Entre los contratos en negociación se inscribe uno para la venta a Marruecos de dos buques de guerra del tipo Avante fabricadas por la empresa Navantia

Las monarquías árabes sostienen la industria militar naval española

Las embarcaciones Avante para Marruecos serían similares a las construidas para Venezuela, con unos 80 metros de eslora y un desplazamiento de 1.500 toneladas. Tienen una tripulación de alrededor de 35 personas y espacio para unas 30 personas más un helicóptero

La industria militar española, en particular el sector naval, que emplea decenas de miles de trabajadores y contribuye de manera sustancial al crecimiento del Producto Interior Bruto de España, se sostiene gracias a los grandes contratos firmados o en vías de serlo, con una veintena de países del mundo, la mayoría sumidos en conflictos, y en particular con los países árabes e islámicos tradicionalmente aliados, como Arabia Saudita, Omán, Egipto, Malasia y Marruecos.

Entre los contratos en negociación actualmente se inscribe uno entre España y Marruecos para la venta de dos buques de guerra del tipo Avante fabricadas por la empresa Navantia en sus astilleros gaditanos. Según el portal especializado Defense Web solo queda por corroborar el acuerdo de las autoridades marroquíes para finalizar las negociaciones para el suministro de estas dos patrulleras de altura, semejante a los cuatro Buques de Vigilancia de Litoral (BVL) vendidos por España a Venezuela. 

Las patrulleras Avante, con una dotación de personal militar de 35 miembros, tienen una eslora de 80 metros, transportan una carga de 1500 toneladas y disponen de una plataforma para el aterrizaje de helicópteros. Están diseñadas para al control de aguas territoriales, la detección, el salvamento marítimo y el transporte; y podrán ser de gran utilidad en el reforzamiento del despliegue marítimo marroquí para controlar el flujo migratorio irregular. 

El contrato se encuentra en espera del visto bueno del rey Mohamed VI, y según las apreciaciones de la parte española y la opinión de fuentes internacionales independientes, el jefe del Estado marroquí podría pronunciarse en breve favorablemente al mismo, vista la actitud del Ejecutivo de Pedro Sánchez en relación a la cuestión de las aguas territoriales marroquíes fijadas por dos Decretos ley, actualmente pendientes de presentación ante el Senado marroquí y su legalización definitiva por un Dahir (Decreto real) que debe firmar el rey Mohamed VI. 

La visita de la ministra de Asuntos Exteriores española Arancha González Laya, y sus declaraciones acerca del “derecho inalienable” de Marruecos a delimitar sus aguas, y de la buena disposición española para sentarse con la parte marroquí, ha tenido buena acogida en Rabat. Tanto más que la ministra González Laya se encargó de recordar que en la intervención del presidente del gobierno Pedro Sánchez en la Asamblea General de la ONU pasada al abordar la cuestión del Sahara Occidental omitió  hablar del “derecho de autodeterminación” y del “referéndum de autodeterminación” como había sido el caso en años anteriores. 

El contrato de compra de los dos navíos militares marroquíes fabricados por Navantia, costará unos 260 millones de euros, incluidos los gastos de mantenimiento. Precisamente en este punto, y siguiendo el ejemplo de la andadura del contrato firmado con Arabia Saudita para el suministro también por Navantia de cinco corbetas del tipo Avante 2200, se prevé la formación de oficiales y personal especializado para las nuevas patrulleras, y la posibilidad de que los astilleros y talleres de mantenimiento estén en los dos países, en España y Marruecos, a ambas orillas del estrecho de Gibraltar. 

La novedad de la situación en cuanto a la compra por parte marroquí de buques de guerra españoles, es que desde hacia ya tres decenios estas transacciones se habían interrumpido. Desde la llegada al trono de Mohamed VI, las adquisiciones militares navales por  parte de Marruecos han sido a Francia y en parte a Holanda, dejando a España fuera de este mercado.