se fue extendiendo por todo el territorio a ambos lados del rio, que con ligeros intervalos se ha venido prolongando y agravándose hasta ahora. El número de víctimas, civiles y militares se desconoce con precisión por la dispersión de los combates, pero se calcula que son muchos centenares. Lo que si se conoce con exactitud es el número de desplazados, más de cinco millones, de ellos un millón cien mil al extranjero. 

Los países vecinos, como Egipto, Etiopía, Chad y Sudán del Sur acogen el grueso de los huidos de la guerra que ha causado numerosos destrozos en infraestructuras, negocios y viviendas. El conflicto se agravó en las últimas semanas cuando se constató que las FAR cuentan con el apoyo armado del grupo prorruso Wagner y la incorporación de otra organización rebelde militarizada poco conocida, el MLS-T, con varios millares de activos en el sur.  

Varios gobiernos africanos de la zona han promovido intentos de negociación de paz, pero hasta ahora todos se han frustrado ante la obstinación e intransigencia de los dos generales rivales, antes amigos y socios en el derrocamiento del anterior Gobierno, sin que ninguno de ellos exponga razones o criterios políticos convincentes para mantener un enfrentamiento de ambiciones personales de poder que tantas vidas está constando. 

Las últimas noticias recogidas por las agencias internacionales de prensa recogen el agravamiento estos días de los combates urbanos en las calles del centro de Jartún, la capital del país, en una buena parte ya despoblada. Una buena parte de la población continúa huyendo y abandonando sus hogares mientras la hambruna se apodera de las personas ante la carestía de alimentos y medicinas mientras las fotografías que se van conociendo muestran la imagen de una ciudad destrozada, con los edificios derruidos y las calles cortadas por los escombros. Algunos expertos critican la pasividad internacional sobre este conflicto.