El fútbol femenino argentino por fin tendrá liga profesional

Raúl Redondo

Pie de foto: El presidente de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), Claudio Tapia, junto al secretario general de la Asociación Argentina de Fútbol (FAA), Sergio Marchi, y rodeado de jugadoras, durante el anuncio de un acuerdo para la profesionalización del fútbol femenino en el país. PHOTO/VICTORIA EGURZA/TELAM/AFP 

La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) lanzó por fin la liga femenina de fútbol profesional de cara a la próxima temporada después de toda una serie de problemas económicos y sociales para sacar adelante esta iniciativa en favor del deporte femenino, en concreto el balompié.

Tras casi 90 años desde el establecimiento del fútbol profesional argentino en categoría de hombres con el surgimiento de la AFA, llega el turno para las mujeres, que han tenido que bregar y ‘sudar sangre’ para poder equipararse en lo que respecta a la práctica futbolística en un país como Argentina en el que el fútbol es una auténtica ‘religión’.

Claudio ‘Chiqui’ Tapia, presidente de la AFA, llegó a un acuerdo con Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados, y anunció la inyección de dinero a los diversos clubes para que se paguen nóminas a las jugadoras. El montante total asciende a 24 millones de pesos anuales (unos 546.000 dólares) a repartir entre los 16 equipos que jugarán en la primera división del fútbol femenino; los cuales tendrían un mínimo de ocho contratos por equipo y un máximo de once. Con ese dinero, los sueldos rondarían desde los 13.000 hasta los 15.000 pesos (entre 295 y 341 dólares), que son los salarios básicos de los futbolistas que firman su primer contrato en Primera C masculina. Además, los contratos deberán tener una duración mínima de un año.

El propio ‘Chiqui’ Tapia habló del convenio ratificado: "Siento una alegría enorme. Seremos una de las primeras federaciones con jugadoras profesionales. Quiero agradecerles a todos los dirigentes por acompañar esta decisión. Vamos a seguir trabajando para desarrollar el fútbol femenino en todas las provincias”. El propio presidente de la AFA puso en valor el logro alcanzado y enfatizó las ganas de seguir progresando en esta línea: "Hemos asumido un compromiso y lo vamos a llevar adelante. Ojalá que el próximo torneo sea el puntapié inicial para seguir creciendo, no solamente en lo profesional sino en lo deportivo”.

Además del asunto monetario, se trataba también de oficializar una situación laboral de unas jugadoras que necesitaban más organización y más medios en diversos aspectos como el material deportivo, la logística de los traslados, la seguridad social y también en el tema de asistencia sanitaria y de recuperación física.

El propio máximo dirigente de la AFA aumentó el abanico de medidas para el fútbol femenino: "Para el próximo torneo, la AFA le va a brindar sus instalaciones a los equipos que no tengan cancha para que puedan jugar aquí. Estamos trabajando para poder realizar un centro de alto rendimiento para el fútbol femenino en la Ciudad de Buenos Aires. Me parece que será un aporte importante".

Con este nuevo proyecto se da solución a todas estas temáticas y se ofrece el soporte necesario para el desempeño de las mujeres futbolistas en territorio argentino.

Pie de foto: Macarena Sánchez, una futbolista que está emprendiendo acciones legales contra su club y la Asociación Argentina de Fútbol por no reconocerla como jugadora profesional, cabecea un balón antes de un partido de fútbol mixto como parte del evento "Yo juego por la igualdad" en Buenos Aires, Argentina, el sábado 23 de marzo de 2019. El evento tuvo lugar una semana después de que Claudio Tapia, presidente de la Federación Argentina de Fútbol, firmara un contrato para implementar un plan para profesionalizar el fútbol femenino argentino. AP PHOTO/DANIEL JAYO

Auténticas adversidades sociales

Se pone así punto y final feliz a una larga lucha por parte del género femenino para poder ejercer la profesión futbolística con todo el reconocimiento oficial y social. Las mujeres han tenido que sufrir todo tipo de obstáculos, ataques y desplantes públicos desde un sector del machismo más reaccionario en la sociedad argentina, y en el mundo del fútbol en particular.

Ante esta situación, hubo voces que se levantaron para evitar esta situación de discriminación. Una de las abanderadas de este movimiento en pos de la equiparación profesional del fútbol femenino fue Macarena Sánchez Jeanney.

“El fútbol femenino es profesional. Es el primer paso y fue TODO NUESTRO. De las que ya no juegan, pero igual se sumaron a reclamar y de las que están jugando y no dejaron de bancar la lucha a pesar de las presiones”, expresó Macarena Sánchez en la red social Twitter.

La jugadora argentina llevó la voz cantante a la hora de denunciar la falta de contratos en el mundo del fútbol femenino argentino. "Ninguna tiene contrato y ninguna es reconocida como trabajadora. Te echan en cualquier momento sin indemnización y sin nada”, explicó Sánchez, quien fue despedida de su anterior club, el UAI Urquiza, sin motivo alguno y a pesar de haber tenido éxito deportivo, después de un prolongado periplo en el que no tuvo contrato alguno y en el que solamente recibía ciertas dietas.

Con este panorama, la futbolista argentina tomó cartas en el asunto y demandó a su club y a la AFA con el objetivo de que le reconociesen como trabajadora del fútbol o futbolista profesional. Macarena Sánchez no lo ha tenido fácil ya que ha sufrido ataques y amenazas incluso de muerte en las redes sociales por pedir ser reconocida como futbolista profesional, pero con su tenacidad ha marcado el inicio de una andadura que ha desembocado con el citado anuncio del comienzo de la próxima liga de fútbol profesional femenino en un país que ama y vive el fútbol apasionadamente, como es Argentina.

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