Irán se posiciona como un actor clave en el mercado mundial de armas

Mientras continúan los esfuerzos internacionales con el fin de detener la escalada en Oriente Medio y evitar una guerra total con consecuencias devastadoras para la región, la República Islámica de Irán sigue infiltrándose en el mercado mundial de armas, suministrando a sus milicias regionales.
A finales del mes pasado, un misil iraní lanzado desde el sur del Líbano por el Hezbolá mató a doce niños drusos que jugaban en un campo de fútbol en el norte de Israel. Esta tragedia desencadenó una espiral de tensión ya que, como respuesta, Israel eliminó en Beirut a Fouad Shukr, un alto cargo de la milicia libanesa al que acusa de ordenar este ataque. Hezbolá lleva días advirtiendo con una fuerte represalia por la muerte de Shukr, sumándose a las amenazas de Teherán.
El régimen iraní también suministró a los rebeldes hutíes de Yemen drones que han utilizado contra Israel. Los hutíes, al igual que Hezbolá, llevan lanzando ataques contra territorio israelí desde octubre. Aunque la mayoría, dirigidos contra la ciudad costera de Eilat, fueron interceptados por los sistemas de defensa, el pasado mes de julio un dron lanzado desde Yemen consiguió impactar contra un edifico en Tel Aviv, matando a una persona.
Además de sus milicias en Oriente Medio, Teherán también ha sido clave en la guerra de Ucrania. El régimen iraní ha suministrado a Rusia drones Shahed-136 -también llamados Jeeran-2- para usar en su invasión al país vecino. Se calcula que Moscú lanzó casi 4.600 drones en los dos primeros años del conflicto. Teherán utilizó este mismo dron durante su ataque contra Israel el pasado mes de abril.

Además de Ucrania e Israel, existen pruebas que constantan la presencia de drones iraníes en al menos otros dos continentes, lo que demuestra la participación de Teherán en numerosos conflictos internacionales a través del suministro de armas.
Durante la actual guerra de Sudán, la República Islámica ha sido una ayuda fundamental para las Fuerzas Armadas Sudanesas, suministrando aviones Mohajer-6 con el fin de impedir el avance de las Fuerzas de Apoyo Rápido y recuperar territorio.
En Venezuela, uno de los principales aliados de Teherán, el régimen iraní lleva desde 2012 ayudando a Caracas a producir drones localmente. Ahora, las fuerzas armadas venezolanas utilizan aviones iraníes Mohajer-2, así como el nuevo avión Mohajer-3, que es muy similar al avión iraní Shahed-171.

Recientemente, un miembro del Parlamento iraní elogió el aumento significativo en las exportaciones militares en los últimos tres años, destacando especialmente el incremento de la producción armamentística.
En este sentido, la agencia de noticias estatal Tasnim ha señalado que Teherán tiene como objetivo ocupar el lugar de Turquía en el mercado mundial de drones para 2028, centrándose en concentrar al menos una cuarta parte de esta cuota de mercado, lo que equivale a unos 6.500 millones de dólares.

Además de suministrar aviones no tripulados, Teherán también ha facilitado el desarrollo de capacidades para los países interesados en producir drones diseñados por Irán, como es el caso de Venezuela. Asimismo, Irán también abrió una planta de producción de drones en Tayikistán en 2022 para la producción del dron Ababil 2.
Otra manera en la que el régimen iraní trata de atraer el interés global sobre sus armas es a través de las ferias internacionales en materia de defensa. En 2024, la República Islámica mostró sus avances en este ámbito y sus sistemas militares en exposiciones organizadas en Malasia, Qatar e Irak. También envió una delegación para participar en una exposición organizada por Arabia Saudí, mientras que en Moscú y Belgrado se mostraron fabricantes de defensa iraníes en exposiciones el año anterior.

Con la excepción de las sanciones estadounidenses y europeas, la República Islámica no enfrenta restricciones internacionales para participar en el comercio mundial de armas.
El embargo de armas y de transferencias que expiraron en octubre de 2020 y octubre de 2023 respectivamente, como se estipula en la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU.
No obstante, estas prohibiciones no impidieron que Irán asistiera a exhibiciones regionales de armas, como ocurrió en Irak en el pasado, ni las pruebas de misiles o las transferencias de armas.

La creciente proliferación global de armas iraníes pone de manifiesto la necesidad de impulsar nuevas medidas para disuadir y castigar las posibles ventas. No obstante, una nueva resolución del Consejo de Seguridad contra las exportaciones de armas iraníes es poco probable cuando uno de sus miembros permanentes -Rusia- se beneficia de los drones iraníes y pronto podría recibir también misiles balísticos.
Antes de que expire en octubre de 2025 un mecanismo de la Resolución 2231 que trabaja para rediseñar el veto del Consejo de Seguridad, Estados Unidos debe trabajar con sus socios transatlánticos para restaurar una prohibición permanente de transferencia de armas y pruebas de misiles, conocida popularmente como “snapback”.

Mediante este mecanismo, Washington puede actuar para imponer sanciones a las redes de adquisición iraníes y a las redes ilícitas que transfieren dinero en beneficio de la República Islámica.

Esto requiere mayores esfuerzos multilaterales para prevenir o interceptar las transferencias de armas cuando sea posible, así como plantear la cuestión de las transferencias de armas iraníes en las relaciones bilaterales con países que organizan ferias de armas que exhiben armas iraníes o con aquellos que buscan comprarlas.