Hace un año, Washington fue testigo de un suceso que ya ha quedado grabado en la mente de los estadounidenses. El 6 de enero por la mañana seguidores del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se congregaron en el parque The Ellipse, cercano a la parte sur de la Casa Blanca, para protestar contra los resultados de las elecciones de 2020. Los manifestantes expresaron su rechazo a los comicios, que dieron la victoria al candidato demócrata Joe Biden, mientras escuchaban discursos de Trump, Donald Trump Jr. y Rudy Giuliani, exalcalde de Nueva York y fiel seguidor del exlíder republicano, entre otros.
No obstante, muchos de los partidarios de Trump no terminaron de escuchar los discursos y optaron por dirigirse al Capitolio con el objetivo de evitar que se ratificasen los resultados electorales. Miembros de grupos paramilitares como Oath Keepers o Three Percenters participaron en el asalto a la institución política, aunque también estuvo presente la organización de extrema derecha, neofacista y xenófoba Proud Boys. El grupo, que se define como “guardián de los valores de Occidente”, también cuenta con tintes misóginos, ya que no permite el ingreso de mujeres.

Todo esto dejó imágenes surrealistas que no tardaron en recorrer el mundo. Hombres vestidos con pieles, disfrazados de bisontes, banderas confederadas ondeando dentro de la Cámara e incluso manifestantes dentro del hemiciclo y de los despachos de importantes figuras políticas como Nancy Pelosi. El asalto, en el que participaron aproximadamente 2.000 personas según datos del FBI, fue tachado de sedición, insurrección y terrorismo. Asimismo, servicios de inteligencia de la OTAN advirtieron sobre un posible golpe de Estado orquestado por Trump. Sin embargo, de las más de 700 personas que han sido imputadas por los sucesos de ese día, 150 se han declarado culpables y tan solo 71 han sido condenadas.
El presidente Joe Biden, con motivo del aniversario del asalto al Capitolio de Washington, se ha dirigido a la nación para reflexionar sobre el suceso y reafirmar su compromiso con la democracia. “Defenderé esta nación. Y no permitiré que nadie ponga un puñal en el cuello de nuestra democracia”, subrayó. Biden calificó la multitud de manifestantes como “una insurrección armada” que “buscaba negar la voluntad del pueblo”.

Además de hacer balance los hechos, el líder estadounidense aprovechó el discurso para cargar contra su antecesor, Trump, al que acusó de animar a sus seguidores para que tomaran el Capitolio. Esta opinión la comparten muchos ciudadanos estadounidenses, ya que, según una encuesta realizada para la cadena de televisión CBS, el 60% del país considera que el expresidente tuvo “mucha o bastante responsabilidad” en el asalto. Por otra parte, cabe destacar que el 56% de los republicanos creen que el objetivo de la turba era "defender la libertad”.
Biden, a pesar de no nombrar a Trump abiertamente, alude a él en varios momentos. “Por primera vez en nuestra historia, un presidente trató de evitar la transferencia pacífica del poder”, comenzó a narrar Biden. El presidente acusa a Trump de no hacer nada mientras veía por televisión "como la policía era asaltada y la capital de la nación estaba bajo asedio". El mandatario recordó que más de 140 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos y aseguró que algunos estaban más asustados ese día “que librando la guerra en Irak”.

El líder estadounidense también culpa a Trump de “crear y difundir una red de mentiras” sobre las elecciones de 2020. “No es solo un ex presidente. Es un ex presidente derrotado, derrotado por un margen de más de 7 millones de sus votos en una elección plena, libre y justa”, recalcó Biden.
Sin embargo, el presidente no solo se prefirió a su predecesor en su discurso, sino que también aludió a sus dos principales rivales en la escena internacional: Pekín y Moscú. “Desde China hasta Rusia y más allá, están apostando a que los días de la democracia están contados”, afirmó Biden, además de mostrar su compromiso “en una lucha entre la democracia y la autocracia”.

La primera vicepresidenta, Kamala Harris, también se ha dirigido al país para hacer balance sobre el asalto al Capitolio. "El 6 de enero todos vimos cómo sería nuestro país si las fuerzas que quieren desmantelar nuestra democracia tuvieran éxito: la anarquía, la violencia, el caos…”, afirmó.
Harris también considera que lo vivido hace un año refleja “la fragilidad de la democracia”, algo en lo que coincide con el expresidente demócrata Barack Obama, quien escribió en su cuenta de Twitter que “la democracia se enfrenta a un riesgo mayor hoy que entonces”.