El gas y los conflictos políticos han envenenado las aguas del Mediterráneo oriental. Esta semana, Grecia ha firmado un acuerdo de defensa con Francia, varias semanas después de que Atenas suscribiese un acuerdo similar con Washington, según ha informado el diario Greek City Times. “Hemos decidido reforzar la defensa bilateral y la cooperación de seguridad de manera muy significativa”, señaló la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, al finalizar la reunión con su homólogo griego, Nikos Panagiotopoulos. El Gobierno turco, por su parte, ha afianzado su alianza militar con Túnez, ofreciéndose a enviar drones al país.
El acuerdo, que se firmará en junio, incluye ejercicios navales y terrestres conjuntos, cooperación en la industria de defensa y una “mayor” presencia naval de Francia en el Mediterráneo oriental, según ha señalado Panagiotopoulos. Por su parte, Parly ha indicado que Francia respaldaría a Grecia y Chipre, mostrándoles su apoyo en las disputas que ambos países tienen con Turquía en el Mediterráneo.
Históricamente, esta región ha sido un foco de tensiones. Por un lado, es la puerta hacia el Mar Rojo a través de Egipto y, por otra, la entrada hacia Europa. Aunque los lazos entre los países europeos y otros países del sur y del este del Mediterráneo se remontan a hace varios siglos, el descubrimiento de grandes depósitos de gas por parte de Israel, Egipto y Líbano en 2009 ha abierto una nueva herida en la zona.

El comienzo de la tensa relación entre ambos países se remonta a 2018. Tras descubrir depósitos de gas en Chipre, la petrolera italiana Eni envió una embarcación a la región que fue bloqueada por Turquía. Erdogan aseguró que “no iba a permitir que ninguna empresa extranjera amenazase los intereses de Turquía” provocando que la embarcación acabase retirándose. Desde entonces, las tensiones entre Grecia, que apoya a Chipre, y Turquía, han estado en el punto de mira.
Francia ha mostrado su rechazo desde el principio contra las decisiones tomadas por Erdogan respecto a este asunto. Es más, en mayo del pasado año firmó un acuerdo de cooperación militar con Chipre para ampliar la base naval de Evangelos Florakis. “Francia tiene la intención de apoyar a Grecia y ayudarla a enfrentar las múltiples tensiones en el Egeo y el Mediterráneo oriental”, ha reiterado Parly al periódico To Vima. Además, la ministra de Defensa francesa ha recordado que el presidente de su país, Emmanuel Macron, fue “muy claro” cuando dijo después de reunirse con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, a finales de enero, que París y Atenas estaban preparadas para fortalecer su cooperación de defensa.
Turquía no se ha quedado de brazos cruzados y ha empezado a mover sus fichas en el Mediterráneo. El portal web Africa Intelligence ha informado este jueves de que el Ejército de Túnez comenzará a operar drones armados de las Industrias Aeroespaciales Turcas (TAI) muy pronto. Según esta información, el conglomerado estatal turco firmó un primer contrato de exportación para su modelo Anka en enero. Este contrato se ha firmado apenas un mes después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitase por sorpresa a Túnez, donde habló con su homólogo sobre el conflicto de Libia y sobre las tensiones regionales provocadas por el reciente acercamiento entre Ankara y el Gobierno de Unidad de Libia (GNA).

No es la primera vez que Túnez y Turquía forman una alianza militar. En 2019, las Industrias Aeroespaciales Turcas y Baykar Makina, el fabricante privado de drones turcos, hicieron una oferta al Ejército de Túnez para suministrarle drones. Varios meses antes el Gobierno decidió apoyar a estas empresas para que ampliasen su producción. Por aquel entonces, el jefe de tecnología de Baykar, Selcuk Bayraktar, explicó que “los drones de fabricación turca han supuesto el fin a la dependencia militar de los UAV arrendados a Israel”. Además, esta empresa aseguró que “los drones turcos se están utilizando en Libia, convirtiéndose en rivales de los sistemas operados por Emiratos Árabes Unidos y China”, según informó el diario Infodron. Mientras las tensiones aumentan en el Mediterráneo, Ankara ha estado buscando oportunidades para establecerse en el competitivo mercado global de drones, convirtiéndose en una potencial amenaza para la OTAN.
La historia de la aviación militar turca cambió por completo hace poco más de una década, cuando el prototipo de un avión no tripulado –que más tarde se convertiría en el Bayraktar TB2— despegó para su primer vuelo en el aeropuerto de Sinop en el Mar Negro. Este dron se convertiría en la columna vertebral de la fuerza aérea no tripulada de Turquía. Hace diez años, el país presidido por Erdogan tenía que luchar contra las dificultades técnicas y la competencia extranjera. Sin embargo, en la actualidad la situación ha dado un giro de 180 grados, convirtiendo al programa de drones de Ankara en una industria capaz de exportar productos a otros países, como es el caso de Túnez.
Así Turquía comenzó a mostrar al mundo su arsenal militar en la campaña contra los combatientes kurdos en Siria. No obstante, esta contienda ha sido tan solo el fin del comienzo. Francia, aliado de Turquía en la OTAN, ha acusado a Turquía en reiteradas ocasiones de “luchar contra los que luchan con nosotros”, según ha recogido el Bulletin of the Atomic Scientist, aumentando aun mas las tensiones en el Mediterráneo oriental. Mientras tanto Turquía ha ido afianzando su posición en el mercado mundial de drones militares. En los últimos años, ha exportado el TB2 de Bayraktar a Qatar y Ucrania y ha comenzado una alianza militar con Túnez.

En 2004 el Gobierno de Turquía adjudicó a la empresa Industrias Aeroespaciales de Turquía un contrato para desarrollar el Anka, un hito en la historia de los aviones teledirigidos turcos. Al invertir en la producción nacional de drones y coincidiendo con la crisis política que estaba viviendo el país, Ankara dejó de adquirir aviones de fabricación extranjera. Sin embargo, tras el fallido golpe militar de 2016, Turquía ha demostrado al mundo de lo que es capaz.
“Desde finales de 2017 hasta hoy, el inventario militar de TB2 de Bayraktar se ha duplicado con creces, pasando de 38 a 94, y se cree que la mitad de ellos están armados. La flota turca de Ankas, que se ha convertido en otro de los pilares del país, ha crecido a alrededor de 30”, según datos del Bulletin of the Atomic Scientist quien ha informado de que, para dar cabida a esta flota de aviones, Ankara ha construido una red de puestos avanzados en los aeropuertos del sudeste del país, a lo largo de la frontera con Siria, así como en la costa del Egeo y el Mediterráneo.
Libia y Siria son algunos de los factores que han provocado que Turquía de mayor protagonismo a su programa armamentístico. Según han recogido varios medios de comunicación locales, los drones turcos se han utilizado en varias operaciones transfronterizas entre Siria e Irak. A pesar de tener varios frentes abiertos, Turquía no ha dejado de lado las costas del Egeo y el Mediterráneo, donde también ha desarrollado distintas operaciones militares, unas operaciones que han aumentado las tensiones entre Turquía, Francia y Grecia. Atenas ha indicado en repetidas ocasiones que los drones turcos han volado sobre las islas del Egeo, mientras que Turquía ha dejado claro con sus acciones que no piensa dar el brazo a torcer.