El extitular de la cartera de Sanidad de la República Democrática del Congo (RDC), el Dr. Olly Ilunga, se encuentra en arresto domiciliario, pendiente de su proceso judicial por presenta malversación de fondos públicos destinados a combatir el ébola. Los abogados del que era ministro de Sanidad han difundido un comunicado en el que informaban sobre la decisión del Tribunal de Casación de someterlo a arresto domiciliario.
Ilunga, que ostentó el liderazgo de la Sanidad entre diciembre de 2016 y julio de 2019, se enfrenta a una acusación que lo culpa de malversación de 4,3 millones de dólares previstos para la lucha contra el virus del Ébola.

Sin embargo, sus abogados defiende firmemente su inocencia en un comunicado anterior estableciendo que, 1,9 millones de dólares de esta suma se desembolsaron posterior a la renuncia de Ilunga en julio, y declaran que los documentos contables confirman el uso de los otros 2,4 millones de dólares en acciones contra el virus que asola el país.
Esto se da en un momento en el que la RDC sigue enfrentándose a su peor brote del virus del Ébola. Desde el propio Gobierno de Kinsasha, pasando por Médicos Sin Fronteras y la organización Mundial de la Salud (OMS) se hace un balance de las cifras más recientes que describen una situación que ya fue declarada emergencia sanitaria internacional el pasado julio de 2019.

El Ministerio de Sanidad de la República Democrática del Congo ha hecho público esta semana los últimos datos sobre la epidemia del ébola en el país. De acuerdo con la información divulgada desde el Ministerio, actualmente el número total de casos asciende a 3.128, de los 3.017 están confirmados y 111 son posibles. Así mismo, el recuento de víctimas a manos de este virus se posiciona en 2.095, siendo 1.984 casos confirmados y 111 posibles. Por último, ha quedado registrado un total de 948 personas tratadas.
Médicos Sin Fronteras, presente nuevamente en la que ya es la segunda peor epidemia de ébola de la historia, informa sobre la falta de control sobre el contagio del virus. Esta dificultad, declaran, pasa por la conflictividad imperante en las provincias congoleñas como consecuencia de más de veinticinco años de conflicto. Esto provoca un desplazamiento y dispersión masiva y constante de la población a lo largo y ancho del territorio, que dificulta enormemente el control de individuos contagiados.

Según declaran, su protocolo de prevención incluye el aislamiento de infectados, identificación contactos realizados por el paciente infectado y distribución de vacunas para aquellos diagnosticados o que hayan estado próximos a estos.
El pasado julio, Ilunga renunciaba tras su destitución por parte del presidente, Felix Tshisekedi, como jefe del equipo de respuesta al virus del Ébola. En su renuncia, criticó las actuaciones de la Organización Mundial de la Salud en la RDC, denunciando el uso de vacunas sin licencia contra el ébola ante una aparente escasez de inyecciones de efectividad clínicamente probada.