Aterriza en Lod el primer vuelo entre Egipto e Israel
No ha pasado ni un mes desde que se rompieron diez años sin contactos oficiales al más alto nivel entre Tel Aviv y El Cairo. La reunión del 13 de septiembre entre el presidente egipcio, Abdel Fattah Al-Sisi y primer ministro israelí, Naftali Bennett, fue el primer encuentro en una década que tenía como principal asunto sobre la mesa el conflicto de Gaza. El avance de las conversaciones en diversos temas ha propiciado el acercamiento progresivo de ambos países y que ahora se materializa con el primer vuelo entre Israel y Egipto.
A partir de este mes de octubre se pone marcha un trayecto que será recorrido por aeronaves de Egypt Air cuatro veces a la semana. Serán todos ellos vuelos comerciales y sin escalas, y su precio oscilará entre las 4.500 y las 4.900 libras egipcias – desde algo menos de 250 hasta cerca de los 270 euros –. Desde la década de los 80 los únicos vuelos que han tenido lugar entre ambos países han sido los operados por Air Sinai, cuya matriz es la propia Egypt Air, y no empleaba ningún tipo de bandera en sus aviones, como publica el medio egipcio “Al Ahram”.
Las hostilidades entre los dos países habían provocado la eliminación de las insignias de todos los aviones y, además, se habían restringido los vuelos que ahora vuelven a estar activos. Ahora, las aeronaves sí podrán contar con las marcas de la aerolínea, otra muestra más de lo que el primer ministro de Israel calificó hace algo más de dos semanas como una reunión en la que ambos líderes “sentaron las bases para que los lazos profundos avancen”, lo que, por el momento, parecen estar cumpliendo israelíes y egipcios.
La llegada del vuelo procedente de la capital egipcia supone “una muestra importante y bienvenida del fortalecimiento de los lazos entre los dos países, especialmente los lazos económicos”, según anunció a través de cuenta de Twitter la embajada israelí en El Cairo. Fortalecer los vínculos financieros con todos los países de la región es uno de los objetivos prioritarios en el país liderado por Naftali Bennett, sin dejar lado la tensión que envuelve a la Franja de Gaza. Precisamente en las últimas semanas se han registrado nuevos choques entre la milicia islámica Hamás y las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, por sus siglas en inglés).
El momento que atraviesa Israel es muy esperanzador para su población. Un año después de la firma de los Acuerdos de Abraham, los resultados son muy positivos para Tel Aviv. La semana pasada, la aerolínea Gulf Air operó el primer vuelo directo entre Bahréin a Israel junto a la apertura de la embajada israelí en territorio bahreiní. Se trata de tan sólo el primer paso de lo que ambos países esperan sea una gran relación bilateral a largo plazo que pueda sentar las bases de la “tan ansiada paz duradera en Medio Oriente”, como señalaron Yair Lapid, ministro de Relaciones Exteriores de Israel y el rey Hamad bin Isa al-Khalifa.
El propio Yair Lapid, ofreció unas declaraciones algo polémicas para un sector de la población israelí, afirmando que “cree que es la solución adecuada (crear dos Estados) para israelíes y palestinos. No todos en el Gobierno (israelí) piensan lo mismo, pero ahora mismo desgraciadamente no es factible”. Por el momento, como decía Lapid, esa solución no parece viable, aunque la situación para un importante sector de la población palestina roza el límite. Tras el clímax alcanzado en mayo y las 250 vidas que se cobró el conflicto en tan sólo 11 días, la solución debería ser una prioridad, pero las exigencias de unos y otros no dejan lugar a la paz en Gaza.
