El acercamiento entre ambos países puede suponer un punto de inflexión en la región

Irán anuncia “progresos” en las conversaciones con Arabia Saudí

photo_camera PHOTO/AFP - El portavoz del gobierno iraní, Ali Rabiei

Mucho se ha especulado sobre el posible acercamiento entre Arabia Saudí e Irán, eternos rivales regionales. El pasado mes de abril comenzaron los rumores sobre un encuentro entre altos funcionarios de ambos países en la capital iraquí, Bagdad. Poca o nada de información ha transcendido sobre estas conversaciones que se producen en un momento de creciente inestabilidad en la región.

Tras más de cinco años sin mantener relaciones, Teherán y Riad se han vuelto a sentar para discutir sobre “cuestiones tanto bilaterales como regionales” como ha explicado el portavoz de Exteriores iraní, Said Jatibzadeh. Arabía Saudí decidió cortar relaciones con Irán en 2016 tras los ataques sufridos a sus sedes diplomáticas en la República Islámica a modo de protesta a raíz de la ejecución en el reino del Golfo de un importante clérigo chií.

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Teherán y Riad son eternos rivales enfrentados en diversos conflictos regionales en busca de alzarse con la supremacía en Oriente Medio. La guerra de Yemen es uno de los principales puntos de fricción entre ambos países. El pasado mes de mayo Said Jatibzadeh, durante una intervención ante los medios locales, afirmó que Irán apoyaba "cualquier iniciativa para resolver el problema de Yemen". Por su parte, Arabía Saudí quiere poner fin al conflicto en el país yemení contra los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, que en los últimos meses han intensificado sus ataques contra ciudades saudíes e instalaciones petroleras del reino del Golfo.

El acercamiento entre Arabia Saudí e Irán puede suponer un punto de inflexión en la región que podría ayudar a generar un clima de estabilidad. Desde Riad la actitud ante estas conversaciones es de extrema cautela, ya que no se ha hecho público ningún tipo de información al respecto. Por el contrario, Irán sí que se ha mostrado algo más abierto y altos cargos del Gobierno iraní han dado declaraciones sobre el desarrollo de estas conversaciones. El presidente electo, Ebrahim Raisí, en su primera rueda de prensa ante los medios declaró que su “Gobierno dará prioridad a la mejora de los lazos con la región”. Asimismo, se dirigió directamente al reino del Golfo y le pidió que “pusiera fin a su campaña militar en Yemen”.

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Estas declaraciones por parte de Ebrahim Raisí, marcan la postura del nuevo Gobierno con respecto a Arabia Saudí y su intención de seguir con las conversaciones con Riad, que se enmarcan en un momento determinante en cuanto a la vuelta al pacto nuclear de 2015. Una de las principales preocupaciones por parte de Riad es el programa nuclear iraní y su programa de mísiles balísticos. Durante una entrevista emitida a nivel nacional, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman (MBS) señalaba que “nuestro problema es el comportamiento negativo de Irán, desde su programa nuclear, hasta su apoyo a las milicias proscritas en la región, o su lanzamiento de misiles balísticos".

A diferencia de años atrás donde MBS llegó a comparar al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, con Adolf Hitler, el príncipe heredero de Arabía Saudí dejaba una puerta abierta al acercamiento con Teherán. “Irán es un país vecino. Lo único que pedimos es tener una relación buena y distinguida con Irán. No queremos que la situación con Irán sea difícil”. A pesar de que no está habiendo demasiada información de estas conversaciones en unas últimas declaraciones el portavoz del Gobierno iraní, Ali Rabie, ha afirmado que ha habido "buenos progresos" en las conversaciones con su rival regional Arabia Saudí, pero que algunas de sus disputas son complejas y que pueden llevar tiempo para resolverse.

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"Entendemos que las disputas pueden tener complejidades en algunas áreas que requieren tiempo para ser resueltas", aseveró Rabiei, pero insistió que continuaran los esfuerzos para “minimizar las diferencias”. Irán se encuentra en un momento clave en su política exterior, inmiscuido en muchos de los conflictos que afectan a la región, lleva manteniendo conversaciones informales con Estados Unidos desde el pasado mes de abril para la vuelta al pacto nuclear de 2015.

Seis rondas de conversaciones se han sucedido ya en Viena entre los países firmantes del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) - China, Rusia, Francia y Reino Unido – sin que se haya llegado aún a una resolución conjunta. Irán exige que sea Estados Unidos quien de el primer paso y levante las sanciones económicas impuestas a la República Islámica, ya que fue el país norteamericano el que decidió salirse del pacto de manera unilateral. Sin embargo, Estados Unidos reclama a Teherán que cumpla los compromisos nucleares del pacto.

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Arabia Saudí, que ha mostrado su preocupación por el plan de misiles balísticos iraní, ha respaldado la iniciativa del presidente estadounidense, Joe Biden, de recuperar el acuerdo nuclear pero con ciertas reticencias "nos gustaría asegurarnos de que al menos los recursos financieros proporcionados por el acuerdo nuclear a Irán no se utilicen para desestabilizar la región", matizaba Raed Qarmali, director del Departamento de Planificación de Políticas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí, en declaraciones a Reuters.

El reino del Golfo ha ido adoptando un tono más conciliador desde la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Joe Biden quien ha retirado algunos de los beneficios que había obtenido Arabia Saudí durante la presidencia de Donald Trump. El reino del Golfo trata así de equilibrar la eterna enemistad con Teherán con sus objetivos económicas, así como tratar de salvar las diferencias con Washington en cuanto a su relación con la República Islámica.