Paco Soto
Pie de foto: El rey de Marruecos, Mohamed VI, durante una recepción oficial.
La información circula desde hace varios días por las redes sociales y varios medios locales han dado cuenta de ello: cinco ciudadanos marroquíes que detuvieron el cortejo real en Tánger, porque querían entregarle una carta al rey de Marruecos, Mohamed VI, fueron detenidos por la Policía y condenados por un tribunal de la capital del Estrecho a dos años de cárcel. En el incidente resultaron heridos dos motoristas de la escolta real, que tuvieron que ser hospitalizados. Los cinco detenidos de Tánger, que no quisieron ni atentar ni agredir al jefe del Estado, fueron condenados, porque, según la sentencia, “está prohibido detener los cortejos del rey durante sus desplazamientos por diferentes ciudades marroquíes”. Según el diario Assabah, durante el juicio, los acusados explicaron que querían entregarle una carta al rey para explicarle la difícil situación social en la que se encuentran, y uno de los condenados aseguró que le hubiera gustado hablar personalmente con el soberano para pedirle que intercediera a su favor para que pudiese recuperar su empleo.
Mohamed VI suele participar en muchos actos oficiales con afluencia de público. También lo hacía su padre, Hasan II. Hasta se hace selfies con grupos de gente en Marruecos y fuera de su país. Le gusta rodearse de admiradores y hablar distendidamente y en una atmósfera agradable con personas de la calle. Pero lo que los servicios de seguridad del monarca no han permitido nunca es que un ciudadano de a pie detenga el cortejo real. La ley lo prohíbe. El pasado mes de marzo, una joven se abalanzó sobre el cortejo real durante una visita que Mohamed VI realizó a unas obras de modernización ferroviaria en Rabat. La joven, que se llama Soukaina El Jazouli y es estudiante, quiso entregarle una carta al monarca donde le contaba las duras condiciones sociales de su familia. El 25 de marzo fue condenada a un año de prisión por haber perturbado el cortejo real por el tribunal de primera instancia de la ciudad de Salé.
“Un crimen castigado por la ley”
El tribunal dictaminó que “actos de esta naturaleza ponen en peligro la vida de sus autores y de otras personas, y constituyen un crimen castigado por la ley”. Según informó el periódico digital Yabiladi.com, la joven no tuvo una defensa en condiciones por falta de recursos económicos. A raíz de este incidente, el Ministerio del Interior decidió incrementar las medidas de seguridad en las visitas que el soberano lleve a cabo en todo el país. Otro caso parecido ocurrió el 7 de marzo de 2016 en Rabat, cuando un hombre cortó la calzada por donde pasaba el coche real para entregarle una carta a Mohamed VI. Esta persona, que consiguió su objetivo, fue indultada por el monarca.