Hace años, la ciudad de Orán se hizo famosa como punto de paso de la cuenca mediterránea entre las redes de inmigrantes y soñadores de llegar a las costas europeas

Del desierto a Europa, pasando por Argelia

photo_camera AFP/ FETHI BELAID - Montones de embarcaciones de migrantes capturadas en el puerto de la ciudad central tunecina de Sfax, el 4 de octubre de 2022

Si bien las condiciones sociales, económicas y políticas son indicadores de peso para el surgimiento de gran número de inmigrantes clandestinos, las crisis políticas originadas en Siria y países del Golfo han convertido a Siria en un reservorio de inmigrantes deseosos de llegar a Europa en busca de un futuro mejor. Personas de toda índole racial y étnica se reúnen en el país argelino que, pese a que la distancia a Europa es notable, no se rinden en su afán de alcanzar las costas europeas sea cual sea el costo del recorrido. 

Las costas de Orán, la segunda ciudad argelina después de Argel, siguen siendo un destino predilecto de las redes de inmigración ilegal, por motivos de discrepancia de opiniones entre quienes lo atribuyen al acercamiento marroquí-español de los últimos meses, que permitió el esfuerzo de los dos Gobiernos por intensificar en la lucha contra el fenómeno, lo que llevó a inclinarse a favor de Orán entre los interesados, y entre quienes lo atribuyen a la hipótesis de las instalaciones y la influencia de grupos de presión que están relacionados con la gestión de la seguridad y el dominio marítimo. 

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La ciudad argelina de Orán se ha convertido en el destino predilecto de convoyes clandestinos de inmigrantes procedentes de países de Oriente Medio y África hacia las costas europeas, lo que le ha otorgado como uno de los puntos de encuentro más importantes para los inmigrantes y las organizaciones criminales encargadas del tráfico de personas, procedentes en su mayoría de países del Sahel y el Sáhara además de naciones como el Líbano, Siria o Yemen. Ante esta situación las autoridades del país argelino están desarrollando diferentes métodos de control y de disuasión para evitar que la situación pueda agravarse en términos de salud y seguridad. 

La situación humanitaria y política de Estados como el de Siria y Palestina es el mayor rompecabezas para el Gobierno del país. La situación, que ya era grave antes de estallar la guerra, se ha convertido en un problema de ardua solución ya que les es muy difícil distinguir entre quienes huían del infierno de la guerra civil para refugiarse en ella, y quienes utilizaban sus tierras como punto de tránsito hacia Europa.  El periodista y activista de derechos humanos Saeed Boudour cree que “la dificultad de controlar las fronteras terrestres del sur permitió que se intensificara la actividad de las redes de contrabando”. 

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Estas personas siguen siendo un número limitado en las estadísticas de migración clandestina a través de las costas argelinas, pero esto sigue siendo un descubrimiento preliminar para los soñadores árabes de llegar al norte del Mediterráneo, después de que otras salidas les fueran bloqueadas, y no se excluye que su número aumentará en el futuro con la expansión de la fama de la ciudad de Orán como destino de “quema” en la región. La descripción de “rápido” en la literatura de las redes migratorias activas en el país y la ciudad de Orán en particular se la da a la embarcación avanzada que puede entregar a sus clientes en apenas dos horas. 

Además, el hecho de asegurar el viaje ante persecuciones de seguridad, indica que, en la participación, hay más de una parte interesada y beneficiada en esta actividad. Los inmigrantes clandestinos procedentes de países árabes suelen recorrer largas distancias hasta la costa argelina de Orán y gastar mucho dinero, ya que sobre ellos circulan redes activas de inmigración en los países por los que pasan, que a menudo explotan la situación humanitaria y política de sus países como una tarjeta para simpatizar con los servicios de seguridad argelinos, pero llama la atención que el refugio seguro al que aspiran no está en Argelia, sino en Europa. 

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