Irán ha trasladado una maqueta de un portaaviones al estrecho de Ormuz en medio de las crecientes tensiones entre Teherán y Estados Unidos, quien ha denunciado las “actividades destructivas” perpetradas por la República Islámica para “desestabilizar la región”. Teherán podría utilizar esta simulación para realizar ejercicios con fuego real durante las próximas semanas, tal y como sugieren las fotografías de satélite publicadas este lunes.
Una de las imágenes tomada por la Corporación de Tecnología Espacial (Maxar Techonologies) – una compañía con sede en EEUU-- muestra un barco que se mueve hacia el modelo de portaaviones estadounidense localizado en esta vía fluvial estratégica, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso el digital Al Arab.

El diario Israel Noticias informa, por su parte, de que la réplica lleva 16 maquetas de aviones de combate en su cubierta y que la nave podría tener unos 200 metros de largo y 50 metros de ancho. Teherán – quien se opone a la presencia de la armada de EEUU en el Golfo – realiza con frecuencia ejercicios navales de este tipo en el estrecho de Ormuz. Esta pequeña franja de mar es un canal de 33 kilómetros de agua que separa dos orillas: la de la República Islámica y la de los Emiratos Árabes Unidos y la de golfo de Omán y el golfo Pérsico. Los petroleros que cruzan este estrecho llevan uno de cada cinco barriles de crudo del mundo.
“No sabemos qué es lo que Irán pretende lograr al utilizar este modelo de portaaviones en el entrenamiento”, ha señalado Rebecca Ribarric, portavoz de la Quinta Flota estadounidense con sede en Bahréin. “Confiamos en nuestra capacidad para defendernos de cualquier amenaza naval”, ha agregado. El asesinato del general Soleimani y la respuesta de Teherán ante el mismo han llevado a ambos países al borde de un conflicto. Sin embargo, este enfrentamiento comenzó mucho antes.

En 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la salida de Washington del pacto nuclear, firmado en 2015 entre Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania y la República Islámica. Tras la decisión de Estados Unidos de retirarse de este acuerdo, Washington decidió reactivar las sanciones contra Irán, unas medidas que provocaron una drástica caída en las exportaciones de petróleo de Teherán.
La Guardia Revolucionaria de Irán amenazó en abril con destruir los buques de guerra estadounidenses si su seguridad se viera amenazada en el Golfo. La guerra dialéctica entre los dos países ha tenido al estrecho de Ormuz como protagonista en repetidas ocasiones, dado que Teherán ha alertado de que podría cerrar esta vía fluvial. En respuesta, Estados Unidos ha sido conciso al asegurar que “cerrar el estrecho sería una violación de una línea roja. De ser así, en Washington trabajaríamos hasta lograr su reapertura”, ha alertado.

Durante la jornada del domingo, el secretario de Estado de EEUU mostró su descontento con el comportamiento de la República Islámica. En esta misma línea, el representante especial de la nación norteamericana para Irán, Brian Hook advirtió de que si no se prorroga el embargo de armas de a Teherán se “intensificarían” los conflictos regionales. “He hablado con líderes aquí en el Golfo y en todo el mundo - nadie cree que Irán debería poder comprar y vender libremente armas convencionales como aviones de combate... y varios tipos de misiles”, señaló Hook en declaraciones que han sido recogidas por la agencia de noticias AFP. Mike Pompeo se ha comprometido en las últimas semanas a hacer todo lo posible para extender el embargo impuesto por la ONU, que expira en octubre.