El país fue uno de los primeros de la región de MENA en aplicar estrictas medidas de confinamiento: las escuelas se cerraron el 13 de marzo y se declaró el estado de emergencia el 19 de marzo, que luego se extendió hasta el 10 de junio. Un extenso programa de medidas parece estar surtiendo efecto. Si bien el número total de casos al 19 de mayo ascendía a 7.023 y las muertes a 193, la tasa de mortalidad diaria ha disminuido considerablemente desde su punto máximo a principios o mediados de abril.
En el mismo anuncio, la UE también se sumó a organizaciones como el Parlamento Panafricano para acoger la propuesta del rey Mohammed VI de una iniciativa continental para aunar conocimientos y recursos en la lucha contra el virus. Además, se anunció que la UE proporcionaría 450 millones de euros al Fondo Especial de Marruecos para la Gestión y Respuesta a la COVID-19, establecido el 15 de marzo para mejorar la infraestructura sanitaria y apoyar a los sectores más afectados de la economía.
Como ha detallado OBG, un componente central de la respuesta de Marruecos a la COVID-19 ha sido la movilización industrial de base amplia. El país estaba bien situado para aprovechar su sector industrial, que en los últimos años se había reestructurado de acuerdo con el Plan de Aceleración Industrial 2014-20. Durante este período, se crearon más de 400.000 nuevos puestos de trabajo y se establecieron 54 sistemas industriales, entre ellos en los sectores del automóvil, los textiles y la aeronáutica.

El sector textil -que a finales del año pasado empleaba a más de 185.000 trabajadores en 1.600 empresas, lo que representaba el 15% del PIB industrial- ha resultado ser especialmente decisivo. A principios de marzo, muchas empresas textiles y de confección comenzaron a fabricar máscaras médicas, con el objetivo de alcanzar una capacidad de producción de 5 millones de unidades para mediados de abril.
Además, la unidad industrial de Lamatem en Berrechid -que se inauguró en octubre de 2019 y se especializa en textiles médicos- se comprometió a satisfacer las necesidades de equipamiento médico del sistema de salud estatal.
Gracias a esta movilización, el gobierno pudo organizar la distribución de mascarillas -a través de las redes de dos empresas lácteas- a unos 70.000 puntos de venta, y fijó su precio en 0,80 dirhams (0,10 dólares). Posteriormente, el 7 de abril se hizo obligatorio el uso de mascarillas médicas en los espacios públicos y lugares de trabajo.
Junto con el aumento de la producción, los investigadores han desarrollado soluciones de atención sanitaria de producción local. Poco después de que se impusiera el confinamiento, la Universidad Internacional de Rabat comenzó a producir y distribuir máscaras a los hospitales, así como a trabajar en el desarrollo de un tipo de máscara más duradera. Mientras tanto, en abril un grupo de ingenieros marroquíes de la Universidad Politécnica Mohammed VI anunció el desarrollo de dos dispositivos “100% marroquíes”: un respirador artificial y un termómetro de infrarrojos.
Los enfoques digitales innovadores también han desempeñado un papel importante, en particular en lo que respecta al intercambio de información. El 30 de marzo el Ministerio de Salud lanzó una aplicación para que los médicos y el personal médico puedan compartir estrategias y conocimientos técnicos. Paralelamente, los ingenieros, empresarios y técnicos lanzaron una plataforma digital denominada Ingénierie VS COVID19MAROC (Ingeniería contra Covid-19, Marruecos), destinada a compartir los conocimientos técnicos y apoyar a los trabajadores esenciales con una ingeniería innovadora. Por último, la empresa franco-marroquí Dakibot ha puesto recientemente a disposición un chatbot gratuito que proporciona respuestas automáticas en árabe marroquí a las preguntas relacionadas con el coronavirus.
Más allá del sector médico, la respuesta de Marruecos a la COVID-19 se ha definido por el despliegue de interfaces digitales adaptativas. Por ejemplo, el Ministerio de Educación ha establecido una plataforma de aprendizaje electrónico para garantizar la continuidad de la educación, aunque se ha expresado preocupación por el limitado número de estudiantes que pueden acceder a los formatos digitales. En parte como respuesta a esas preocupaciones, la televisión y la radio públicas también están programando contenidos para los estudiantes. Para facilitar el comercio, los procedimientos aduaneros pueden tramitarse ahora en línea a través de PortNet, una ventanilla única para los procedimientos de comercio exterior.

“Marruecos se ha embarcado en un importante programa de transformación digital que ha sido acelerado por la COVID-19, en particular a nivel de la administración pública, donde el principal desafío ha sido doble: por una parte, garantizar la continuidad de los servicios públicos y, por otra, asegurar el trabajo a distancia de los empleados del sector público y los funcionarios durante el cierre”, dijo Mohamed Faïcal Nebri, jefe de estrategia, desarrollo, cooperación y comunicación de la Agencia de Desarrollo Digital de Marruecos, a OBG.
Además, también se están utilizando aplicaciones para apoyar a sectores más específicos y vulnerables de la sociedad. Es probable que las mujeres se vean afectadas de manera desproporcionada por las consecuencias económicas de la pandemia. Como parte de su programa de apoyo a las mujeres empresarias de Marruecos, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo ha puesto en marcha una serie de cursos de capacitación en línea para fortalecer la gestión de la crisis y las aptitudes de comercialización digital a la luz de la pandemia.

En total, más de 2,4 millones de marroquíes trabajan en el sector no estructurado y, por lo tanto, están particularmente expuestos a riesgos. Para hacer frente a esta situación, poco después de que se iniciara el cierre, el Comité de Vigilancia Económica creó una base de datos digital en la que las personas sin número de seguridad social pueden inscribirse para recibir apoyo económico. Introduciendo su nombre y número de tarjeta de identidad, reciben un mensaje de texto que les autoriza a retirar una suma global, calculada en función del tamaño de su hogar, en uno de los 10.000 bancos y cajeros automáticos de todo el país.
En el futuro, se ha especulado con que esta iniciativa podría aprovecharse para incorporar a más trabajadores informales a la economía formal. En general, las innovaciones digitales han racionalizado una serie de áreas de la economía de manera potencialmente permanente. Se espera que los procesos y tecnologías desarrollados en respuesta a la pandemia puedan adaptarse y mantenerse una vez que ésta haya remitido.
“Hoy en día se ha desatado el impulso, pero todavía queda trabajo por hacer para evitar el riesgo de volver a los viejos hábitos después de la pandemia”, dijo Nebri a OBG. “Por lo tanto, es crucial llevar a cabo la transformación digital y protegerse contra una posible desaceleración, apoyando al mismo tiempo a los asociados para inculcar una cultura digital en Marruecos y aumentar el valor añadido”.