La pandemia del coronavirus ha provocado una crisis sin precedentes que obligará a los países productores de petróleo a cooperar y reorganizar sus políticas

La OPEP cumple sesenta años en plena crisis petrolera

photo_camera PHOTO/REUTERS - Fotografia de archivo los ministros de petróleo de la OPEP antes de comenzar la reunión de la 14ª Reunión del Comité Ministerial Conjunto de Seguimiento de la OPEP en Jeddah, Arabia Saudita, el 19 de mayo de 2019

Como muchos cumpleaños este 2020, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) celebra su día con medidas de seguridad, incertidumbre y nuevos planes sobre la mesa para abordar los retos que se presentan en esta “nueva normalidad”. Tras meses de preparaciones, los actos para conmemorar en Bagdad la conferencia fundacional de la OPEP -que tuvo lugar en 1960 en la capital iraquí-, tuvieron que ser aplazados hasta nuevo aviso debido a la COVID-19. El confinamiento de millones de personas debido a la crisis del coronavirus ha provocado las peores cifras de exportación de la historia. La caída de la demanda ha dejado momentos históricos en los que el barril ha llegado a alcanzar valores negativos. A la pandemia mundial se suman los esfuerzos por frenar el cambio climático. Estos son los dos nuevos factores que cambiarán la forma de operar de la organización en el futuro.  

En el sector del petróleo no se recuerda un golpe tan fuerte como el vivido en abril de este año durante el confinamiento. Ni siquiera durante el embargo petrolero de los países árabes (1973-1974), la revolución iraní, la guerra entre Irán e Irak (1979-80), la guerra del Golfo (1991), o la intervención militar de Estados Unidos en Irak (2003). Durante el mes de marzo los titulares anunciaban un “colapso sin parangón con números horribles”. Pero el peor mes fue en abril, cuando la Agencia Internacional de Energía (AIE) anunciaba que el mundo estaba dejando de quemar una media de 29 millones de barriles de crudo diarios (mbd). El día 20 del mismo mes, el precio del petróleo West Texas (WTI), alcanzó números negativos jamás vistos en la historia.  

Muchas son las anécdotas que contar tras sesenta años de vida, aunque ahora mismo son necesarias conversaciones que arrojen luz al misterio de cómo estabilizar los precios. Ya que el enfrentamiento entre Arabia Saudí (miembro fundador de la OPEP) y Rusia (país exportador de petróleo fuera de la OPEP) están desmantelando la poca estabilidad que ha quedado vigente en el mercado. Durante la crisis todos los países productores de petróleo se plantearon la idea de bajar la producción para estabilizar los precios. Pero en vez de actuar todos en equipo, Arabia Saudí aumentó su producción con el objetivo de reducir los precios del barril y Rusia imitó sus pasos para no quedarse atrás

OPEP

Para salvar la economía, algunos gobiernos, como el estadounidense, compraron petróleo para aumentar sus reservas y evitar pérdidas de empleo. Donald Trump, ante la disputa regional de Rusia y el país más influyente de la OPEP intentó llegar a un acuerdo para estabilizar la situación. Las principales consecuencias de esta disputa de precios las están sufriendo Venezuela y México, que también son países exportadores de petróleo, pero que con los actuales precios del barril no consiguen sacar beneficios. Parece que los países no se fían unos de otros y, al menos los exportadores de petróleo, deberán llegar a un acuerdo para no malvender su oro negro. 

La recuperación económica será más lenta de lo previsto 

La OPEP está formada por países productores de petróleo como Angola, Arabia Saudí, Argelia, Emiratos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, República del Congo y Venezuela. Inicialmente se encargaban de regular el precio del barril de Brent. Pero estas prácticas hicieron que el mercado acusara a la organización de “monopolio” estructural. Desde entonces cambiaron su forma de actuar, estableciendo topes máximos de producción, lo que suele implicar cerrar los grifos del petróleo cuando se desploman los precios y abrirlos cuando se disparan. 

En 2016, la organización se declaró incapaz de controlar los precios del crudo que se habían desmoronado por el auge del petróleo de esquisto (roca metamórfica laminosa) en Estados Unidos, y entabló relaciones de cooperación con otros países mediante la formalización de la alianza OPEP+, con 24 miembros y el 60 % de la producción mundial de crudo. Actualmente la organización ha creado el concepto “OPEP+” que incluye a 10 países productores aliados (entre los que se encuentra Rusia). Esta nueva organización es la que se ha visto obligada a hacer frente a la pandemia de la COVID-19 y ha acordado un histórico recorte del suministro equivalente al 10% de la producción mundial para reequilibrar la brutal caída de la demanda que se produjo durante los confinamientos.

Refinería

“El ritmo de la recuperación parece ser más lento que el anticipado, con crecientes riesgos de una prolongada ola de COVID-19", advirtió hace un mes un comité interno de la OPEP+. Los precios del crudo han recuperado solo parte del terreno perdido. El Brent y el crudo de referencia de la OPEP, que aún los precios de varias mezclas de petróleo, superaban los 45 dólares en julio, pero en los últimos días han descendido a menos de 40 dólares, cerca de la mitad de lo que necesitan los países exportadores para cuadrar sus presupuestos.

El cambio climático cuestiona las prácticas petroleras y anima a realizar nuevas alianzas 

A esta difícil situación se añade la necesidad de prescindir de combustibles fósiles para reducir las emisiones de efecto invernadero. Con ello, el petróleo, que cuando se fundó la OPEP era una codiciada materia primera, ha caído en desgracia, aunque los expertos vaticinan que el mundo todavía requerirá muchos barriles en las próximas décadas hasta completar la transición energética. 

Mohammed Barkindo, secretario general de la OPEP, se ha visto obligado a cambiar su postura sobre el cambio climático en poco menos de un año. Barkindo consideraba que las movilizaciones de la crisis climática eran “acientíficas y tenían una narrativa falsa”. Pero hoy en día reconoce que "esta pandemia ha demostrado, más allá de toda duda razonable, que necesitamos revisar la arquitectura de la gobernanza de la energía, el cambio climático y posiblemente la geopolítica”
 
Aunque los trece miembros que integran hoy la OPEP cuentan juntos con el 80 % de las reservas mundiales de crudo, el grupo ha perdido participación de mercado debido a su política de reducir las extracciones. Muchos de ellos afrontan graves problemas políticos, con Venezuela e Irán a la cabeza, dos países fundadores cuyas industrias petrolíferas se han desmoronado debido a las crisis económicas y a las sanciones de Estados Unidos. Además, otros conflictos sociopolíticos acosan a Libia, Argelia, Irak o Nigeria. La crisis sanitaria ha puesto a los estados petroleros al límite de sus posibilidades y Barkindo ya ha vaticinado que el futuro es muy complicado y se necesitarán más alianzas y un "multilateralismo" fortalecido para hacer frente a los retos energéticos.