Ghannouchi, líder de los islamistas en Túnez, condenado a 3 años de prisión

Nuevo golpe a los Hermanos Musulmanes de Túnez. Un juez tunecino ha condenado a Rachid Ghannouchi, líder de Ennahda, partido de la oposición y de corte islamista, a tres años más de prisión. Ghannouchi, quien se encuentra en la cárcel desde abril, ha sido acusado de recibir financiación extranjera junto con su yerno, Rafik Abdessalem, un alto funcionario de Ennahda.
En su informe general sobre los resultados del seguimiento de la financiación de las campañas publicitarias para las anteriores elecciones presidenciales y legislativas de 2019, el Tribunal de Cuentas de Túnez señaló que el partido Ennahda “contrató en 2014 a la empresa estadounidense de publicidad y lobby BCW por un período de 4 años por la cantidad de 285 mil dólares”.
Este contrato fue renovado del 16 de julio de 2019 al 17 de diciembre del mismo año por un valor de 187.000 dólares, lo que el tribunal consideró “sospecha de financiamiento externo” según el texto del Capítulo 163 de la Ley Electoral.
Además, también se ha multado al partido islamista con 1,1 millones de dólares. Ennahda, vinculado a los Hermanos Musulmanes, negó las acusaciones en un comunicado en el que tachó la sentencia de “injusta”, asegurando que seguirá defendiéndose y luchando contra la injusticia.
En la nota también asegura que el partido nunca ha recibido financiación de ninguna entidad extranjera, y que su única cuenta está bajo la supervisión de todas las instituciones judiciales y financieras y es totalmente transparente e impecable.

El año pasado, las autoridades tunecinas prohibieron las reuniones en todas las oficinas de Ennahda. Por otra parte, la policía cerró la sede del Frente de Salvación, la principal coalición de oposición, en lo que los grupos de derechos humanos llamaron una prohibición de facto.
Ghannouchi, de 82 años, fue arrestado el pasado mes de abril y condenado a un año de prisión por apología del terrorismo, incitar a la violencia y conspirar contra la seguridad del Estado. El líder islamista tunecino declaró que Túnez estaría amenazado con una “guerra civil” si los partidos de izquierda, o aquellos provenientes del Islam político como el suyo, fueran eliminados de la escena política.
También, un sindicato de policías lo denunció por unos comentarios que hizo a principios de 2022 durante el funeral de un funcionario de Ennahda del que, según afirmó, “no temía a los poderosos ni a los tiranos”, palabra que designa a los agentes de policía, según el expediente de la fiscalía.