Marruecos es el país del Norte de África en el que el terrorismo tiene menos impacto. Es uno de los datos que se pueden contemplar en el Global Terrorism Index 2022 (GTI), un estudio del think tank londinense Institute for Economics and Peace, que da al reino marroquí la posición 76º en el ranking mundial, muy por delante de países europeos como España (puesto 55).
El ranking lo encabezan los países más azotados por los ataques terroristas, Afganistán, Irak y Somalia, que lideran la clasificación desde hace años.
La puntuación de Marruecos en este análisis es de 1,156 puntos, y mejora dos puestos en relación con el año anterior. Una posición muy aventajada frente a la de sus vecinos Túnez y Argelia que se encuentran en los puestos 38 y 39, con 4.447 y 4.432 puntos respectivamente.
En la región MENA (Middle East and North Africa), Marruecos mantiene un nivel de seguridad antiterrorista sólo superado por los países del Golfo, con Qatar al frente. De acuerdo con los datos proporcionados por el informe, la región MENA ha conocido una ligera mejora en cuanto al impacto del terrorismo por cuarto año consecutivo. De los países que conforman la región a ojos del informe, 16 han mejorado sus puntuaciones y 3 han mantenido sus mismas marcas. La excepción la protagoniza Algeria por un incremento de los ataques en 2021.
19 años después de los atentados de Casablanca el reino de Marruecos ha llevado a cabo un profundo plan de transformación de su seguridad y de su política antiterrorista que muestra sus frutos en este estudio. El 16 de mayo de 2003 5 ataques suicidas se producen en la capital económica de Marruecos con objetivos concretos: el negocio de una familia judía, el cementerio judío de Casablanca y el Centro de Estudios Hebraicos, el Consulado de Bélgica, el Hotel Farah y el restaurante Casa España. El resultado fue de 45 muertos, contando los atacantes.
Un auténtico bofetón para la sociedad marroquí y para las autoridades del país, que desde entonces han trabajado para convertirse en el país de referencia en cuanto a seguridad en la región. Dichos esfuerzos han llevado a Marruecos a ser el principal interlocutor de Estados Unidos y de la Unión Europea en materia de seguridad antiterrorista, no solo para el Magreb, sino también para el Sahel. Esta realidad se ha visto materializada por la última visita del secretario de Estado Anthony Blinken a Rabat a finales de marzo de 2022, que además del refuerzo de las relaciones con Israel, llevaba a su reunión con el titular de Exteriores, Nasser Bourita, la cooperación en seguridad.
El informe GTI resalta estos esfuerzos de Marruecos en un capítulo firmado por César Álvarez Velásquez, de la Oficina de las Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo (UNOCT). “Why Morocco’s Counterterrorism Evolution Matters to Africa” expone el importante papel que juega Marruecos para no solo su seguridad, sino también la de sus vecinos.
Álvarez Velásquez pone la ley 03.03, aprobada solo dos semanas después de los atentados de Casablanca, como el punto de giro en la manera en que Rabat se enfrenta al terrorismo. “Se convirtió en la primera de una serie de reformas legislativas que mejoran el marco jurídico de la lucha contra el terrorismo en Marruecos”, afirma el analista en el informe GTI. Este nuevo marco legal, entre otras reformas, ampliaba la definición de terrorismo y el alcance de las leyes antiterroristas a la propaganda, incitación, reclutamiento, radicalización etc. Además de reforzar las penas contra los culpables de los delitos, hasta el mínimo de los 10 años de cárcel.
Desde 2003, Marruecos ha desmantelado más de 200 células terroristas y ha arrestado a más de 3.500 individuos en operaciones antiterroristas. De acuerdo con la fuente citada en el informe, “Examining Extremism: Jama’at Nasr al-Islam Wal Muslimin”, estos logros de la seguridad interior de Marruecos, la Direction Génerale de la Sûreté Nationale (DGSN), habrían evitado 300 acciones terroristas.
De esta forma el reino de Marruecos ha pasado de ser un “importador de seguridad” a ser un “exportador” en materia de antiterrorismo. Su participación en organizaciones internacionales de seguridad no es la de un mero observador o de un beneficiario, sino la de un contribuyente clave. Hace parte de la Global Coalition to Defeat ISIS, formada en 2014 a instancias de Estados Unidos para hacer frente al grupo terrorista. De la misma manera Marruecos es copresidente de la comisión del Foreign Terrorist Fighter Working Group en el Foro Global de Antiterrorismo.
En África, desde su retorno a la Unión Africana, Marruecos se ha hecho con el control de las comisiones de seguridad de la organización panafricana, desde la que se valora muy altamente su destreza técnica en este campo. Marruecos se ha alzado como el principal garante de la seguridad del Sahel tras las inestabilidades políticas que empujan a Francia fuera del escenario, como ha ocurrido en Mali. Si bien el reino marroquí está lejos de desplegar fuerzas de combate y entrenamiento como las francesas, es un tope entre el Sahel y Europa, y además un colaborador de inteligencia clave.
DGSN, la punta de lanza marroquí contra el terrorismo
La “Direction Génerale de la Sûrete Nationale”, traducida como Dirección General de la Seguridad Nacional, es el principal arma de Marruecos para hacer frente al terrorismo. Tras los atentados de Casablanca, la DGSN se modernizó por completo, siendo un órgano activo desde el ocaso de la era del protectorado. Al frente de ella se encuentra Abdellatif Hammouchi, que antes de ocupar el cargo era el jefe de la “Direction de Surveillance du Territoire” (DST), el servicio de inteligencia marroquí.
Hammouchi, de carrera policial, ha articulado la DGSN desde 2015 hasta ahora para convertirse en una terrible herramienta al servicio de la lucha contra el terrorismo. Hammouchi se ha ganado las condecoraciones y felicitaciones tanto del Makhzen como de los Estados Unidos, Francia o España por su trabajo al frente de la dirección general. En 2014, el Gobierno de Mariano Rajoy le otorgó la Cruz Honorífica al Mérito Policial con distintivo Rojo”.