Mohamed VI lanza las obras de la nueva línea de alta velocidad Kenitra-Marrakech

El rey de Marruecos, Mohamed VI, inauguró desde la estación de Rabat el nuevo lanzamiento de la línea de trenes de alta velocidad que unirán las ciudades de Kenitra y Marrakech.
Este nuevo proyecto de 430 kilómetros reducirá los tiempos de viajes entre las principales ciudades del país y puntos claves como los aeropuertos de Casablanca y Rabat, y el puerto de Tanger Med. Además, el desarrollo de las obras se enmarca en los objetivos sostenibles de desarrollo sostenible y baja huella de carbono; y proseguir en el desarrollo de una estructura vial nacional de primer nivel.

Las obras se asientan dentro del presupuesto nacional de 9.600 millones de dólares en el cual se incluyen, además de la nueva obra, la adquisición de 168 trenes destinados a renovar la flota actual de trenes del país. En concreto, para esta nueva obra se destinarán 5.300 millones. Por otro lado, en el proyecto también se invertirán 1.400 millones en el mantenimiento de la red metropolitana de trenes que conectan Casablanca, Rabat y Marrakech.
El programa consta de dos componentes principales: de carácter industrial y de carácter empresarial. Con respecto al tema industrial, el proyecto espera iniciar una unidad industrial de mantenimiento y desarrollo de máquinas que sirva de base para establecer proveedores y subcontratistas.
En cambio, con respecto al aspecto empresarial, la Oficina Nacional de Ferrocarriles (ONCF) prevé ampliar su cartera de clientes con los que fundar nuevas empresas que aportarán puestos de trabajo, apoyo a la economía nacional, y reducción de los costes del transporte.

Mediante esta nueva obra, la ONCF, espera unir mediante trenes de alta velocidad los principales polos económicos y de desarrollo del país. El primer impacto de la obra afectará a los tiempos de los viajes.
Actualmente, los viajes entre Tánger, Rabat, Casablanca, Tánger y Kenitra son: Marrakech - Casablanca: 3 horas; Casablanca - Tánger: 2 horas; Rabat - Marrakech: 3 horas 40 minutos; Tánger - Kenitra: 1 hora; Rabat - Casablanca: 1 hora; Tánger - Rabat: 1 hora 42 minutos.
No obstante, cuando se finalicen las obras estos tiempos se verán reducidos entre un 40 y 50 %. Según las estimaciones de la ONCF, el viaje entre Tánger y Rabat se reducirá en 42 minutos siendo este de una hora; entre Tánger y Casablanca se reducirá 20 minutos siendo de 1 hora y 40 minutos; y entre Marrakech y Casablanca se reducirá en 40 minutos pasando a ser el tiempo de viaje 2 horas.

Además, con respecto a la distancia hasta los principales aeropuertos del país el tiempo se verá reducido hasta los 35 minutos desde el centro de Rabat hasta el Aeropuerto Internacional Mohammed V de Casablanca, por los 50 minutos actuales.
Todas estas reducciones en los tiempos de los trayectos vienen dadas por las velocidades de 350 kilómetros por hora que podrán alcanzar en varios puntos del viaje los nuevos trenes de alta velocidad de la ONFC; y por la creación de varias estaciones durante el trayecto y el desarrollo de un centro de mantenimiento de trenes en Marrakech.
Además de los presupuestos presentados anteriormente, la ONFC contará con más de 2.900 millones de dólares para afrontar el aumento exponencial de pasajeros, especialmente, de cara a la Copa del Mundo de 2030.

Para asegurar el correcto funcionamiento, la Oficina Nacional de Ferrocarriles establecerá 60 trenes lanzadera, 18 trenes de alta velocidad, 40 trenes para servicios de larga distancia, y 50 para trenes corta y media distancia en las principales aglomeraciones del país: Casablanca, Rabat y Marrakech. Estos proyectos no serían posible si la alta tasa de integración de la población marroquí, cercana a un 40 %, no alcanzara estos niveles.
Con la mira puesta en la próxima década, Marruecos espera que el impulso de la vía ferroviaria ayude a formar a jóvenes marroquíes en dicha especialización, además de la creación de empleos directos, para la ONFC, e indirectos para las compañías que trabajen con la Oficina Nacional de Ferrocarriles, como la compañía francesa Alstom o la surcoreana Hyundai Rotem, principales empresas internacionales que han apoyado al desarrollo de la infraestructura nacional marroquí.