Avances en las conversaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán

- Trump rechaza un plan israelí para atacar instalaciones nucleares iraníes
- Irán reafirma su derecho a enriquecer uranio
Las negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán siguen avanzando tras una segunda ronda de conversaciones celebrada este fin de semana en Roma. Después de la reunión, la administración Trump expresó optimismo, calificando el encuentro como un éxito. Tal y como señaló un alto funcionario estadounidense a la CNN, se logró “un gran progreso” en estas recientes conversaciones que duraron más de cuatro horas.
Por el momento, las autoridades estadounidenses ya han confirmado que las partes acordaron volver a reunirse la próxima semana en Omán, país donde se iniciaron las negociaciones.
Desde Teherán, el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, también destacó el carácter positivo del encuentro, asegurando que “hay avances”. “Hemos alcanzado un mejor entendimiento y acuerdo sobre algunos principios y objetivos en estas negociaciones de Roma”, afirmó.
Sin embargo, a pesar de los mensajes positivos, el contexto regional sigue siendo tenso. El presidente Donald Trump ha amenazado con emprender acciones militares, en coordinación con Israel, contra instalaciones nucleares iraníes si no se alcanza un nuevo acuerdo. En la última semana, funcionarios de su administración han oscilado entre posturas maximalistas, calificadas por Irán como “líneas rojas”, y propuestas más conciliadoras.
Trump rechaza un plan israelí para atacar instalaciones nucleares iraníes
En medio de esta situación, The New York Times informó recientemente que Trump habría rechazado un plan israelí contra las instalaciones nucleares de Irán y, por el contrario, se había mostrado a favor de negociar un acuerdo con el régimen iraní.
Según el periódico, había dos posturas opuestas en la administración: una que incluía al comandante del CENTCOM, el general Michael E. Kurilla, quien apoyaba los planes de Israel, y la otra, preocupada por la posibilidad de que Estados Unidos se viera arrastrado a una guerra regional. The New York Times incluso apunta que la visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a la Casa Blanca a principios de este mes tenía como objetivo convencer a Trump de que aprobara el ataque.

Israel ha sido uno de los más firmes defensores de que Irán desmantele completamente sus armas nucleares. Una vez más, y en medio de las negociaciones actuales, la oficina de Netanyahu emitió una declaración reiterando su política hacia Irán y asegurando que “Israel no permitirá que Irán obtenga armas nucleares”.
Irán reafirma su derecho a enriquecer uranio
En 2015, la República Islámica de Irán y seis potencias mundiales, incluido Estados Unidos, firmaron un acuerdo nuclear en el que Teherán se comprometía a limitar su programa nuclear a cambio del levantamiento de sanciones internacionales. No obstante, Trump se retiró unilateralmente del pacto en 2018, durante su primer mandato. En respuesta, Irán reanudó el enriquecimiento de uranio, alcanzando una pureza del 60%, peligrosamente cerca del 90% necesario para uso armamentístico.
Aunque Teherán sostiene que su programa nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos, el rápido avance en el enriquecimiento de uranio, un paso clave hacia la posible fabricación de armas nucleares, genera creciente preocupación en la comunidad internacional.

En este sentido, tras la primera reunión de alto nivel, Irán reafirmó su derecho al enriquecimiento de uranio y acusó a Washington de enviar mensajes ambiguos. “El enriquecimiento de uranio por parte de Irán es un asunto real y genuino. Estamos dispuestos a generar confianza sobre posibles preocupaciones, pero el tema del enriquecimiento no es negociable”, advirtió el ministro Araghchi, según recoge la cadena estatal Press TV.
Las actuales conversaciones entre Estados Unidos e Irán se han iniciado después de que el mes pasado, Trump enviase una carta al líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, proponiendo negociaciones sobre un nuevo acuerdo, y estableciendo un plazo de dos meses para llegar a una solución. Poco después, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, rechazó la posibilidad de conversaciones directas, pero dejó la puerta abierta a negociaciones indirectas a través de Omán.
En las semanas recientes, Irán ha manifestado dudas sobre la fiabilidad de Trump como interlocutor, alegando que su historial de retrocesos compromete cualquier posible acuerdo. Además, ha dejado claro que no aceptará un pacto que implique el desmantelamiento total de su programa nuclear, aunque sí estaría dispuesto a limitar su enriquecimiento de uranio a usos civiles, como estipulaba el acuerdo de 2015. De la misma forma, Teherán ha puesto sobre la mesa de negociaciones la posibilidad de desarmar a sus aliados regionales.

Steve Witkoff, representante estadounidense en las conversaciones, señaló que las futuras negociaciones se centrarán en los mecanismos de verificación del programa nuclear iraní, sin insistir por ahora en su desmantelamiento completo. Este enfoque sugiere una posible vuelta a los términos del acuerdo impulsado por la administración Obama.
Mientras se preparan las próximas rondas de negociación, el sultán de Omán tiene previsto viajar a Rusia este lunes para una visita de dos días durante la cual se reunirá con el presidente Vladimir Putin. Rusia e Irán mantienen desde hace años una estrecha alianza, y Moscú fue parte del acuerdo nuclear de 2015. Todo indica que también podría desempeñar un papel clave en la configuración de cualquier nuevo pacto.